Dice su biografía que el químico valenciano Rubén Darío Costa Riquelme, premiado este miércoles en València con presencia de la reina Letizia por la Fundación Princesa de Girona en la modalidad científica, "participó recientemente en la Reunión Anual de los Nuevos Campeones del Foro Económico Mundial que se celebró en la ciudad china de Tianjin, y en la cual fueron seleccionados 36 investigadores menores de 40 años procedentes de más de 20 países". No lo hago con premeditación, pero es que es ver China en cualquier texto y las negritas se me ponen solas. Deformación profesional tiene que ser. No sé qué distancia temporal establece este "recientemente" porque estoy en ese punto de intentar contrastar con el protagonista un hecho que las notas de prensa sitúan en el 2018. Si 2018 es "recientemente", estoy tranquila. Si el reciente habla de fecha reciente, tengo mucha curiosidad en hablar con Costa Riquelme.
El jurado del premio con la reina Letizia, reunidos en Valencia | Cedida l
Dicen las crónicas que el químico, galardonado por "la originalidad de sus investigaciones en el campo de los leds con componentes biológicos con el fin de reducir el impacto medioambiental", fue el único español en asistir al encuentro de Tianjin, una ciudad que, según San Google Maps, está a una distancia en coche de más de 11 horas de Wuhan, epicentro del maldito coronavirus. Con todo, es fácil que el químico, sin saber nada, pusiera en práctica las recomendaciones de la OMS, puesto que son de sentido común: lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón, cubrirse la boca al toser o estornudar... Mantener un metro de distancia con el interlocutor, sobre todo si este está contagiado, es otro de los tips. En el fondo, son las cosas que intento que haga mi hija cuando está resfriada, pero no siempre me hace caso, para ser sinceros.
Ganyet, en su artículo (sublime, como siempre) de este viernes ya explica que al ISE de Amsterdam, donde ha estado esta semana, ésta es "información y buenas prácticas que tendríamos que tener siempre, a todas horas y con todo el mundo".
La cuestión es que China nos tiene alucinados estos días. Alucinados y preocupados. Ha generado la cancelación de la celebración de un monstruo tecnológico cómo es el Mobile World Congress y todo lo que comporta para la economía barcelonesa, catalana, mediterránea y estatal. Lo han explicado mucho y muy bien estos días los compañeros Victor Costa, Marta Escobar y Margalida Vidal, que no duermen con tanta noticia de última hora. Que si se planta la falla, que si no... perdonad la comparación, pero en València estamos a punto de empezar nuestras fiestas patronales y cualquier noticia vinculada a las Fallas es tan importante como un Mobile (no me matéis, antifalleros).
Más allá de la broma, la declaración de los ponentes de la multitudinaria rueda de prensa del jueves sobre la cancelación del acontecimiento es muy fallera: "Mañana mismo empezaremos a trabajar para celebrar la mejor edición de la historia". Es lo que decimos en València la noche del 19 de marzo cuando empezamos a quemar los monumentos. Que no pasa nada, ¡¡que ya estamos trabajando en las próximas Fallas!! Es un consuelo y un mensaje motivador para quien despide un proyecto ilusionante. Un poquito de lo que les tiene que estar pasando a los organizadores. También hay valientes en toda historia. Y en esta, sin duda, lo han sido los emprendedores del Barcelona Tech City los que han sabido ver el nicho: "¿que todos los inversores tienen hoteles y billetes reservados?, pues montamos el Barcelona Tech Spirit y lo rematamos". Esto es liderazgo.
StartupValència, la nueva marca de la antigua Asociación Valenciana de Startups, también había confirmado vía Twitter que apoyan esta iniciativa. Seguro que hay falleros entre ellos y saben que de las cenizas siempre salen grandes cosas.
Hablo con su CEO, Nacho Mas, y me confirma que tendrán una presencia destacada en el nuevo acontecimiento y que estudian co-organizar un acto la tarde-noche del día 24 de febrero en Barcelona. "Está todo cocreándose, pero vamos a colaborar con Barcelona Tech City. Van a pasar muchas cosas allí y queremos participar", apunta en declaraciones a VIA Empresa.
Nacho Mas (Startup Valencia): "Van a pasar muchas cosas en Barcelona y queremos participar"
China, culpable de manera indirecta de todo este tsunami, estaría librando una batalla tecnológica con Occidente, según algunas fuentes muy ilustradas. Con los acuerdos comerciales usados como arma política entre Donald Trump y el gigante asiático (mientras escribo estas palabras los agricultores valencianos están manifestándose por la situación en el campo), la economía valenciana también tose afectada. Lo explicaba el martes en un desayuno informativo el presidente del Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, José Vicente Morata, diciendo que "hemos permitido que la fábrica del mundo sea China y ahora lo pagamos". Es una declaración redonda la suya, que va más allá del coronavirus y se adentra en la globalización, la transnacionalización y, en definitiva, la conectividad máxima en la que están nuestros mercados. Mirad todo el que pasa: si tosen allá, aquí temblamos. Literalmente.
Entre todo este maremágnum de ruedas de prensa sobre el MWC, declaraciones en redes sociales y fake news, a veces parece que vivimos ajenos al mundo. Suena la música clásica. Yo miro el móvil compulsivamente para comprobar qué pasa en Barcelona. Estoy en el Jardín Botánico, que acoge este jueves la gala de entrega de los premios DonaiDona que otorga EVAP, para premiar a las compañías que apuestan por integrar a mujeres en situación de riesgo: víctimas de violencia de género, paradas de larga duración. Gente comprometida, en definitiva.
Rossy de Palma, al acto de EVAP | Cedida
Muchas mujeres, algún hombre, como Victor Tatay, regional director de Adecco Group, con quien me reencuentro después de muchos años. Sentada a mi lado, Mar Mestre, de comunicación de Caixa Popular. En primera fila, la consellera Gabriela Bravo, la regidora Pilar Bernabé, la empresaria y presidenta de EVAP Eva Blasco, y la actriz Rossy de Palma, madrina del acto, que da un discurso 100% feminista: "El feminismo se me ha quedado raquítico, pero la sororidad es el primer escalón de esta escalera. Juntas tenemos fuerza, nos damos alegría", expresa.
Decía que a veces olvido, olvidamos, el mundo en el que vivimos. No es que en el Botánico esté sonando otra música, es que la danza china nos tiene embelesados. Tosemos, pero respiramos.