co-fundador y COO de Homuork S.L

Un MOOC por cada empresa

11 de Abril de 2014
Act. 03 de Marzo de 2016

En conversación informal con el responsable de formación  de un gran banco alemán, nos confesaba días atrás que el 40% de su presupuesto anual en educación interna lo dedicaba a mover gente de un lugar al otro. Entre aviones, taxis y dietas, 40 de cada 100 euros invertidos al formar sus equipos los dedica a pagar la reunión de los estudiantes y el formador en un mismo espacio.

El argumento no es nuevo: la formación a distancia tiene unos costes mucho más competitivos que la formación  presencial. La novedad es que las empresas están empezando a abrazar la formación a distancia no sólo por cuestiones de coste, ahora es cuestión de eficacia. El cambio se explica por el advenimiento de los MOOC, los Cursos Masivos Abiertos en linea, un modelo de aprendizaje atractivo, ágil y pleno de oportunidades por la formación corporativa.

Las grandes compañías europeas y americanas empiezan a ver en los MOOC la herramienta para ofrecer formación continuada a los empleados a costes residuales; un espacio publicitario a través del cual posicionarse en el mercado como un proveedor educativo a través de fórmulas de sponsorship de MOOCs ; o bien como un canal para contratar nuevo personal con habilidades muy específicas.

A guisa de ejemplo, es un fenómeno creciente entre las empresas tecnológicas la demanda de servicios de recruitment a Coursera , Udacity o EdX (principales proveedores de MOOCs abiertos), a quienes se los solicita un filtro de estudiantes destacados en programación, matemáticas o la competencia  que busquen. En un universo educativo que abraza entre 20.000 y 200.000 estudiantes por curso, sólo hay que buscar los que han demostrado mejor rendimiento en la competencia requerida. En otras palabras, los candidatos venden con las pruebas de selección ya evaluadas.

Pero los MOOC no son sólo cosa de gran empresa. Gobiernos de medio mundo empiezan a entender que la oferta educativa de los MOOC puede ser la solución a las sempiternes carències formativas de las pymes, un campo de batalla habitual de la administración pública que nunca ha acabado de resolverse. Y es que en definitiva, cualquier empresa y organización , sea cual sea la dimensión y sus objetivos educativos, puede sacar provecho de una revolución pedagógica que llega para quedarse y que Homuork se esmera para acercarla a la realidad empresarial de nuestro país.