El conflicto por el régimen especial de trabajadores autónomos, y las cuotas que los que se adscriben a él tienen que pagar mensualmente, hace meses que se sitúa en el centro de la acción del Gobierno central, y de las demandas de las asociaciones de profesionales. En un contexto de inflación alcista, con la crisis energética todavía más que vigente y con las cadenas de suministro lejos de recuperarse –y a pesar de que, conceptualmente, muchas de las entidades del sector comparten el sentido de las medidas propuestas por el ministro de Seguridad Social, JoséLuísEscrivá– algunas patronales consideran que la situación es "tensa" para el tipo de reformas que se quieren entomar. Desde la Asociación de Trabajadores Autónomos, organización de referencia de la ,esa de negociación del trabajo autónomo en el Estado y parte de la CEOE, consideran que "no es el momento" de los cambios en las cotizaciones, pero tampoco piensan que los montantes anunciados por el ministro sean "lógicos".
El Ministerio ha puesto sobre la mesa una guía de pagos más progresiva que la anterior, como reconocen las patronales. Los autónomos con rendimientos de entre 670 y 900 euros pagarían unos 260 euros de cuota; mientras que los que perciban hasta los 1.125 subirían hasta los 270. La escalada llega hasta una franja superior, la de aquellos autónomos con ganancias superiores a los 4.050 euros, que acabarían con cuotas de unos 550 euros al mes. Desde Autònoms Pimec, la sectorial de trabajo por cuenta propia de la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa, hacen una valoración "positiva" de la medida, tanto en cuanto a los montantes como en cuanto a los ritmos. "Que sea una propuesta a tres años vista permite probar, analizar y ver cómo continuar desde ahí; esto permite que los cambios no sean tan grandes", explica la presidenta de la asociación, ElisabetBach, que considera que la aplicación de los nuevos tramos favorece a las rentas más bajas.
Rius: "Tenemos que saber realmente qué gana el autónomo y, a partir de aquí, saber cómo se aplica el RETA"
La ATA, sin embargo, lo ve de otro modo. A pesar de que comparten el espíritu de la medida, la entidad considera que la progresividad es mucho menor de la que se podría lograr, en cuanto que "sube entre un 33% y un 90% las cotizaciones a los autónomos que ganan más de 1.700 euros al mes y, en cambio, baja solo un 15% las de los que ganan menos". En la contrapropuesta que la Asociación presentará de la mano de la CEOE y CEPYME, de hecho, critican que el ministerio haga propuestas que "incrementan el coste para muchos autónomos sin aumentar la protección de los más desfavorecidos". El documento publicado por la patronal, de hecho, denuncia que la nueva tabla del RETA "lleva a un millón y medio de autónomos con ingresos menores a 1.125,9 euros a bases muy inferiores al SMI, y, por lo tanto, a menores prestaciones" –como las de maternidad o las de dolencias profesionales, que caerían en porcentajes significativos, lamentan–.
Uno de los grandes problemas de todo, según el presidente de Autcat, EnricRius, no está necesariamente con las cotizaciones del RETA, sino con la base sobre las que estas se calculan. La asociación de trabajadores autónomos vinculada a la patronal Cecot considera que la rigidez con las posibilidades de deducciones para los empleados por cuenta propia –en cuestiones cómo los suministros cuando se teletreballa, el vehículo si este se compagina entre uso personal y profesional o los gastos telefónicos– hacen que la base computable sobre la cual se asigna una cuota de autónomos sea mucho más alta que el dinero que acaban, netos, en manso del trabajador. "Tenemos que saber realmente qué gana el autónomo y, a partir de aquí, saber cómo se aplica" el RETA, reclama Rius, que lleva bajo el brazo una propuesta que cambiaría la forma de entender la estructura de relaciones laborales: unir los regímenes de cotización del trabajo por cuenta propia y ajena. "La separación de regímenes, que hace que tengas prestaciones diferentes, era consecuencia de un sistema diferente", considera el presidente de Autcat, defendiendo que una reforma cómo esta resolvería muchos de los problemas de relaciones laborales –no solo en cuanto al régimen especial, sino también en cuanto a falsos autónomos o economía de plataformas–.
Propuestas diversas, clima en común
La contraproposta más técnica a los nuevos tramos comunicados por el ministerio, la que más se ajusta a los estrictos tramos del RETA, es la de la Asociación de Trabajadores Autónomos. El ATA, así, pretende cerrar un acuerdo que "dé cumplimiento al hito comprometido con Bruselas" de acordar el régimen de trabajo autónomo, y teniendo en cuenta, según la entidad, el "contexto de incertidumbre económica y el impacto de la subida generalizada de los costes". Las cuotas planteadas por la entidad transitan entre una tarifa mínima de 70 euros y un máximo para los autónomos del tramo superior a los 3.620 euros ingresados al mes que subiría progresivamente hasta los 400,4 euros en 2025, lo que supondría un aumento final del 12%, lejos del crecimiento para las rentas más altas que plantea Seguridad Social. El ATA pone sobre la mesa esta enmienda, que considera "la única asumible para los autónomos sin menoscabar su protección social, la sostenibilidad financiera y la misma sostenibilidad del colectivo".
