No deja de ser curioso que Gonzalo Pin llegue muy temprano a su despacho de la Unidad del sueño de la Clínica Quirón en Valencia. Pero todo tiene una razón: su cronotipo se enmarca entre los denominados ‘Alondras’. Es decir, aquellos que son más productivos física y mentalmente a primeras horas del día.
Su figura es la de una persona que buscó remedios para males que ni siquiera se creían tales. Un pediatra que ha conseguido explicar cómo, mejorando el descanso, todo lo demás es susceptible de ir bien. Director de una de las primeras (si no la pionera) áreas especializadas en cómo debemos dormir desde pequeños para tener salud en el futuro. Y divulgador, durante más de cuatro décadas, de métodos que hoy día comienzan a ser considerados clave, especialmente para la era post pandemia en la que vivimos.
Uno de los males sempiternos de las sociedades modernas es no dar importancia al sueño
Porque uno de los males sempiternos de las sociedades modernas es no dar importancia al sueño. Cuando es éste, precisamente, el que no solo nos permite recuperarnos de actividades (físicas y mentales) extenuantes sino quien regula que nuestra salud cerebral y emocional sea capaz de lidiar con todos los momentos de preocupación y estrés que hemos vivido y seguimos viviendo a día de hoy.
"Se ha demostrado con la pandemia y el teletrabajo que no tiene sentido trasladar los horarios de oficina a la casa. Es evidente que con una flexibilidad las personas no solamente son más felices, sino más productivas y por lo tanto más valiosas para sus empresas", señala.
El valenciano, si no es la mayor referencia en su ámbito, es una de las más destacadas a nivel mundial. Ahora, sin embargo, ya no viaja tanto por el globo como lo ha hecho a lo largo de su vida. Él dice que es porque se ha hecho mayor, pero detrás se esconde el nacimiento de su primer nieto. Que le ha traído a la mente por qué nació su vocación.
"Estoy justo ahora escribiendo un libro donde voy a explicarlo. A nivel personal, mi hija Gala nació y dormía maravillosamente, con lo cual como padres jóvenes que estudiaban y comenzaban a trabajar todo marchaba sobre ruedas. Pero Gonzalo nació con alergias y reflujos y en aquella época (y a veces aún hoy) se diagnostica todo menos los problemas derivados del sueño. A ello había que unir que en la carrera nadie te preparaba para algo similar, que dabas 11 minutos en total en medio de una asignatura, que no había internet…", recuerda.
"Siempre que podía me pasaba por una librería médica. Y un día, entre las novedades, encontré algo llamado Pediatric Sleep Medicine. Me cambió la perspectiva. Me hizo marcharme a Stanford a estudiar, luego a la Complutense. Y traté de explicarle a los responsables de aquella época la necesidad de implementar algo así en la sanidad española".
Cuando el Estado no comprende que debemos descansar
Huelga decir que le cerraron muchas puertas, al menos en la pública. Motivo por el cual derivó a la privada, donde lleva 30 años liderando secciones, estudios, artículos y publicaciones relacionados con el trastorno del sueño en pediatría. Pero también aplicándolo a la vida adulta.
“El primer error es tratar de adaptar desde los recién nacidos a los adolescentes a los horarios del resto de la sociedad”
"Es muy preocupante que la sociedad actual transmita como mensaje que dormir no es importante. Los padres, como ya ocurría en el pasado, no saben qué hacer, a pesar de toda la información de que disponen, pero todo se reduce a algo muy sencillo: la sociedad occidental no está organizada para adaptarse a los ritmos circadianos de los niños, que son diferentes a los de los mayores. Y el primer error consiste en tratar de adaptar desde los recién nacidos a los adolescentes a los horarios del resto de la sociedad", afirma.
"Sueño y depresión, ansiedad y suicidio, obesidad o diabetes tipo 2 están muy relacionados"
Asevera que parece haber "una mayor conciencia en cuanto a los hábitos de vida saludable, pero curiosamente se habla de comida y de ejercicio y el descanso no lo incluyen. Y estamos infravalorando algo que tiene impacto sobre la salud física y mental. Sueño y depresión, ansiedad y suicidio, obesidad o diabetes tipo 2 están muy relacionados. Incluso los accidentes de tráfico, de los que un tercio vienen derivados de este tipo de trastornos".
Sin embargo, no cree que sea posible una transición rápida, a pesar de la mayor concienciación derivada de la pandemia. "Los poderes legislativos no le dan importancia. No hay más que ver sus horarios de reunión, donde trabajando tantas horas pierdes atención y eso incrementa el riesgo de cometer errores. La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño hemos elaborado escritos para una Proposición no de ley al Congreso y nos hemos reunido con el Ministerio de Sanidad, pero los avances son terriblemente lentos".
Las cifras nos desbordan
Premiado por instituciones como la Academia Americana de la Medicina del Sueño, la Sociedad Europea de la Investigación del Sueño o la Asociación Española de Pediatría, añade pese a ello un mal endémico del que ya se hablaba en siglos pasados, por lo que apenas sorprende. "No sé por qué los expertos españoles son más reclamados fuera que aquí. En mi tierra me respetan, pero he hecho más cosas en mi vida con gente de Estados Unidos. Es un lastre para nuestro país, porque se infravalora al científico y hace que las mejores mentes trabajen para otros lugares, en lugar de ayudar a mejorar el nuestro".
En este sentido, la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño advirtió hace tan solo dos semanas que la falta de descanso se ha convertido en un problema de salud pública. Y los datos son muy concluyentes.
Más de un 30% de la población se levanta con la sensación de no haber descansado
Se estima que en España más de cuatro millones de personas padece algún trastorno de sueño crónico y grave, y más de un 30% de la población se levanta con la sensación de no haber descansado.
De hecho, según comentan diversos expertos, la pandemia ha acentuado la línea ascendente que ya tenían las pastillas para dormir, especialmente los hipnóticos (Benzodiacepinas),
Pin, autor de varios libros, multiplicó su presencia curiosamente gracias al titulado Pediatría con sentido común para padres con sentido común. Pero no deja de ser curioso que lo escribiera junto a Eduard Estivill, que posiblemente sea la vertiente más alejada de sus teorías sobre el sueño de los niños. "Ambos tenemos una gran amistad y nos profesamos respeto. De hecho, como científico tú debes permanecer en una duda continua y escuchar las opiniones del resto, aunque no te gusten. Ciertamente tenemos posicionamientos muy distintos, pero redactar juntos fue un ejercicio de autocrítica mutua. Generó un diálogo y nos obligó a hacer unas concesiones que derivaron en un entente cordial que transmitiera tranquilidad y conocimiento a las familias. Él, de hecho, poco a poco ha ido variando sus posicionamientos, porque en cualquier caso todos sabemos que en el campo de la salud las verdades absolutas son transitorias".
Concluye con media sonrisa respecto a su reciente estreno en Instagram, bajo el nick @pinarboledasgonzalo y su extraordinario hashtag #Pindiatra. "Mi hija, con su reciente maternidad, me ha empujado a usar un canal donde están los padres jóvenes. Me ha sorprendido mucho su alcance (acumula ya más de 4.000 seguidores), pero sobre todo lo he abierto porque creo que hay demasiada desinformación en la red", apostilla.