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Daniel Brühl, espíritu catalano-alemán también a la cocina

El actor es el propietario de dos bares de tapas en Berlín que ya son una referencia gastronómica a la capital alemana

Atilano González y Daniel Brühl al Bar Arrabal de Berlín
Atilano González y Daniel Brühl al Bar Arrabal de Berlín
Barcelona
17 de Noviembre de 2017

A Daniel Brühl la fama le llegó el 2003, con el estreno de Good Bye, Lenin!. Una producción de éxito internacional, pero que despertó especial interés en Cataluña por los orígenes del actor alemán. De madre catalana y nacido en el barrio de Gràcia, Brühl no sólo se expresa con cierta fluidez en catalán en algunas de las entrevistas que hace por medios de aquí, sino que también muestra su entusiasmo por Barcelona, ya sea en programas por la televisión alemana o en libros como Un día en Barcelona, en el que repasa sus barrios, tiendas y bares preferidos de la ciudad. Es precisamente en la gastronomía donde el actor ha encontrado la oportunidad de tener en Berlín un refugio con la esencia de la capital catalana.

Al 2011, el actor inició su etapa como emprendedor de la restauración en Berlín con la apertura del Bar Arrabal. Un proyecto emprendido con el gallego residente en la capital alemana Atilano González en el que quiso ofrecer una oferta de tapas que transportara a los comensales a la misma experiencia que tendrían en Barcelona.

Abrir un bar de tapas en una capital europea no parece el negocio más innovador que se puede realizar. De hecho, es la opción más recurrente entre los restauradors españoles exiliados. El punto diferencial de la propuesta de Brühl es la cura por el producto -buscando recrear los mejores platillos que se pueden encontrar aquí y no sucedáneos que sólo satisfacen los paladares más inexpertos- y el diseño de un espacio que transporta al visitante a un local típicamente barcelonés, a pesar de estar en pleno barrio de Kreuzberg.

El Bar Raval davant del parc de Boxhagener Platx a Berlín

El Bar Arrabal ante el parque de Boxhagener Platz a Berlín

De hecho, la creación de esta burbuja hispano-catalana en plena capital alemana era uno de los objetivos del actor a la hora de abrir el local. "El Bar Arrabal es el lugar en el que puedo hablar en castellano y puedo vivir la cultura española comiendo, bebiendo, leyendo y viendo la Liga", declaraba Brühl en una entrevista por el diario El País.

El Bar Arrabal ya forma parte de los locales de referencia en Berlín, no sólo por la fama de su propietario, sino también por la calidad de su carta. Desde las añoradas patatas bravas, hasta croquetas de todo tipos y el plato estrella del bar: el tataki de presa ibérica. Pero transportar la calidad de las tapas nacionales al centro de Europa tiene un precio. En el caso del Bar Arrabal, sobre los 25 euros por comensal.

El éxito del proyecto es de tal magnitud que encontrar mesa es misión casi imposible si no se hace con un mínimo de una semana de antelación, y sus platos son tan venerados que, incluso, han servido para hacer el libro de recetas ¡Tapas! Die spanische Küche der Bar Arrabal. Un éxito editorial firmado por el propio Brühl, a pesar de su reconocida poca traza a los fogones.

A inicios de este 2017, el actor abrió su segundo restaurante en Berlín. El Bar Gràcia vuelve a ser una apuesta por las tapas, pero con un grado más de sofisticación, gracias a la colaboración con la responsable del bar La Pepita de Barcelona, Sofia Boixet, uno de los locales de referencia de Brühl a la capital catalana.

A pesar de repetir estrategia, el actor asegura que no quiere crear una franquicia, sino que su apuesta es crear espacios únicos. Eso sí, siempre con el aroma y el gusto de Barcelona.