Bach: "Si queremos regularizar pagos, que se mejoren las condiciones para acceder a prestaciones"
Los cambios cuantitativos al RETA hacen el trabajo, según Rius, de parches en un sistema roto. "Hace falta una resolución integral, hay que reformular el estatuto del trabajador autónomo", opina el presidente de Autcat, que argumenta que la separación entre el régimen especial y el general dedicado a los trabajadores por cuenta ajena "no tiene sentido, porque el autónomo también tiene que cotizar en función de lo que gana". Rius lamenta la falta de espacio porque esta reforma se aplique, a pesar de que no necesariamente entra en contradicción con los objetivos recaudatorios del ministerio. "No estamos en contra conceptualmente de aumentar la recaudación, pero pedimos que haya objetividad" en el cálculo de las bases imponibles. En este sentido, Autcat reclama una resolución global del problema de los autónomos, y exige a las administraciones que "no se acuerden de ellos solo para cobrar".
Bach, por su parte, no enmienda la reforma de los tramos, a pesar de que propone una búsqueda de "complicidades con hacienda" para ajustar las retenciones de los autónomos –especialmente los que perciben rentas medias, que no tienen suficientes ingresos para cubrir con comodidad su cuota, pero tampoco se encuentran una rebaja significativa como los tramos inferiores– "de tal manera que se ingrese aquello que se ha generado". Es decir, una reducción general de las cotizaciones porque los ingresos mensuales sean los reales y ayuden con los gastos del día a día, en vez de un sistema de retenciones más elevadas y en que "a las rentas medianas siempre se los sale a volver". "Si tú no tienes que avanzar este dinero, una parte cubre el suplemento del RETA", argumenta Bach. Por otro lado, desde Autònoms Pimec no discuten necesariamente el aumento de la recaudación, pero plantean al ministerio que ofrece a cambio. "Si queremos regularizar pagos, que se mejoren las condiciones para acceder a prestaciones como la del cese de actividad, o la cotización por formaciones". La presidenta de la asociación reclama, así, que el ministerio acompañe las reformas tributarias con una mejora de las condiciones de vida de los trabajadores por cuenta propia.
Las instituciones, un puente colgante
"Yo creo que se irán tirando pasas, porque la realidad es muy terca y no queda ningún más remedio que adaptarse; pero dudo que esta adaptación vaya al ritmo que tiene que ir", avisa Rius, que a pesar de que reconoce que las administraciones no tienen mala fe a la hora de regular la situación del trabajo autónomo, sí que encuentra por su parte un cierto desconocimiento. El representante patronal identifica una "dificultad cada vez más manifiesta de acercar las dos dimensiones" –la legislativa y reguladora y el trabajo del día a día de la cuenta propia–. Para Bach, los representantes institucionales muestran "una tendencia a escuchar", un acercamiento progresivo hacia las necesidades de los autónomos, pero "a la práctica todavía queda mucho camino por hacer".
"Si cambiamos las cosas por separado, corremos el riesgo de arreglar una, pero estropear tres"
La falta de unidad entre las administraciones a los varios niveles territoriales, una tendencia que identifica la misma Bach, no facilita las relaciones –ya difícilrs, en cuanto que las patronales catalanas no tienen lugar en la mesa del trabajo autónomo en el ámbito estatal–. Las diversas instituciones, explica la presidenta de Autònoms Pimec, "tienen cada una su visión". Las propuestas del tejido asociativo y los trabajadores por cuenta propia, que surgen de los mismos órganos de las entidades, se encuentran a menudo la valla de la distancia entre administraciones para llegar a buen puerto. Rius, por su parte, considera que el hecho que algunas de las reclamaciones históricas de sus asociados –como por ejemplo, más allá de las cotizaciones, el reconocimiento de la figura del autónomo a media jornada– es "inconcebible". El presidente de Autcat reitera la exigencia de agilidad a las instituciones, con una transición digital por el medio que borra las excusas. "Hay cosas que históricamente se podían explicar por las dificultades de gestión, pero hoy con la tecnología no hay disculpas".
La divergencia que el sector se encuentra en sus contactos con las administraciones se dirime con mucha más facilidad entre los mismos trabajadores autónomos –uno de los colectivos dentro de los actores económicos del país más diversos, tanto en cuanto a sus actividades como en cuanto al nivel de ingresos–. "Cada cual puede tener particularidades, pero todos tenemos necesidades y actividades profesionales similares", razona Bach, que apunta hacia la financiación, la gestión de los costes de los productos y servicios o las prestaciones a los trabajadores como puntos de encuentro para todos los afectados. "Se pueden encontrar puntos en común –añade Rius– siempre que se preserven las realidades de todo el mundo". Pese al avance dentro del mismo colectivo, ninguno de los dos presidentes se muestra optimista por el devenir regulador de su sector. El dirigente de Autcat considera que los autónomos están condenados a ser "un colectivo permanentemente insatisfecho, porque la realidad evoluciona de una forma más rápida que la que los gobiernos son capaces de adaptar". La representante de Autónomos Pimec, por su parte, reclama unidad. "Si cambiamos las cosas por separado, corremos el riesgo de arreglar una, pero estropear tres", concluye Bach.