Si dicen que los 30 son los nuevos 20, los 50...también lo pueden ser. Así lo ha entendido la cantante canadiense Céline Dion, que después de más de tres décadas de carrera musical ha encontrado una oportunidad de reinventarse como icono de la música. Resulta difícil pensar en casualidades en el mundo del showbusiness, pero el pistoletazo de salida oficial a su nueva vocación se produjo a finales del mes de junio, coincidiendo con la celebración de Paris Fashion Week. En un escenario en el que no se esperaba de Dion más que el papel de figurando, el artista monopolizó la atención de las cámaras luciendo un atrevido conjunto de Dior y ofreciendo todo tipo de ademanes a los fotógrafos. Un recital de estilo y buen gusto a apenas dos meses ver de la presentación del The Céline Dion Collection, su bautizo como emprendedora al mundo de la moda.
Pero remontémonos en el tiempo. A mediados de los 90 Céline Dion ya era una de las más grandes divas de la música norteamericana. Intérprete de la canción oficial de los Juegos Olímpicos de Atlanta '96 y venerada por su My Heart Will Go Donde (sí, la canción de Titanic), la cantante optó para garantizar su posición de estrella convirtiéndose en una de las residentes en Las Vegas, siguiendo así el camino marcado por otros artistas como Tom Jones, Prince, Elvis Presley o Britney Spears.
Un refugio dorado desde donde un artista puede combinar actuaciones rutinarias a precios de oro con grabaciones de nuevos discos y giras para seguir en el recuerdo del gran público. Y, justo cuando nadie esperaba grandes sorpresas a la biografía de Dion, la canadiense se emperra a convertirse en un icono de la moda. Y lo hecho con grandes resultados. Entre los titulares aparecidos después de su presencia a Paris Fashion Week encontramos líneas como "el icono de la moda que necesitaba el 2017" (The Guardian), "Dion ofrece todas sus posturas" (USA Today), o lo "Nadie brilla en París como Céline Dion" a la revista de moda WWD.
Sin duda, la mejor publicidad antes de la salida de The Céline Dion Collection, un proyecto del que la prensa empezó a hablar a finales de 2016 y que ofrecerá un catálogo con ropa, complementos, maquillaje y muebles de diseño. Para hacerlo, la cantante contará con la colaboración de la empresa de promoción EpicRights, que se encargará de cerrar acuerdos con los grandes operadores del retail y de la venta de las licencias a escala global.
"Céline Dion es una marca de impacto global y con una base de fans difícilmente comparable", explicaba el CEO de EpicRights, Dell Furano, en el anuncio de la asociación. Y este es uno de los objetivos de la marca: llegar a los fans del artista. Para hacerlo, la colección de Dion apostará por productos accesibles tanto en diseño como en precio.
La puesta de largo de la marca llegará este próximo mes de agosto, cuando llegará a los escaparates de los grandes almacenes norteamericanos Nordstrom.
Este será el punto final a una biografía emprendedora más bien gris. Si en su vertiente artística Dion acumula 240 millones de discos vendidos, cinco Grammys y siete American Music Awards; las inversiones empresariales de la cantante no van más allá de alguna compraventa inmobiliaria. Los 50 son una buena edad para reinventarse.