Un dicho asegura que de las crisis salen oportunidades. Así y de pleno nació el Bar Maracaibo; en medio de una muy gorda: "Abrimos justo cuando se permitió la apertura de terrazas de los restaurantes después del confinamiento por la covid-19. Se han invertido alrededor de 70.000 € para la mejora del local y el acondicionamiento", recuerda Oriol Fàbregas, propietario también del Bar But (donde hizo maravillas en un local poco agraciado), que, en este negocio, se alía por segunda vez con el Grupo Manolete.
Lo tenían claro; la zona tenía que ser la Barceloneta y el local que más les tiró es el que justo hace esquina con el Born en un edificio histórico que alberga uno de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad (y visitado por los turistas). "Fue en esta esquina por su ubicación, por su amplia y vistosa terraza, porque el espacio, aunque el interior sea pequeño, tiene mucho de encanto".
El Maracaibo nació con lo que podríamos denominar un enfoque postpandémico, pese a la complacencia turística de la zona y ya con los ojo puestos en los residentes de una ciudad todavía cerrada socialmente. "Nuestro planteamiento es enfocarnos en el cliente local, y sabemos que bajar hasta aquí no es fácil", se ríe. "Si a esto le sumas esta nueva situación que estamos viviendo, el resultado no es el esperado. Aún así, es momento de hacer rodar el proyecto y mejorarlo día a día, con el deseo de que pueda sumar para animar al barcelonés de disfrutar de la Barceloneta de nuevo", añade.
Se busca aquel aire colonial, aquella alegría cromática que un día fue el antiguo paraíso petrolífero de Venezuela
Una bienvenida de plantas exóticas, persianas y maderas pintadas con colores llamativos y decapados envuelven la terraza. Se busca aquel aquel aire colonial, aquella alegría cromática que un día fue el antiguo paraíso petrolífero de Venezuela. El nombre va ligado, evidentemente, con la historia de la propia Barceloneta y del edificio de Pla de Palau que, construido a mediados del siglo XIX (1840, para ser más exactos) lo aloja. La Casa Xifré y sus porches fueron, como un dato curioso, el primer edificio en ser fotografiado en España junto a la Llotja, que fue un acontecimiento en la ciudad, pero esta es una larga historia. El Maracaibo actual y sus plantas nos transportan a los pequeños negocios de street food; un finger food que está en todas partes en su carta (limpiada con gel hidroalcohólico previamente, está claro). "Queremos una propuesta gastronómica basada en comer platos de calle de muchos rincones de mundo con las manos. Por eso, Maracaibo es un nombre que nos gustó: rinde homenaje a la historia y explica un poco el concepto que estamos llevando a cabo en el restaurante".
Una carta corta e inteligentemente descomplicada con un suministro de delicias de bocadillescas: "el de Roastbeef y el Soft Shell Crab son los platos estrella, sin duda", explica. Entre los bocadillos, un guiño a su querido Bar But: los baos de costilla. Las cervezas -"lo que pega más con la comida de calle", defiende-, también tienen su lugar preeminente: "Tenemos cinco barriles pinchados, de los cuales uno de ellos es rotativo. Puedes encontrar lagers, IPAS, de trigo, sin gluten, triple belga, una sin filtrar que hay que agitar (suavemente) antes de servir, artesanales…".
Fàbregas, uno de aquellos empresarios a quienes les gusta pasar desapercibido pero que (sabemos) que tiene una mente del todo inquieta, afloja un spoiler para septiembre cuando, todo apunta, necesitaremos buenas noticias: Étoile es el próximo proyecto con el Grupo Manolete. "En este caso sí buscaremos algo pareciendo a lo que se buscó con el Bar But, es decir, ser el bar de barrio. Donde puedas desayunar, comer, pasar una tarde agradable con los amigos o cenar con tu pareja o grupo de amigos. Para conseguir esto, lo más importante es el equipo". Y el empresario sabe de lo que habla: viene del terreno deportivo donde pasó más de 15 años en un equipo de competición de hockey hierba. "Esto te aporta muchos valores, y uno de ellos es la implicación en un proyecto. Cuando hablábamos de quedarnos con el local, una de las ideas fue mantener los trabajadores. Algunos de ellos llevan más de 15 años allí, por lo que buena parte del alma de este local son ellos. Una cosa que nos hace ilusión es que queremos recuperar el plato combinado de los mediodías, que poco a poco han ido desapareciendo de los bares. Adecuar esto a los nuevos gustos de los consumidores, buscando fórmulas equilibradas. Por la noche tendremos una carta de platillos actual, donde poder pasar la noche a gusto, rodeada de parque, y donde lo principal es el producto. También hemos aprovechado el mes de agosto para hacer mejoras estéticas del local (todavía estamos en obras)". Pero está convencido de que la apertura no irá más allá de mediados de septiembre. Al mal tiempo, hay que ponerle buena cara.
Bar Maracaibo
Pas de Sota Muralla, 1, Barcelona
Tel.: 930 157 8 50
Precio medio: 25€