Abro la app para iOs de Feria Valencia, buscando el apartado dedicado a Forinvest, el encuentro de networking financiero que se ha celebrado esta semana. Consulto el programa del primer día, martes 3 de marzo. Y veo que en el Foro del Asesor, uno de los espacios, hay programado un acto: Buñuelos y chocolate. Me sorprende... y no. Porque cuando yo intento explicar que en València las cosas "se hacen diferentes, más de tú a tú, y en familia", me cuesta encontrar un ejemplo, pero este almuerzo (tan fallero) me lo está poniendo fácil para explicar, a quien me quiera leer, que también se puede hablar de dinero, de riesgo de negocio y de inversión, mientras comemos chocolate deshecho. Será que estamos en Fallas o será que estamos en València.
La feria ha concentrado al grueso de la plaza financiera valenciana, concepto que emplea a menudo la directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, Isabel Giménez Zuriaga, para explicar las singularidades del mercado financiero del cap i casal. Ella firma uno de los artículos de Opinión de la semana, en la cual nos hemos propuesto dar más voz a las mujeres y su pieza, que habla de megatendencias, nos explica también un Forinvest que existe: el de la IA, el respeto al medio ambiente... los ODS se cuelan siempre en el discurso, sobre todo de un tiempo a esta parte.
En Forinvest también ha estado el economista José M. Gay de Liébana, gurú económico para muchos, profesor universitario y muy buena gente, si se me permite el comentario. Ha presentado su libro con el auditorio lleno, a pesar de la hora (16.15 horas), la programación en el último día de la feria y la lejanía de Feria Valencia con el centro de la ciudad.
Gay de Liébana en Forinvest | Feria Valencia
Hace unas semanas conversábamos en la playa de las Arenas sobre muchas cosas que han podido leer en la crónica de aquel encuentro pero hay algunas otras, abstractas, intangibles, que me llevo y obviamente, algún off the record maravilloso que le da jugo y alegría a esta profesión nuestra tan maltratada. Cuando el entrevistado te pide apagar la grabación o dejar caer el bolígrafo, es cuando más periodistas nos sentimos: ese regusto de tener entre manos una pelota que quema pero que no podemos compartir... y que si nos dejaran, ¡ay! Madre si nos dejaran contar!
En la entrevista con Rosana Perán que han podido leer este sábado, la premiada vicepresidenta de Pikolinos también pide algún silencio. Y justo en ese impás me permite descubrir una mujer empoderada que sabe explicarse con las palabras justas. Obviando la mediocridad. Cómo nos gusta en VIA Empresa.
La de Perán es una empresa tan conocida que no hace falta que expliquemos más. Unos Pikolinos son unos Pikolinos, zapatos que los usuarios reconocen como de calidad y a los cuales llegamos (como compradores) cuando tenemos conciencia de que el hecho de calzar bien es importante si no quieres tener mal los pies. Yo, que ya me he hecho mayor porque irremediablemente he llegado a esa conclusión (y a otras muchas, por supuesto) aprecio los tacones pero unos zapatos cómodos son clave para ir a todas partes. Y en una feria como esta, con los espacios tan anchos de que dispone Feria Valencia, lo más inteligente es calzar unas zapatillas como las que lleva Rosana Perán. "¡¿Unas deportivas?!", le pregunto. "¡Son Pikolinos!", me dice. Blancas, con aire adolescente... están de moda. Mirando en la tienda online de la marca de calzado alicantina, he descubierto que son el modelo Cabanes W4X y que cuestan 145 euros. El precio, alto, también es marca de la casa, porque según me ha explicado ni siquiera en plena crisis económica decidieron rebajarlo.
En una feria como esta, con los espacios tan anchos de que dispone Feria Valencia, el más inteligente es calzar unas vambes como las que trae Rosana Perán
Pero además de los zapatos, Rosana Perán me ha hablado de su firma y de los valores que su padre les ha insuflado como fundador desde que en 1984 -el año de mi nacimiento- fundara oficialmente la compañía. La suya es una empresa de moda pero industrial, como las que han analizado estos días en la feria Advanced Factories de Barcelona. Mi compañera Marta Escobar les ha hablado de ella en sus crónicas pero a parte a mí me interesa destacar el potencial valenciano que han querido proyectar en este acontecimiento en que, precisamente, se ha premiado a Ford la misma semana que ha anunciado un ERE (otro) que ha hecho pronunciarse al clúster valenciano de la Automoción, AVIA, en términos de tranquilidad.
Para redondear la semana, el jueves voy al Sabadell Hub Empresa para escuchar a la periodista Mar Galtés sobre cómo hacer visible aquello que hacemos, desde la comunicación. Otra mujer que sumar a la lista de voces a las cuales leer y/o escuchar. Stephanie Marko, que firma la opinión de lunes de VIA Empresa con un artículo valiente (cómo siempre) en que denuncia la ignorancia de los empresarios hombres respecto al feminismo y las necesidades de las mujeres de reclamar la igualdad aquí o en Kuala Lumpur, nos empuja a girarnos, a derecha e izquierda, para ver si vivimos en un entorno igualitario.
Porque a menudo pensamos que las desigualdades sólo pasan en África, como ella bien apunta, y después te das cuenta de que la camarera del bar en que tomas café friega mientras el camarero del mismo bar se fuma un cigarro con los clientes; ves como la dependienta de la tienda aprovecha que 'la mujer de la limpieza' vigila la puerta para ir al súper; o recibes Whatsapps a las tantas de la noche de mujeres que son profesionales liberales y que van "de culo" porque no llegan a todo. Literalmente.
Mar Galtés, en el Sabadell Hub Empresa de València | NNG
Por eso a menudo en medios de comunicación tan conscientes de la desigualdad en que estamos las mujeres nos cuesta tanto encontrar voces femeninas que expliquen la realidad. Queremos expertas, pero ellas son mujeres que trabajan (dentro y fuera), compran, revisan, evalúan, se responsabilizan y no encuentran horas, porque, además, a veces (no siempre) quieren ser madres. Es aquí cuando el reloj laboral se para (o no, depende) pero la vida cobra más sentido, y esto es una aportación absolutamente personal.
Ser mujer es muy complicado, lo han de saber saber ustedes, pero a la vez tan maravilloso que no querría ser otra cosa que una mujer que vive en igualdad. Solamente.
Feliz 8 de Marzo.