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de Marzo
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2017
Act.
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"La tecnología no ha sido nunca el motor del cambio, es un facilitador". El director de la E-Learn Center de la UOC, Lluís Pastor, está cansado de situar toda la revolución tecnológica al centro de los adelantos que está viviendo la sociedad. Para él, que vive de bien cerca la renovación del sector de la educación, las herramientas digitales y las nuevas metodologías de trabajo son sólo un canal que nos está trayendo a este mencionado cambio.
Y es que si una cosa preocupa es la preparación de las generaciones que algún día impulsarán el país. Preocupa la Administración, las entidades, las empresas y, por supuesto, los centros y profesionales docentes. "Estamos haciendo muchas cosas, pero estamos haciendo suficiente si nos comparamos con los Estados y ámbitos? A todos nos parece que lo estamos haciendo muy bien, pero hay otros que están haciendo las cosas mucho mejor y más deprisa, y desde hace más años. Al final, de aquí a cinco años, si no encontramos el talento aquí, iremos a buscarlo fuera", reflexiona el director de Seidor2Learn, Baptista Borrell. Para él, no se está invirtiendo bastante en educación, por el que debates como Educación y TIC: tecnología desde la infancia como motor de ocupación, organizado por el CTecno, considera que son necesarios.
Devolver el prestigio al profesional tecnológico
Para poner en contexto, Borrell anuncia un dato: "Sólo el 16% de los jóvenes tienen una titulación científico-tecnológica en Cataluña. En la China, casi son el 50%". Qué pasará si no llegamos a cubrir la demanda del mercado laboral en un futuro? "Que tendremos un problema en una sociedad que ya es digital", responde, por lo cual reclama como medida inmediata que el sistema educativo empiece a preparar los niños por los conocimientos que habrá que tener los próximos años.
Ahora bien, no todo está en manso de la Administración. Las empresas, las organizaciones y la misma sociedad son también una parte activa en el proceso de adquisición de conocimientos, competencias y valores arraigados a la innovación. Motivo por el cual estos días, en el marco del Salón de la Enseñanza, son diversas las entidades y compañías que están presentes a la feria.
Un ejemplo de buenas prácticas en esta dirección es la del Clúster EduTech, presidido por Elisabet Marill. En los tres años que trae en activo ha reunido cerca de 40 empresas, desde grandes compañías hasta startups emergentes, que trabajan para dar soluciones generales y también respondidas en problemáticas concretas. "Somos todos muy diferentes entre nosotros, pero tenemos sinergias y colaboramos para solucionar las necesidades el sector. Somos el reflejo de un sector que es muy heterogéneo", explica.
Antes de la crisis, el perfil del ingeniero o especialista TIC era un profesional reputat. Las compañías se los disputaban, tenían buenos sueldos y a ojos de la sociedad tenían cierto prestigio. Con la recesión, todo esto decayó porque parecía que no hacían falta a los equipos, y ahora parece que vuelven a ser empleados cotizados. "Nos está pasando el mismo que al sector inmobiliario, ahora de nuevo el profesional de la tecnología es un recurso escaso", apunta, el que ha generado quehaya "equipos poco estables". Por eso justifica quehaya cada vez más empresas que absorben startups, porque es la "manera creativa de encontrar profesionales cualificados".
La tecnología en las aulas
Si por un lado tenemos el debate de la necesidad de formar los jóvenes, de la otra hay como hacerlo. Una propuesta que ya ha demostrado que funciona es la de mSchools. Se implantó por primera vez el curso 2013-2014 como una asignatura de 4t de ESO para introducir las herramientas tecnológicas en 200 escuelas y formar 6.000 alumnos. Tres años después, ya se encuentra a 3r y 4t de ESO, a bachillerato y ciclos formativos; y prepara más de 20.000 estudiantes anualmente del 25% de los centros educativos catalanes.
El programa, enmarcado dentro del mEducation e impulsado por la Mobile World Capital, ayuda los alumnos y docentes a integrar las tecnologías digitales dentro del aula y dar una nueva a utilidad a gadgets como el teléfono móvil o el ordenador para mejorar el aprendizaje, los resultados académicos y la ocupación. Así, los alumnos pueden integrar la tecnología –un elemento que se ha visto que los motiva- en el ámbito escolar, y los profesores pueden crear, como ejemplifica el director, Albert Forn, "programas multidisciplinars" a través de la plataforma Mobile History Map. "La transformación es una realidad, pero hay que alimentarla. Si das formación y herramientas a los docentes, voces que son gente creativa", constata.
