La presencia de la mujer al alta dirección no es ninguna novedad. Ya existen desde hace tiempo
Alcaldesas, Presidentas, Consejeras y Empresarias... Pero, en número y en porcentaje, los estudios demuestran que todavía son muy pocas.
Los números hablan en plata:
se ha perdido una década en el aprovechamiento del talento femenino en el mercado laboral. Según el
Indicador de Igualdad de Género de Cataluña (IIGC) realizado por
elObservatorio Mujer, Empresa y Economía de la Cámara de comercio de Barcelona, el 2015 el número de mujeres que ocupaban lugares de dirección era un 45% inferior al de los hombres, porcentaje que prácticamente no ha variado respecto al 2005.
Y que sabemos del camino quehan tenido que recorrer las "afortunadas" quehan llegado? Es fácil deducir que es un camino que ha requerido y requiere muchas energías, una ingente inversión de tiempo,
gran afán de superación y a menudo elevadísimos costes personales, hacia su propia salud, por ejemplo. Según un estudio del INE del 2013, el género femenino es el más afectado de alguna enfermedad o problema de salud a cualquier edad.
Enfrente esta situación, se encuentra la necesidad de mostrar una visión 360° de la mujer directiva y empresaria, que refleje las carencias en salud, que refuerce su estilo de liderazgo (que sabemos muy diferente del masculino), y que
construya un nuevo mensaje en la sociedad que las integre en la toma de decisiones que las afectan.
Mujer y empresa. Mujer y salud. Estos dos esos son los que se recogen como espejo al
Women 360° Congress, que tendrá lugar esta semana, y que nace con la idea de dar
un enfoque integral a las necesidades y demandas en materia de salud, bienestar y empresa de las mujeres directivas y empresarias. Un espacio de información de interés para las mujeres, de transferencia de conocimientos y saberes desde las experiencias de directivas y empresarias, por un lado, y de comunicación con aquellas empresas y entidades que se sienten comprometidas con el apoderamiento de las mujeres.
Un enfoc realista de la situación de la mujer sobre salud y empresa se hace necesaria: mostrar la situación y reflexionar sobre sus carencias, sobre los puntos "que duelen" y de este modo encontrar soluciones y propuestas innovadoras. Y si es en red, mucho mejor. Redes crecientes de mujeres empresarias y directivas con proyectos que ayuden a superar las barreras para acceder a lugares de dirección, para
romper el "techo de vidrio", que por muy trillado que suene, todavía es una gran realidad. Redes para prevenir en salud, para hacerse apoyo y por empoderar-se.
Hay que poner valor al inmenso talento femenino que se pierde cada año a las empresas españolas como consecuencia de los techos de vidrio. Los estudios y las entidades de referencias alertan:
la pérdida de este talento tiene un coste cuantificable para las empresas y repercute en la competitividad de nuestra economía a escala global, sin la integración de la diversidad de género como cultural organitzacional.
Es un coste que no nos podemos permitir.