En un entorno como el actual donde nos tenemos que adaptar a las nuevas situaciones, a un cambio del mercado laboral, a un cambio de hábitos, a nuevas maneras de hacer las cosas o a una nueva situación porque nos hemos quedado sin trabajo, nos podemos plantear la emprendeduría como una manera de generar nuestro propio puesto de trabajo mediante el autoempleo o aprovechar una oportunidad de negocio con la cual poner en marcha un proyecto empresarial.
Esto nos trae a diferenciar el emprendedor "por necesidad" del emprendedor "vocacional": este segundo se caracteriza para tener "pasión para emprender", hace de la emprendeduría una manera de vivir, asume el reto de poner en marcha una empresa y hacerla crecer.
Ser emprendedor no es tanto sólo ir a Hacienda y dar de alta una actividad por el hecho de decir "soy empresario", es más que esto, es tener unos valores que te diferencian, es tener pasión para emprender, amante del riesgo, capacidad de liderazgo , que afronta los problemas diarios que puede generar el negocio, pero también es muchas veces una persona idealista, que le sobrepasa la ilusión que tiene en un proyecto que hace que se olvide de aquellos aspectos que pueden hacer que su idea de negocio acabe fracasando.
Por eso es muy importante que la persona emprendedora analice previamente su idea de negocio , si será viable o no, cuál será el mejor equipo de personas para gestionarlo, identificar bien cuál será su público objetivo, qué necesidades pretende cubrir, todos aquellos aspectos que no se pueden descuidar, y destinar tiempos a planificar y definir estrategias que lo ayuden a mejorar la viabilidad de su negocio.
Considero muy importante utilizar el plan de empresa como la herramienta que ayudará al emprendedor a analizar la viabilidad de su proyecto y pasar de la idea al proyecto con cierta garantía de éxito, todo y las dificultades que comporte. Por eso, los profesionales de la emprendeduría damos algunos consejos básicos a las personas emprendedoras como por ejemplo.
Únicamente con la idea no es suficiente, es necesaria pero no suficiente. Hay que tener una motivación: hacer aquello que te gusta y te apasiona; sentimiento de libertad; ser tu propia cabeza; tomar tus propias decisiones aunque te equivoques; crear algo nueva; ponerse un reto; por ilusión; para generar ocupación incluyente el propio autoempleo.
Hay que marcar unos objetivos/hitos (comerciales, productivos, etc.) y hacer una planificación y su seguimiento. Escoger correctamente tus socios-compañeros de viaje, establecer una buena relación de confianza. Cada vez adquiere más importancia el equipo humano que gestionará un proyecto (para posibles socios tecnológicos, industriales, inversores privados – business angels, entidades financieras, etc.).
Diversificar el riesgo. Tener en cuenta el cambio de hábitos de consumo , de hacer las cosas, aplicar el sentido común. Testar el mercado, previamente y a posteriori, al lanzamiento del producto o servicio. Buscar la financiación más adecuada en el proyecto empresarial y no soltarse por la desesperación ni por las prisas, no son buena compañía.
Estos son algunos de los consejos que ayudarán a las personas emprendedoras a conocer mejor su negocio y, por lo tanto, a mejorar su capacidad empresarial y en definitiva la consecución de su éxito profesional.