había un tiempo en Corea en que no se dividía entre el norte y el sur, nadie sabía qué quería decir el término K-Pop y en el que las grandes empresas que hoy mandan en el mundo de la tecnología se dedicaban a secar el exquisito pescado de sus mares para venderlo a las grandes ciudades chinas. Con una facturación trimestral por encima de los 44.000 millones de dólares, más de medio millón de empleados en todo el mundo y con el Galaxy S9 superando las cifras de ventas de la competencia, Samsung es sin duda uno de los gigantes tecnológicos del momento. Una realidad muy alejada del sueño de su modesto fundador, Lee Byung-Chul, que se centró en la exportación de pescado, frutas y verduras locales para crear un negocio que le permitiera mantener a su familia.
A pesar de haber fundado la compañía coreana más grande y haber sido una de las personas más ricas e influyentes del país, se sabe muy poco de la vida de Byung-chul antes de la creación de Samsung. Sabemos que era hijo de una importante familia de terratenientes y que, a carencia de recursos propios, necesitó un préstamo familiar de 30.000 wons para instituir su empresa el 1 de marzo de 1938. Byung-chul situó la compañía en la ciudad de Daegu y si se decidió a exportar pescado seco, frutas y verduras era porque, en aquel momento, eran los productos a los cuales tenía más acceso y que mejor colocaba al mercado. En realidad, Samsung era una empresa pensada para mover bienes, con la única condición que dieran beneficios. Esta filosofía hizo que la marca viviera unos primeros años de exploración, con continuos cambios en su catálogo de productos y explica en parte como acabó especializándose en el sector tecnológico.
Samsung era una empresa pensada para mover bienes, con la única condición que dieran beneficios
Todavía en estos primeros años, la empresa creció hasta convertirse en una compañía importante en el país gracias a sus ventas dentro del país, en Pekín y en la región china de la Manxúria. En su primera década, Samsung pasó de exportar alimentos a introducir el textil en su catálogo de productos. Incluso, a finales de los '40, la compañía entra en el mundo de la construcción y se inicia en el negocio del refinamiento y la venta del azúcar.
Ascendencia al éxito
El inicio de la Guerra de Corea, el 1950, supone una pausa en la historia del grupo. Su director general se instala a Busan, donde empieza una vida emprendedora paralela, y no volverá a Seul hasta el 1953, cuando acaba la guerra. Sus buenas relaciones con el gobierno de la nueva Corea del Sur convierten a Byung-chul en el primer presidente de la Federación de empresas Coreanas y consolidan a Samsung cómo una de las compañías más grandes del país.
La trayectoria ascendente parece romperse con el golpe de estado militar del 1961. El dictador Park Chung-hee amenaza al fundador de Samsungamb abrirle una investigación por corrupción -que tenía todo el peine que perdería- si no alteraba sus proyectos empresariales en orden del plan económico creado por los golpistas. Byung-chul accedió al chantaje para evitar males mayores, pero el que parecía una condena empresarial acabó siendo el origen del gigante que conocemos hoy. El estado obligó a Samsung a invertir en sectores claves por su economía, como la navegación, los seguros o la fabricación de componentes electrónicos. Así es como nace, el 1969, Samsung Electronics, la rama de negocio más rentable de la marca prácticamente desde su nacimiento. A la década de los '70 fabricará todo tipo de electrodomésticos y, sobre todo, televisores, que serían su producto estrella.
El estado obligó a Samsung a invertir en sectores claves por su economía: es como nace, el 1969, Samsung Electronics
El peso de Samsung Electronics sobre el volumen de facturación del grupo se multiplicaba año tras año, pero no fue hasta los '90, ya bajo la dirección del hijo de Byung-chul, que la empresa no se especializó prácticamente en exclusiva en este sector. El pescado estaba vendido desde hacía muchos años.