En Sant Sadurní d'Anoia, las noches de jueves a domingo refresca algo más que normalmente. Desde agosto y durante septiembre que acabamos de comenzar, Els Jardins de Codorníu se han abierto al público (máximo de aforo de 120 comensales) con una propuesta enogastronómica de primer nivel capaz de hacernos olvidar por un momento efímero la seriosidad de la situación tan complicada, que nosotros, mortales, sufrimos y los que se dedican al mundo del vino están viviendo también. Cenas al fresco maridadas con sus cavas y una propuesta gastronómica (y temática según qué noche) a precio cerrado y al aire libre que va mutando semana a semana de la mano del prestigioso restaurante familiar Cal Blay.
"Fue un trabajo 100% del equipo del Visitors Center. En este momento tan complejo para el turismo en el mundo y conscientes de que el cliente internacional no nos visitará hasta 2021, pensamos que podríamos captar al cliente nacional que durante muchos años no ha considerado visitar Codorníu. La alianza con nuestro partner Cal Blay ha sido todo un éxito y nos ha permitido recibir a miles de clientes desde la apertura el pasado 1 de julio", explica Joan Romero, director de Enoturismo de Codorníu Raventós.
Hacer ocio este verano ha sido de lo más complicado. El cobijo de los pueblos ha ayudado, pero si hablamos de enoturismo (una actividad ampliamente frecuentada en la Catalunya interior durante los meses de calor en un verano cualquiera) la cosa no ha ido tan bien. Las bodegas han hecho todo lo posible para adaptar las visitas a sus instalaciones en una nueva situación nada fácil, encarando como pueden el hecho de tener parte de la plantilla todavía en ERTE.
Cenas al fresco maridadas con sus cavas y una propuesta gastronómica a precio cerrado de la mano del prestigioso restaurante familiar Cal Blay
En el caso de las centenarias bodegas, la experiencia empieza con una visita a diferentes partes de la bodega modernista (declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1976) que Puig y Cadafalch empezó a construir para la familia Raventós en 1898. Unas bodegas encargadas en aquel momento a quien ya era, con sólo 31 años, un arquitecto de renombre avalado por las obras como 4 gats, la casa Macaya o la Casa Amatller del Passeig de Gràcia. "Intentaremos que la experiencia se mantenga de forma permanente en el exterior durante el año entero, pero miraremos de acondicionar nuestra infraestructura externa durante el invierno para hacerlo posible", avanza Romero, y añade como reto del grupo para este tortuoso año que se nos ha echado a las espaldas "adaptarse a esta situación tan cambiante manteniendo una actitud flexible ante este complicado momento para el turismo. Consideramos que tenemos que trabajar más que nunca para posicionarnos en el mercado y estar preparados para responder a la vuelta de la demanda de turismo internacional".
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La visita en la antigua sala de prensado o a la antigua bodega, y a otros espacios continuados por el arquitecto Lluís Bonet i Garí, se complementan con la espectacular casa familiar de los Codorníu Raventós. Las explicaciones se alternan con degustación de los diferentes vinos de la firma y aperitivos en función del pack elegido (más información en su web https://www.visitasCodorníu .cómo/como-llegar/). En el caso de las cenas, la actividad sigue con una comida a patio abierto en los jardines, en el Mirador de las cavas (Subirats), en Cal Figarot (Vilafranca del Penedès) o en El Nàutic (Vilanova i la Geltrú). "Intentamos trasladar a este entorno privilegiado la auténtica cocina que es marca de nuestros restaurantes y que la gente de aquí, de Sant Sadurní d'Anoia tan bien conoce", explica Santi Carda, director general y CEO de Cal Blay.
Su reputado restaurante, fundado en 1974 por Pere Carda y MariaTorner en un bar que regentaban en el pueblo, puede presumir de una larga trayectoria generacional que ha ido sumando más establecimientos y un cátering que se apoya en unas cocinas centralizadas, almacén logístico y oficinas de más de 6.000 metros. "Fuimos los hijos los que pusimos en marcha el servicio de cátering personalizado hacia el año 2000. En 2006 abrimos una nueva sede más grande y moderna en Sant Pere de Riudebitlles donde ubicamos todo este complejo. También, en 2007 inauguramos Cal Blay Vinticinc en una antigua bodega modernista aquí, en Sant Sadurní, y en 2015, la gestión del Mirador de las Cavas. Nos sentimos próximos a los Codorníu Raventós y esta forma de entender los negocios familiarmente aunque crezcan", resume Carda. La emblemática La Masía, en Esplugues del Llobregat, fue la última adquisición del grupo, donde intenta reproducir su cocina llana y plenamente tradicional.
Una vendimia complicada y escasa
La vendimia de este año (también) está siendo muy y muy complicada. Las lluvias, la humedad y las altas temperaturas de los últimos meses marcan una vendimia con una pérdida importante de la producción, explican diversas fuentes del sector. El mildiu ha proliferado y las variedades como el macabeo y el chardonnay han sido intensamente afectadas (el xarel·lo es una variedad menos sensible a los ataques de hongos). La cosecha se ha adelantado entre cinco y diez días y caerá un 20% este año.
El año pasado, Codorníu produjo 32 millones de botellas. A nivel de grupo, Codorníu elabora 60 millones de botellas si contamos los vinos elaborados en La Rioja, Ribera del Duero, el Priorat y el Penedès, California y Argentina. El 45% de su producción de cava se exporta a Bélgica, que es número uno. Si contamos las 240 millones de botellas producidas de este espumoso a nivel del estado Español, Alemania, EE.UU., Inglaterra y Bélgica son los principales consumidores.
Cavas Codorníu
Avda Jaume de Codorníu s/n
Visita guiada a la bodega + cena temática: 45€