La innovación no es un milagro y tampoco un terreno reservado a genios visionarios, la innovación es, sobre todo, un proceso donde interviene la creatividad y la incertidumbre pero que requiere una metodología y de una visión claras. Innovar es un concepto de moda que, hoy, se presenta como la solución a todos los problemas del mundo empresarial, sea qué sea el sector económico al cual hagamos referencia: todo el mundo quiere ser disruptiu y revolucionar su mercado. Pero qué es el verdadero significado de innovar y a que nos referimos cuando hablamos del Design Thinking, una de las fórmulas de innovación que está más en boga?
El Design Thinking es una disciplina que se aproxima a la innovación a partir de la sensibilidad y la metodología de los diseñadores y que centra su eficacia a entender cuáles son las necesidades de las personas para dar respuesta con la oferta de nuevos productos y servicios. Entender las personas (qué quieren o necesitan, cuáles son sus contextos y cómo se relacionan con el que las rodea) resulta clave en la investigación de nuevas oportunidades de negocio, del mismo modo que innovar obviando la demanda potencial que puede tener un producto, sin analizar si responde a una necesidad real, es un ejercicio temerario.
En este sentido, la moto BMW C1, por ejemplo, es un caso muy ilustrativo. Diseñada para ser la moto urbana más estable y segura del mercado gracias a la inclusión de un cinturón de seguridad y una estructura en forma de techo que añadía más seguridad a la conducción y protegía el piloto de las inclemencias meteorológicas, la estructura de este singular modelo negligía en una de las características más apreciadas por los motoristas: la agilidad. El volumen y el peso de la moto eran excesivos y nohabía mercado por motos tan pesadas y voluminosas.
Las etapas del proceso creativo
Así pues, el Design Thinking es precisamente un antídoto a la innovación que no conecta con las necesidades de los consumidores y propone, a partir de 5 etapas, promover un modelo para crear de acuerdo con las verdaderas y nuevas oportunidades que ofrece el mercado:
1. Empatitzar: tenemos que ser capaces de ponernos en la piel de las personas para generar soluciones adecuadas a sus necesidades y realidades. Escuchar qué dicen que hacen, pero también observar el que hacen para acabar entendiendo lo porque lo hacen.
2. Definir: seleccionar la información recopilada durante la fase de empatía y quedarnos con aquella que realmente aporta valor, nos permite descubrir oportunidades interesantes. Identificar nuevos retos, la solución de los cuales nos ayudará a obtener un resultado innovador.
3.Idear: esta etapa tiene como objetivo la generación de la cantidad más elevada posible de opciones. Nunca nos tenemos que quedar en la primera idea porque, probablemente, también se le haya acudido a nuestra competencia. En esta fase, tenemos que aplicar el pensamiento expansivo y rehuir de los juicios para dejar que la creatividad nos ayude a soñar en nuevas posibilidades.
4. Prototipar: es el momento de convertir las ideas en realidad. Construir prototipos nos ayuda a hacer palpables las ideas y visualizar posibles soluciones, poniendo de manifiesto elementos que tenemos que mejorar o refinar antes de llegar al resultado final.
5. Testejar: todo el tiempo que invertimos a desarrollar una idea a nuestra oficina sin testejar-la al mercado son dinero que estamos perdiendo porque no sabemos si nuestra propuesta funcionará. Esta fase es crucial porque probaremos nuestro prototipo con usuarios finales y esto nos ayudará a identificar mejoras significativas, errores a resolver o posibles carencias. Durante esta fase, evolucionaremos nuestra idea hasta convertirla en la solución final que estábamos buscando.
La innovación más "arriscadament segura"
El concepto del Design Thinking (o Innovación Centrada en las Personas) con su significado actual (el diseño y la manera de pensar de los diseñadores aparece en el siglo XVIII con la revolución industrial) es conceptualizado en 90 de la mano de David Kelley, fundador de IDEO y profesor de la Universidad de Stanford. Se trata de un modelo que traspasa el ámbito del diseño para acercarse al mundo empresarial con el objetivo de aplicar la creatividad para encontrar nuevas oportunidades a partir de necesidades latentes.
El objetivo de la primera generación de diseñadores (los de la revolución industrial) era satisfacer las necesidades de las personas a través de la industria. Durante el siglo XX su trabajo contribuyó enormemente a mejorar el estándar de vida del mundo desarrollado. Pero, ahora, nos encontramos en un escenario donde las necesidades básicas ya están cubiertas yhan surgido otras muchas nuevas. El mundo ha cambiado: la sociedad, los modelos familiares, la manera de relacionarnos, la manera como consumimos, la manera como trabajamos, inclús nuestros valores son diferentes y están sujetos en una evolución constante.
El escenario digital y la madurez de la globalización nos sitúan en un contexto altamente competitivo donde todo parece inventado y todo está a nuestro alcance en tiempo, calidades y precios cada vez más competitivos.
Por eso, hoy, se hace más imprescindible que nunca que las empresas desarrollen una actitud innovadora, que incorporen la innovación en su ADN y en sus equipos para ser capaces de interpretar los cambios que afectan el consumidor y a sus necesidades como oportunidades de negocio, evolucionar su oferta de productos y servicios de acuerdo con estos cambios y, incluso, repensar, si hace falta, su modelo de negocio para seguir siendo competitivas.
La innovación centrada en las personas es la forma más arriscadament segura de diferenciarnos y conseguir innovar a partir de una mejora en el diálogo entre los consumidores y los negocios. Esta ha sido la apuesta de Uber, la empresa más importante de taxis del mundo, que no posee ni un solo vehículo y de Airbnb, el principal proveedor mundial de alojamiento, que no tiene ningún hotel de propiedad.