La Covid-19 ha dejado a cuerpo descubierto las entrañas de una sociedad anticuada y obsoleta, basada en los preceptos y la estructura social del siglo XIX organizada por hombres y en clave masculina, basada en la división sexual del trabajo y en la dedicación de la mujer a los niños y a los dependientes. Una sociedad enferma que sólo piensa en las ganancias crematísticas (monetarios) por encima del bienestar y de los derechos de la infancia, de las familias y de las mujeres.
El objetivo de la economía tiene que estar al servicio de las personas, aun así, el PIB no nos informa del nivel de bienestar de las familias, de la ciudadanía y mucho menos de las mujeres que son las grandes invisibilizadas, a pesar de ser las que cargan con el peso principal de la gestión diaria de la sociedad.
"La Covid-19 ha dejado a cuerpo descubierto las entrañas de una sociedad anticuada y obsoleta, basada en los preceptos y la estructura social del siglo XIX organizada por hombres y en clave masculina, basada en la división sexual del trabajo"
Tenemos una carencia de ayudas a las familias y a la vivienda (estamos en la cola de Europa en este sentido), las Escoles Bressol no son gratuitas y mantienen unos horarios incompatibles que hacen muy difícil la conciliación. Estos son los verdaderos motivos para los que las mujeres o renuncian a tener hijos, los tienen demasiado tarde (generando un problema biológico y, a menudo una frustración) o escogen tener hijos y dejan sus carreras profesionales (del todo o parcialmente, renunciando a crecer en su trabajo para poder llegar a todo).
La pandemia de la covid-19 nos ha trastocado. Ha sido un tsunami que ha afectado nuestras vidas y las personas más perjudicadas han sido las más vulnerables y, sobre todo, las mujeres.
Ahora toca hacer balance y aprovechar para aplicar las transformaciones profundas que nuestra sociedad necesita y que vamos pidiendo desde hace tiempo.
Hay que poner a las personas en el centro y que la responsabilidad de las curas sea de toda la sociedad, no sólo de las mujeres.
Hacen falta nuevos liderazgos y aprovechar el talento femenino y la capacidad de liderazgo de las mujeres, que tal como se ha demostrado, es eficiente y eficaz. Estos meses ha quedado patente que los países dirigidos por mujeres han hecho una gestión de la crisis mucho mejor. Lo han hecho de manera empática, realista, proactiva, eficaz y sin politizar la crisis.
Hay que acelerar los cambios sociales imprescindibles para hacer efectiva la ley de Igualdad y hay que poner sobre la mesa la urgencia de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Pero para conseguir todo esto es imprescindible organizar los tiempos y los espacios en clave de género. Es decir, hace falta una paridad en todos los lugares de decisión, y hace falta implementar nuevas organizaciones del tiempo, con la integración del espacio de vida personal.
Tenemos la oportunidad de repensar nuestra sociedad; la situación nos obliga. El proceso de ensambladura entre el modelo social antiguo y el nuevo costará, pero el resultado será un mejor futuro para nuestros hijos e hijas. Y tenemos la responsabilidad de dejar el mundo algo mejor de cómo lo encontramos.
"Nuestros gobernantes hablan de reactivación económica, lo que hace falta es hablar de transformación económica y social"
Nosotros, las mujeres, tenemos que intervenir de manera directa y clara. Vemos tristemente que siguen decidiendo los hombres y desde una mentalidad masculina dónde no entran los niños, las mujeres, los más vulnerables o la sostenibilidad del planeta. Por este motivo, más de 45 asociaciones de mujeres firmamos un Manifiesto referendado por el Consejo Nacional de mujeres donde se declara que queremos un comité de crisis en clave de género formado por un cincuenta por ciento de mujeres, donde podamos participar y decidir en el camino que tomará nuestra sociedad con todos los cambios sociales y económicos que vendrán. Porque somos más de la mitad de la población, porque estamos muy muy preparadas y porque sin nuestra voluntad, nuestra participación y nuestro liderazgo será imposible el progreso del país.
Nuestros gobernantes hablan de reactivación económica, lo que hace falta es hablar de transformación económica y social.
Con el objetivo de debatir esta reactivación económica y social, el Observatori Dona, Empresa i Economia i la Cambra de Comerç de Barcelona organizan la Llotja virtual, unas sesiones de debate y ponencia periódicas con líderes empresariales y sociales de nuestro país.