Otro caso que sirve para hablar de buenas prácticas es lo del Colegio Montserrat de Vallvidrera (Barcelona). Al frente de su programa hay en Marc Estruch, un ingeniero informático que ocupa el cargo de coordinador TIC y que fue distinguido el 2012 por Apple por su tarea formadora en tecnología.
En este centro educativo, los niños utilizan iPads y portátiles; los profesores han cambiado los libros por los contenidos a la nube con Moodle y ha pasado a ser un "entrenador que acompaña el estudiante porque este vaya a su ritmo"; se ha modificado la estructura de las asignaturas; y las aulas son espacios abiertos con pequeños rincones pensados para funcionalidades adaptadas a las necesidades concretas de cada niño y momento. "Y desde muy pequeños trabajan con la robótica y la programación", insiste Estruch, "así cuando llegan a la ESO, donde ya no hay esta materia, trabajan en proyectos multidisciplinarios y en grupo que lo incluyen".
Todo este marco es el que permite que los jóvenes puedan desarrollar su propia vocación. Para Elisabet Marill, del Clúster Edutech, tan importante es tener más jóvenes titulares en carreras científicas y técnicas, como tener profesionales otras vocaciones que lo han escogido libremente gracias al uso de las nuevas tecnologías. "Tenemos un déficit científico-técnico, pero hay muchos niños que no quieren ir por este camino. Los niños tienen que ver en la tecnología una herramienta de apoyo para su creatividad y habilidades", defiende.
Eliminar el modelo "cronofàgic"
En todo el juego las universidadestienen un papel clave. Sus estudios tienen que estar orientados a la oferta o a la demanda? "Durante 10 siglos se han orientado a la oferta. Esto ha ido muy bien cuando las cosas no cambiaban rápidamente, pero la sociedad pide ahora un aprendizaje puesto al día", afirma el director de E-Learn Center de la Universitat Oberta de Catalunya, Lluís Pastor.
Firme defensor de la metodología de la UOC, Pastor critica que las universidades de Cataluña y España "encara no han hecho el cambio". Una transición que tiene que situar "el tiempo" como el elemento más importante, mucho más que el hecho de enseñar o aprender, "porque ahora tenemos un aprendizaje 'cronofàgic' que nos roba tiempos y nos da pocos resultados". Su propuesta es levantar el alumno de la silla, dejar de explicarle cosas que no le interesan y que ya encuentra en Internet, para pasar a un modelo donde él es quien está en el centro y donde su actividad –no las asignaturas- son la base del conocimiento a adquirir.
Y es que si una cosa preocupa es la preparación de las generaciones que algún día impulsarán el país. Preocupa la Administración, las entidades, las empresas y, por supuesto, los centros y profesionales docentes. "Estamos haciendo muchas cosas, pero estamos haciendo suficiente si nos comparamos con los Estados y ámbitos? A todos nos parece que lo estamos haciendo muy bien, pero hay otros que están haciendo las cosas mucho mejor y más deprisa, y desde hace más años. Al final, de aquí a cinco años, si no encontramos el talento aquí, iremos a buscarlo fuera", reflexiona el director de Seidor2Learn, Baptista Borrell. Para él, no se está invirtiendo bastante en educación, por el que debates como Educación y TIC: tecnología desde la infancia como motor de ocupación, organizado por el CTecno, considera que son necesarios.
Devolver el prestigio al profesional tecnológico
Para poner en contexto, Borrell anuncia un dato: "Sólo el 16% de los jóvenes tienen una titulación científico-tecnológica en Cataluña. En la China, casi son el 50%". Qué pasará si no llegamos a cubrir la demanda del mercado laboral en un futuro? "Que tendremos un problema en una sociedad que ya es digital", responde, por lo cual reclama como medida inmediata que el sistema educativo empiece a preparar los niños por los conocimientos que habrá que tener los próximos años.
Ahora bien, no todo está en manso de la Administración. Las empresas, las organizaciones y la misma sociedad son también una parte activa en el proceso de adquisición de conocimientos, competencias y valores arraigados a la innovación. Motivo por el cual estos días, en el marco del Salón de la Enseñanza, son diversas las entidades y compañías que están presentes a la feria.
Un ejemplo de buenas prácticas en esta dirección es la del Clúster EduTech, presidido por Elisabet Marill. En los tres años que trae en activo ha reunido cerca de 40 empresas, desde grandes compañías hasta startups emergentes, que trabajan para dar soluciones generales y también respondidas en problemáticas concretas. "Somos todos muy diferentes entre nosotros, pero tenemos sinergias y colaboramos para solucionar las necesidades el sector. Somos el reflejo de un sector que es muy heterogéneo", explica.
