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La reforma de la administración pública: pendiente y urgente

25 de Abril de 2024
Jordi Marin | VIA Empresa

Hace muchos días que desde sectores empresariales se está dando un clamor y una demanda importante para nuestro futuro vinculado con la reforma de la administración pública. Es un tema capital para el futuro de Catalunya y quizás menos presente en el debate público de lo que sería necesario; de momento poco presente en el debate de las próximas elecciones y de los futuros gobiernos de nuestro país.

¿Por qué hablamos de reformar la Administración? Por dos elementos básicos. Por un lado, el actual modelo de administración pública enfrenta dificultades que no son sostenibles a largo plazo. Es imperativo adaptarse al nuevo entorno, radicalmente digital, especialmente con la IA, que ha introducido otros paradigmas de funcionamiento, alejados de la era analógica donde parece que vive la administración. La administración pública se tiene que adaptar a las demandas cambiantes de la sociedad y la economía y, como hemos visto en diferentes manifestaciones, no está siendo así. No hay que ir más lejos: las últimas semanas con las protestas de los agricultores, una de las demandas más importantes estaban vinculadas con la burocracia, muy alejada de sus necesidades.

"La confianza en las instituciones públicas es fundamental para el progreso, y hoy está muy menguada"

Por otro lado, los ciudadanos esperan una administración más eficiente, transparente y centrada en sus necesidades. La confianza en las instituciones públicas es fundamental para el progreso, y hoy está muy menguada. Cuando en nuestra vida privada podemos gestionar de manera eficiente, fácil, ágil, adaptada y personalizada cualquier asunto vinculado a nuestra vida diaria -como por ejemplo la gestión de nuestro dinero-, esperamos una respuesta similar de los que gestionan nuestra vida en común; y hoy esto no es así. Más bien al contrario, parece que vivan en otra dimensión.

Muchas veces pienso que, si la administración pública sigue así, las plataformas vinculadas a grandes tecnológicas nos acabarán dando muchos más servicios que irán sustituyendo la misma Administración, que puede quedar reducida a servicios esenciales muy básicos.

Para abordar la reforma, tenemos que considerar, entre otros, algunos de los principios siguientes:

  • Eficiencia: Simplificar procesos, reducir burocracia y optimizar recursos.
  • Apertura: Fomentar la transparencia y la participación ciudadana.
  • Calidad del servicio: Brindar servicios de alta calidad y accesibles para todo el mundo.
  • Profesionalización: Contar con funcionarios capacitados y comprometidos, e incentivados.
  • Inteligencia: Utilizar tecnología y datos para tomar decisiones informadas, hacer predicciones y proyecciones.
  • Integridad y confianza: Combatir la corrupción y generar confianza en la gestión pública.
  • Innovación: Adaptarse a los adelantos y desafíos de nuestra sociedad igual que hacen las empresas.

Basándonos en estos principios, podemos hacer una lista de las propuestas clave para la reforma de la Administración Pública en Catalunya, que creo que habría bastante consenso:

  • Eficiencia: Simplificar trámites y procesos administrativos, mecanizar, automatizar y robotizar muchos procesos que no aportan valor y liberar a los funcionarios de ciertas tareas.
  • Transparencia: Publicar información relevante y rendir cuentas. La administración tiene que ser una pecera, no una caja negra. Y, como hacemos las empresas, tiene que rendir cuentas. Tenemos que saber cuáles son los objetivos, cuáles son los indicadores para medirlos y cómo evolucionan, y qué acciones se tomarán para corregirlo si no se consigue.
  • Servicios de calidad: Mejorar la atención al ciudadano. Tenemos que ser capaces de garantizar la calidad de servicio por los diferentes canales de atención (con una estrategia omnicanal), y tenemos que aspirar a la excelencia y a la personalización de los servicios.
  • Profesionalización: Capacitar y motivar a los funcionarios. Tenemos que dar herramientas a nuestros funcionarios, y acompañarlos en esta transformación, a la vez que hay que motivarlos e incentivarlos, fijando lo que esperamos realmente de ellos y retribuyéndolos de acuerdo con esta responsabilidad.
  • Tecnología inteligente: Implementar soluciones digitales, a todos los niveles, desde la base de la mecanización, automatización y robotización, hasta las plataformas de trabajo, las herramientas de gestión o las de gestión de datos. No podemos esperar más: la digitalización de nuestra Administración es crítica.
  • Integridad y confianza: Fortalecer la ética y la lucha contra la corrupción. Pero no hacerlo añadiendo más regulación y marcos restrictivos, sino incorporando valores y una cultura de la gestión basada en los principios anteriores.
  • Innovación: Hay que fomentar la cultura de la innovación y la capacidad de dar nuevas respuestas a problemas cada vez más complejos y multidimensionales, con capacidad de adaptación y flexibilidad.
  • Evaluación y aprendizaje: Hay que evaluar y hay que aprender de los éxitos y fracasos, de manera transparente.
  • Sostenibilidad: Hay que considerar el impacto a largo plazo, la sostenibilidad desde las diferentes perspectivas de la acción de la administración de los asuntos comunes.
  • Enfoque en las personas: Colocar a los ciudadanos en el centro de todas las decisiones acontece esencial en esta ecuación.
  • Y finalmente, colaboración: con la colaboración publicoprivada, trabajando en red, construyendo ecosistemas orientados a resolver y abordar los retos de nuestra sociedad, de los ciudadanos y de las empresas e instituciones conjuntamente. No lo podemos hacer de manera aislada, tenemos que trabajar unidos.

En definitiva, la reforma de la Administración Pública es esencial. Nos hace falta para construir una Catalunya de futuro competitiva a escala global. Ya no es una simple necesidad, es imperativo.