CEO de Delectatech

Los 3 principales "te lo dije" de un emprendedor

21 de Agosto de 2024
Act. 21 de Agosto de 2024
Xavier Mallol, VIA Empresa | Cedida

Emprender no es una tarea fácil. Cualquiera que haya estado en contacto con el mundo emprendedor sabrá que es una de las aventuras más emocionantes y desafiantes que existen, pero a la vez es una montaña rusa que pone al límite las habilidades profesionales y emocionales de cualquier persona.

 

Vaya por delante que no me considero un emprendedor de éxito (sigo trabajando en ello), tengo la suerte de formar parte de ese pequeño porcentaje de emprendedores que han podido crear y hacer crecer su empresa. Después de más de 10 años liderando una startup tecnológica basada en IA en un tiempo y lugar en el que pocos se aventuraban en este campo, continúo viviendo esta montaña rusa y superando momentos realmente desafiantes. Aunque tengo que decir que Barcelona es una muy buena ciudad para emprender y crear, también es muy cierto que todavía estamos lejos de apostar de verdad por la innovación y la disrupción real como piedra angular de una compañía, sobre todo si nos comparamos con otros países europeos o con Estados Unidos. Aquí todavía cuesta muchísimo más levantar capital con modelos altamente disruptivos, y las propias empresas son más reacias a comprar innovación. Aun así, si echo la vista atrás, los problemas más complejos que he tenido que superar tienen poco que ver con el ecosistema en el que me he encontrado.

"Aunque tengo que decir que Barcelona es una muy buena ciudad para emprender y crear, también es muy cierto que todavía estamos lejos de apostar de verdad por la innovación y la disrupción real como piedra angular de una compañía"

Existen cientos de artículos (muchos de ellos excelentes) que enumeran y describen los problemas y errores más comunes de un emprendedor: desde el acceso a financiación, navegar entre la incertidumbre, problemas de product-market-fit, etc. Por ello, en este artículo no me gustaría enumerar por enésima vez los “10 errores más comunes de un emprendedor”, sino focalizarme en esos problemas que en mi caso más me han costado solucionar, aunque haya leído infinitos libros que me alertaban sobre ellos. Aunque podría hacer una larga lista, en mi humilde opinión y mi experiencia me centraré en tres de los principales “te lo dije” que he cometido y sigo viendo:

 

Si el producto es perfecto, es que vas tarde. Da igual cuántos libros de metodología ágil hayas leído o que te hayas tatuado el concepto ProductoMínimoViable en el cerebro: lanzar un producto al mercado cuando tú mismo sabes que no es ni la mitad de bueno de lo que podría ser, no es nada fácil. Este es uno de los mayores problemas de emprendedores con background tecnológico (como es mi caso), ya que al tener la capacidad y el conocimiento de saber hasta dónde puede llegar tu producto, tendemos a esperar hasta que esté “perfecto” para maravillar al mercado.

Si bien es cierto que genios como SteveJobs y su fijación enfermiza por los detalles han hecho mucho daño en este aspecto, la verdad es que tus clientes no son críticos de arte esperando la nueva Gioconda, sino que simplemente esperan una solución a un problema. Si tu producto soluciona esa necesidad, corre rápido a enseñarlo al mercado, mientras ellos lo utilicen ya tendrás tiempo de pulir errores y diseñar esos “detalles de genio” que te sitúen por delante de tu competencia. De lo contrario, puede pasar que alguien haya ocupado tu puesto o, en el peor de los casos, que te des cuenta demasiado tarde que nadie necesita tu “obra de arte”. Si vas a equivocarte, hazlo cuanto antes.

Contrata despacio, despide rápidamente. Contrata despacio, despide rápido. Creo que todo empresario estará de acuerdo en que lo más difícil en una compañía es la gestión de personas. Tener un equipo motivado, productivo y organizado es seguramente lo más difícil de todo, por lo que cuando alguien puede impactar negativamente a esta cohesión, a veces no queda más remedio que despedirlo. Es curioso ver cómo de fácil se ve esta opción desde fuera, pero cuando debes despedir a una persona a la que tienes cariño, que sabes que está pasando por un mal momento y que no se lo espera (sumado al importe de la indemnización), la cosa se vuelve mucho más complicada.

"Contrata despacio, despide rápido"

En mi equipo, cuando alguien me plantea tomar esta decisión y no tiene claro cómo encararla, se lo presento como una elección entre dos alternativas: puedes mantener a esa persona, eso sí, cubriendo el trabajo que hace mal y solucionando los problemas que genera en el equipo, o… podemos pasar un mal rato. Normalmente, optan por la primera opción durante unas pocas semanas. A partir de ahí, cuando ven que la alternativa les hace llegar tarde a casa, con un estrés horrible y con ganas de matar a alguien, son ellos mismos los que deciden prescindir de esa persona. En la gran mayoría de los casos no es nada agradable tener que despedir a alguien por mucho que estés acostumbrado, el problema es que la alternativa suele ser mucho peor para la misma persona y, sobre todo, para la compañía. Al final, es preferible pasar un mal rato que una mala temporada.

50-50 es igual a bloqueo. Otra de las máximas del librito del startupero: evita estructurar una sociedad con dos socios al 50%. Este problema, sumado a no tener un buen pacto de socios, es uno de los problemas más comunes y más peligrosos en el panorama emprendedor. En la vida de cualquier empresa se deben tomar decisiones muy difíciles y muy rápidas, más todavía si nos ponemos en el contexto de una startup, en el que desayunas, comes y cenas incertidumbre. Aunque la paridad puede parecer una solución justa y democrática, esta configuración puede ser una trampa mortal para dos socios con igual poder de decisión, ya que cualquier desacuerdo puede llevar a un bloqueo paralizando el progreso de la empresa. Aunque al inicio siempre se dice “siempre llegamos a un acuerdo”, solo hace falta un desacuerdo para bloquear una compañía. Al principio puede no parecer muy grave, pero cuando la empresa crece y de ella dependen trabajadores e inversores… la cosa cambia mucho. Es preferible tener un acuerdo un poco tenso al inicio cuando todo es de color de rosa, que una pelea después.

"Al final, es preferible pasar un mal rato que una mala temporada"

En conclusión, emprender es un acto de equilibrio constante entre el control, la necesidad de ser justo y la urgencia de ser rápido. Por muchos libros que leas, por muchos expertos que escuches, por mucho que te avisen... lo más probable es que acabes cometiendo los mismos errores por los que hemos pasado todos. Lo más importante es aceptar esta paradoja, “tener cintura”, adaptarte al cambio y saber reaccionar y reponerte a estas constantes salidas de tu zona de confort. Al final, como decimos en mi casa: tú mismo eres la única herramienta que tendrás para toda la vida, así que más te vale conocerte bien.