Antes de la crisis, el perfil del ingeniero o especialista TIC era un profesional reputat. Las compañías se los disputaban, tenían buenos sueldos y a ojos de la sociedad tenían cierto prestigio. Con la recesión, todo esto decayó porque parecía que no hacían falta a los equipos, y ahora parece que vuelven a ser empleados cotizados. "Nos está pasando el mismo que al sector inmobiliario, ahora de nuevo el profesional de la tecnología es un recurso escaso", apunta, el que ha generado quehaya "equipos poco estables". Por eso justifica quehaya cada vez más empresas que absorben startups, porque es la "manera creativa de encontrar profesionales cualificados".
La tecnología en las aulas
Si por un lado tenemos el debate de la necesidad de formar los jóvenes, de la otra hay como hacerlo. Una propuesta que ya ha demostrado que funciona es la de mSchools. Se implantó por primera vez el curso 2013-2014 como una asignatura de 4t de ESO para introducir las herramientas tecnológicas en 200 escuelas y formar 6.000 alumnos. Tres años después, ya se encuentra a 3r y 4t de ESO, a bachillerato y ciclos formativos; y prepara más de 20.000 estudiantes anualmente del 25% de los centros educativos catalanes.
Jornada 'Educación y TIC' organizada por el CTecno. Cedida |
El programa, enmarcado dentro del mEducation e impulsado por la Mobile World Capital, ayuda los alumnos y docentes a integrar las tecnologías digitales dentro del aula y dar una nueva a utilidad a gadgets como el teléfono móvil o el ordenador para mejorar el aprendizaje, los resultados académicos y la ocupación. Así, los alumnos pueden integrar la tecnología –un elemento que se ha visto que los motiva- en el ámbito escolar, y los profesores pueden crear, como ejemplifica el director, Albert Forn, "programas multidisciplinars" a través de la plataforma Mobile History Map. "La transformación es una realidad, pero hay que alimentarla. Si das formación y herramientas a los docentes, voces que son gente creativa", constata.
Otro caso que sirve para hablar de buenas prácticas es lo del Colegio Montserrat de Vallvidrera (Barcelona). Al frente de su programa hay en Marc Estruch, un ingeniero informático que ocupa el cargo de coordinador TIC y que fue distinguido el 2012 por Apple por su tarea formadora en tecnología.
En este centro educativo, los niños utilizan iPads y portátiles; los profesores han cambiado los libros por los contenidos a la nube con Moodle y ha pasado a ser un "entrenador que acompaña el estudiante porque este vaya a su ritmo"; se ha modificado la estructura de las asignaturas; y las aulas son espacios abiertos con pequeños rincones pensados para funcionalidades adaptadas a las necesidades concretas de cada niño y momento. "Y desde muy pequeños trabajan con la robótica y la programación", insiste Estruch, "así cuando llegan a la ESO, donde ya no hay esta materia, trabajan en proyectos multidisciplinarios y en grupo que lo incluyen".
Todo este marco es el que permite que los jóvenes puedan desarrollar su propia vocación. Para Elisabet Marill, del Clúster Edutech, tan importante es tener más jóvenes titulares en carreras científicas y técnicas, como tener profesionales otras vocaciones que lo han escogido libremente gracias al uso de las nuevas tecnologías. "Tenemos un déficit científico-técnico, pero hay muchos niños que no quieren ir por este camino. Los niños tienen que ver en la tecnología una herramienta de apoyo para su creatividad y habilidades", defiende.
Eliminar el modelo "cronofàgic"
En todo el juego las universidadestienen un papel clave. Sus estudios tienen que estar orientados a la oferta o a la demanda? "Durante 10 siglos se han orientado a la oferta. Esto ha ido muy bien cuando las cosas no cambiaban rápidamente, pero la sociedad pide ahora un aprendizaje puesto al día", afirma el director de E-Learn Center de la Universitat Oberta de Catalunya, Lluís Pastor.
Firme defensor de la metodología de la UOC, Pastor critica que las universidades de Cataluña y España "encara no han hecho el cambio". Una transición que tiene que situar "el tiempo" como el elemento más importante, mucho más que el hecho de enseñar o aprender, "porque ahora tenemos un aprendizaje 'cronofàgic' que nos roba tiempos y nos da pocos resultados". Su propuesta es levantar el alumno de la silla, dejar de explicarle cosas que no le interesan y que ya encuentra en Internet, para pasar a un modelo donde él es quien está en el centro y donde su actividad –no las asignaturas- son la base del conocimiento a adquirir.