De la calamidad, a producirse un programa de cocina casero a medida. Muchos chefs afrontaban la segunda quincena del mes de marzo con una expectativa desoladora para sus restaurantes: cerrarían, aplicarían un ERTE a sus empleados y dejarían a sus colaboradores en standy by por el estado de alarma por la pandemia del coronaviruis decretado por el ejecutivo de Pedro Sánchez. Pero el reto del confinamiento ha llevado a los estrella Michelin a dar lo mejor de sí tras los fogones de su propia casa.
Como un plató improvisado, Dani García, los hermanos Torres, Jordi Cruz o el francés Christopher Coutanceau, entre otros, han abierto la intimidad de sus hogareñas cocinas a los internautas. Hasta el mismísimo Ferran Adrià, que desde que cerrase el Bulli en 2011 había colgado el delantal, lo ha cogido estos días virtualmente.
Una audiencia potencial tremenda -el tráfico web ha crecido un 80% en España, situándose como segundo país de la UE, por detrás de Alemania, con más tráfico de datos, y el quinto a nivel mundial, tras Estados Unidos (17%), India (14%), Reino Unido (8%) y Alemania (6%)- y la necesidad de muchos de aprender a cocinar a marchas forzadas, han predispuesto una oportunidad.
Dani García fue uno de los primeros que encendió la vitro. El chef malagueño (apeado por voluntad propia del estelar firmamento de la guía francesa) cocinó una ensalada de pimientos chocolate asados con mozzarella y una pierna de cabrito al horno con aceitunas y orégano. El éxito (60.000 reproducciones en un solo día) le animó a seguir. Cocinó un arroz de lomo de cerdo ibérico adobado, con setas y piquillos, al que siguieron unas verdinas con almejas y pollo al ajillo con setas y patatas, Cacio e Pepe, codornices a la brasa y el famoso arroz con leche de sus restaurantes Bibo Dani García y Lobito de Mar.
Los hermanos Torres, mucho más dados en estas lides culinarias televisadas, le siguieron. Los Torres hacen estos días un dos por uno. Se han retado en un challenge fraternal que hemos seguido de cerca. Sergio cocinó su adorada lubina de Aquanaria en una cama de sal, romero y tomillo con guarnición de chalotas y ajos. Javier le dio la réplica con un plato a base de jamón, huevos de codorniz sobre una bandeja de patatas con ajo y pimiento rojo previamente horneados. Le siguieron una tortilla de patatas con jamón, un risotto de verduras y un arroz con flor de romero.
También en televisivo Jordi Cruz ha sacado partido de su experiencia al frente de MasterChef desde la intimidad de su hogar. El chef del triestrellado Abac ha cocinado una crema de alcachofas y un gazpacho de fresas. Aunque promete seguir subiendo contenido a la red estos días.
Eneko Atxa, un chef que trabaja una cocina pensada desde la sostenibilidad, acercó las posibilidades de una verdura tan humilde como la coliflor a un público sobrealimentado estos días a base de pizzas y pasta. Es una receta de Azurmendi que ya había cocinado para los concursantes de MasterChef 7 y que forma parte de su menú degustación 2019. Coliflor a la brasa; cocinada al vapor, con pilpil de coliflor, dorada al fuego y con caviar esferificado de coliflor y leche de oveja cuajada.
Christopher Coutanceau, reciente triestrellado Michelin, firme defensor de la pesca de proximidad sostenible desde su restaurante de La Rochelle, ha descubierto a su público una nueva faceta estos días cocinando platos tradicionales y de reaprovechamiento como la lasaña o su receta de camarones “sin desperdicio".
Incluso Ferran Adrià, Ipad en mano, ha recuperado su libro La concina de la familia, un vademécum de los menús inspiracionales para el día a día. Aunque no se ha grabado en acción, va dejando en su cuenta de Twitter enlaces a los menús completos detallados en el libro -por ejemplo la Vichissoise, con cordero y trufas de chocolate-. Son muchos quienes esperan que en breve les sorprenda cocinando él mismo.
Paralelamente a la cocina en directo, son múltiples las iniciativas secundadas por cocineros de renombre estos días en las redes para aliviar a los colectivos que más padecen –entre ellos, el personal sanitario- así como el personal militar de todo el país, acercándoles excedentes de producción y catering.
Una actividad que traspasa fronteras. En Francia, el chef Guillaume Gómez, del Palacio del Elíseo, reunió a más de 200 cocineros bajo el eslogan Les chefs avec les soignants (los cocineros con los cuidadores) para reforzar la comida de hospitales y, en Italia, el chef Carlo Cracco asistió nutricionalmente al hospital levantado en la Feria de Milán y los hermanos Chicco e Bobo Cerea, del triestrellado Da Vittorio hicieron lo propio en el hospital de campaña instalado en la Feria de Bérgamo. En Estados Unidos, el mediático José Andrés, siempre al lado de las crisis humanitarias, asiste con su ONG World Central Kitchen a colectividades desfavorecidas en esta dura crisis.