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De Mallorca en Estambul con 5 euros al día

Eva Serra y Ana Vega recorren la costa mediterránea haciendo uso de la economía colaborativa para demostrar que se puede vivir con poco dinero y el intercambio de servicios

Ana Vega y Eva Serra, en su paso por Barcelona hacia Estambul
Ana Vega y Eva Serra, en su paso por Barcelona hacia Estambul
Aida Corón
06 de Agosto de 2015
A la Thelma, la Louise y el Ford Thunderbird de la película de Ridley Scott los ha salido competencia. Son l'Eva Serra y Ana Vega, una catalana y una asturiana que, a bordo de un Citröen 2CV de color azul cielo, quieren recorrer la costa mediterránea desde Mallorca hasta Estambul para reencontrarse con ellas mismas y salir de una rutina que, dicen, "aliena la sociedad".

El culpable? "El sistema capitalista", responde a VÍA Emprendida Eva en su paso por Barcelona, donde han acabado de cerrar los últimos detalles logísticos y operativos con la llegada de Ana desde Baleares. Por eso, uno de los requisitos de la aventura es sobrevivir haciendo uso de la economía colaborativa con plataformas como Work Away, Wwoof y el couchsurfing. Y todo, resume, "para sacar valor al dinero como tal y demostrar que se puede vivir con mucho intercambio".

Salir de la zona de confort
"La respuesta del entorno es muy entusiasta. Esperaba que alguien me dijera que estoy loca y de momento nadie me lo ha dicho", explica riendo Eva. Y es que el hecho de dejar el trabajo, la familia, la pareja y la estabilidad que tenían es un riesgo que no todo el mundo está dispuesto a asumir.

Ana, por su parte, sí que admite haber visto como le ponían esta etiqueta, pero seguida de un sentimiento de envidia y empatía: "Todo el mundo siendo que en algún momento a la vida tendría que romper con algo que no le gusta y no lo ha hecho por las circunstancias. Este concepto que tenemos de ser esclavos del trabajo ha hecho que no se atrevan; y prefieren agobiarse con el día a día al trabajo a poder hacer aquello que realmente siempre han querido hacer".

Por este motivo se niega aceptar que este viajeresulte un fracaso. "No fracasaremos porque ya hemos conseguido salir de la zona de confort. La sociedad norteamericana valora mucho los fracasos porque te levantas y vuelves a empezar, es otro concepto de vida y de trabajo", defiende con contundencia Ana.

Viajar para "trabajar"
Si hay una primera cosa que quieren dejar clara es que no marchan de vacaciones, sevan a trabajar. "A hacer el trabajo de comunicadora y periodista de nosotros mismas", apunta Eva, el mismo del que han sido trabajando hasta el momento. Pretenden explicar de pe a pa la aventura mediante el blog 2femmesen2CV y con perfiles en redes clave como Twitter, Facebook e Instagram porque el lector la siga de cerca.



La idea de trabajar también queda patente en el tipo de viaje. Han escogido el voluntariado en granjas que ofrece Wwoof y el intercambio de servicios de Work away para redescubrir sus habilidades personales y recuperar el vínculo de las personas con la natura, mientras que la busca de espacios donde dormir con couchsurfing es la vía para volver a la comunicación tradicional y al contacto con otros estilos de vida.

La elige de estas plataformas es tan casual como lo es el auge de la economía colaborativa y en gran medida es el resultado del boca-oreja y las experiencias personales. "Las generaciones están cambiante, tenemos necesidades diferentes y cada vez buscamos más las relaciones con otras personas y alejarnos del consumismo; y esto se ve en las propuestas que están saliendo al mercado", defiende a Eva.

Cómo también lo demuestra la sensibilización creciente con la ecología y que a Ana no le pasa por alto: "De donde viene el que comemos? Cómo se produce? Quién nos lo trae a casa? Son cosas que no sabemos, porque no participamos en ningún proceso agrícola ni ganadero, ni en la distribución; y a todos afecta y nos preocupa. Queremos volver en su origen primario de los alimentos y los animales".

Gastar porque te lo mereces
Cuentan con un presupuesto de 4.000 euros y un máximo diario de 5 euros que intentarán respetar. "Pero esto no quiere decir que no vamos de cañas!", bromea Ana, quien aprovecha esta pequeña broma para resaltar que la mayoría somos "víctimas del consumismo" y que la única manera de salir es no entrar en el juego.


Pero el juego del cual hablan es enrevesado. Eva lo define como una espiral donde la única solución es pensar en un mismo: "El hecho de tener tiempo para tú te hace reducir los gastos. Parece contradictorio, porque tienes tiempo de gastar, pero el cierto es que haces más cosas por tú mismo y recortas costes. Cuando haces un trabajo que te gusta, no te sientes tan agobiado dentro de aquellas cuatro paredes y, por lo tanto, no tienes la necesidad de salir después a tomar algo. O si no encadenas día doliendo detrás día malo al trabajo, no tienes la necesidad de salir a comprarte un capricho con la idea que te lo mereces". Para avanzarse a las críticas, Eva matiza que no se puede entender esta teoría como un "estar todo el día de vacaciones", sino como un "aprender a hacer el que queremos y nos gusta, el punto de realización personal que el sistema capitalista no permite".

 

Redefinir conceptos

Ellas mismas se proclaman como el ejemplo perfecto para entender el perfil del trabajador de hoy en día. Más de 10 horas fuera de casa,desplazamientos largos para llegar a la oficina y poco rato al final del día para estar con la familia o para tareas cotidianas como ir a comprar. "Es una fórmula muy establecida aquí en España y que afuera se ve como una rigidez inconcebible", critica a Eva.

Hay que cambiar el sistema y una primera base para salir de la alienación que afirman que sienten es dar más libertad al empleado: "Más flexibilidad y objetivos definidos, y menos calentar la silla. Pero para lo cual también se tiene que trabajar la comunicación interna, que es nefasta. El empleado está perdido dentro de la compañía y no tiene claro cuáles son sus objetivos, por el que no hay más que disonancias".

Con esta descripción, Eva intenta retratar las empresas como una organización que ha dejado de valorar los activos que puede aportar una persona. "Tu cabeza te tiene que poder dar un lugar idóneo para tú, para tus aspiraciones y habilidades personales; si no, nunca darás el mejor de tú", critica con dureza.

Siguiendo en la línea de romper con la zona de confort y todo el que conocemos, apunta a la "mala costumbre" de pasar toda la vida a la misma empresa: "No es productivo ni para el trabajador ni para el negocio. Si no se crean sinergias diferentes o se da nuevas aspiraciones y motivaciones, te estanques. Y no es cuestión de sueldo, sino de trabajo. Un trabajador desmotivado es infeliz y, por lo tanto, no rinde".

Pensar para cambiar

Todas estas reflexiones previas son las que han motivado el viaje. No tienen claro cuando volverán, a pesar de que estiman que la aventura podría tener una duración de 6 meses. Sea como fuere, el punto final es Estambul y el proceso para llegar tiene que servir de aprendizaje para volver en Cataluña con energías renovadas para poner su granito de arena a cambiar el estilo de vida de esta sociedad.