En una sociedad como el actual, cambiando, polimórfica y caprichosa sin razón aparente, conèixer bien la estructura social y su distribución geográfica puede marcar la diferencia entre implantar adecuadamente un negocio o tener la etiqueta de fracaso desde el primer momento. Disponemos de herramientas para lo cual, de sobra.
Pocas son las empresas, con un tipo de negocio que se localiza en una disposición territorial heterogénea, que hayan encargado estudios sociales, con análisis cuantitativos y cualitativas, sobre una área. Pocas las que, antes de aventurarse a emprender algo, se han molestado a comprender qué está pasando en el espacio geográfico en cuestión, con la población quehabita, sus formas, hábitos, costumbres, estructura de la población o niveles de renta... Otras muchas, al fracasar de repente aquella idea con la cual triunfaron durante una década, pero ahora ya no, tampoco se lo preguntan. No siempre ponemos en marcha el sentido común que demuestra la volatilidad social.
En los últimos 20 años, en dos de las tres universidades donde me he formado y he impartido docencia e investigación –dos en Salamanca–, he recibido, en varias ocasiones, la visita de trabajadores de consultoras que habían aceptado encargos millonarios de algunas empresas, para conocer mejor ciertas características de los espacios geográficos donde iban a situarse. La fórmula de la subcontratación por información recibida en un despacho –gratis te amore, no fueran a creer–, apropiándose el éxito en la información necesitada gracias a terceros, también la sufrimos en la Universidad.doy fe.
Por el nivel de las preguntas que me exponían porque los asesorara, comprendía rápidamente que estaban más perdidos en realidad del que tendría que ser razonable. Y, a pesar de todo, cobrarían. Es decir, que incluso aquellas empresas que encargaban un estudio de mercado, no lo estaban haciendo bien. De todas estas experiencias siempre me quedaba la misma pregunta retórica, al final: Cómo es posible que no se den cuenta que no funcionará el que pretenden...?
Un conocimiento adecuado de los territorios sociales no es sencillo de diseñar, pero sí muy necesario, porque los resultados no sólo se miden por la excelencia del proyecto o la idea que en otro lugar funciona. Los resultados muchas veces se estrellan contra una realidad terca a la cual no le hemos pedido opinión. Y cuando la emprendeduría se está jugando una fuerte inversión inicial, esto no es ninguna broma.