El mundo de las criptomonedes, y las iniciativas empresariales que se asocian, todavía genera cierto rechazo, tanto entre el público en general cómo en esferas económicas más especializadas. Demasiado etéreo, demasiado voluble. Elon Musk tuitea y BitCoin se desploma; China quiere más PlayStations y te quedas sin ahorros. Si se ignoran las reacciones satíricas en redes a las fluctuaciones de las monedas digitales y de sus seguidores – más allá de dogecoins y de "Aquí se holdea" – las divisas con tecnología blockchain son todavía un ecosistema oscuro, del que poco, percibimos, nos podemos refiar.
Sobre esta premisa se construye la novela El Club dels Robinhoods (2019), del economista y articulista especializado Josep Lluís de Villasante. Con efluvios de thriller de espionaje, la obra explora un desfalco alrededor de una empresa basada en la plataforma Ethereum, una de las iniciativas de blockchain open source más importantes del mundo en la actualidad – y la criptomoneda que se genera, Ether.
En la ficción, un hacker encuentra una puerta de entrada al protocolo de un proyecto de smart contracts llamado Distributed Autonomous Organization (DOA), y hace desaparecer cincuenta millones de dólares del capital conjunto de los inversores. En lo que describe cómo una narración "muy anclada en la realidad", de Villasante explora los límites y los peligros de las criptodivisas, una tecnología interesante pero con un valor anclado en subjetividades colectivas como pocos otros productos financieros.
El club dels Robinhoods viste de intrigas, en ocasiones corporativas, en otras más a pie de calle, el fenómeno y las problemáticas de las monedas digitales basadas en blockchain y las iniciativas empresariales que se construyen. Con su primera novela, de Villasante hace un trabajo de artesanía bañada en expertise económica y empresarial.
'Hard forks' y 'tokenholders'
El club de los Robinhoods funciona bien, a menudo, como glosario para no iniciados de la terminología empresarial del blockchain. Los inversores / accionistas de DOA, en cuanto que propietarios del valor de la iniciativa en Ethers, son tokenholders. Los mediadores de los mercados oscuros de criptodivises, encargados de mezclar operaciones diversas para esconder las huellas de una concreta, son mixers; y los cambios de estrategia empresarial son hard forks.
La explicación es necesaria, además, en cuanto que algunos de los patrones más relevantes de la narración se expresan en estos términos. Será difícil para cualquier lector entrar en las giragonses de la trama si al capítulo ocho todavía no conoce las equivalencias USD/EDT – de dólares americanos a Ether – en la cotización de las compañías. El club de los Robinhoods aporta, en este sentido, el conocimiento por, como principiantes, hacer una primera mirada al abismo de las criptodivises.
La novela se esfuerza para dejar claro los paralelismos entre el que se narra y acontecimientos reales alrededor de mercados de este tipo – a pesar de que el autor los descarta como "fruto de la más grande de las casualidades". Tanto es así, de hecho, que uno de los personajes principales acaba, al epílogo, publicando una novela titulada El club de los Robinhoods. Si algo deja claro, pues, la opera prima de Villasante es que quien quiera invertir en criptomoneda se tiene que guardar bien las espaldas.