Denassus, la informalidad de un bar gastronómico en Poble-sec

Decían SergiRuiz y AlejoMailan cuando abrieron en 2019 que su Denassus (Calle Blai, 53) debía ser el bar al que les gustaría ir como clientes. El resultado fue un local donde trato, calidad y ambiente son excelentes. Así que no es extraño encontrar encaramados a la barra a otros chefs y compañeros del sector que tienen el día libre (su horario de cocina ininterrumpido también ayuda).

Denassus, un bar 'de nassos'

La pareja de sommeliers detrás de este pequeño gastrobar de Poble-sec no hace sino hacer felices a sus parroquianos con buen producto y mejor vino. Ruiz, Premio Nariz de Oro en 2014, selecciona unas 150 referencias entre vinos de todo el mundo y de elaboradores locales, alguna vez, con referencias difíciles de encontrar; muchos por copas. No es ningún secreto en Denassus: la impresionante barra anuncia a gritos a todos los que entran por la puerta con las botellas dispuestas por todas partes que aquí se puede beber muy, muy bien. Una escayola en la pared que representa a Baco –el dios del vino– también está en la tarea. Cajas de diferentes bodegas acopladas entre la decoración hacen el resto. La pareja de empresarios, que se conoció en un curso de sumillería en la Escuela Superior de Hostelería de Barcelona (Eshob), elabora, desde hace unos años, además, un cava y un vino blanco de la casa muy competentes. ¿Lo mejor? Dejarse aconsejar sobre qué pedir y cómo acompañarlo.

¿Qué comer en Denassus?

La carta es corta, pero bien pertrechada y disfrutona con platillos y platos de nivel. Además –nos aseguran- se adapta muchos bolsillos. Y es lo suficientemente elástica como para ofrecer competencia en varios momentos del día. Goce inmediato y a precio contenido con las croquetas de pato Pekín – interior bien relleno, fritura acorazada y una suntuosa salsa hoisin que os hará reconciliaros con el recetario chino-, una de sus tapas estrella desde que abrieron puertas. Entre los entrantes, destacan también las ostras Thierry al natural (pueden tomarse con caviar) y las acevichadas son otro de los posibles entrantes, acompañadas, por ejemplo, con un Ardèche Chardonnay 2022 Louis Latour o dejando correr unas finas burbujas en copa. Lo que viene siendo cocina de producto, sin más. Uno puede picar algo y tomar una copa o comer, comer. “Busco piezas grandes, pero sin ser excesivas porque por el precio que les tendría que repercutir no ganaría nada”, detalla Mailan. El Carabinero sería el primer peaje.

Alejo: "Nos costó encontrar el local y más en esta zona enganchada al Paral·lel donde a mucha gente le cuesta bajar"

Los platos suculentos también se hacen su lugar. Son elaboraciones que, aunque están en más de una carta, cuesta encontrarlas elaboradas con productos nobles de cada temporada. Aquí tenemos, por un lado, la ensalada de tomates de temporada y, por otro, los pertinentes huevos rotos con patatas fritas (de las de verdad) y cecina ahumada de León, o la fantástica tripa y los morros de la casa. También opera la caña o el vermut de la casa con unas bravas, si estamos en modo disfrute vermutero del fin de semana.

“Nos costó encontrar el local y más en esta zona pegada al Paral·lel donde a mucha gente le cuesta bajar", recuerda Alejo. "Ahora incluso tenemos clientes de la zona alta de Barcelona”, añade. La calle Blai es una calle difícil, pero Denassus ya tiene la clientela hecha.

Uno de los mejores chuletones de ternera de esta parte del Paral·lel

Chuletón de ternera madurado 45 días en el bar Denassus | Cedida

Para hacer la fiesta grande, Mailan propone un chuletón para compartir de ternera gallega madurada -45 días-. “Para mí es la maduración más adecuada porque reviste de sabor sin acabar siendo pesada o incómoda para el estómago. En todos estos años abiertos únicamente me han devuelto un par de veces la pieza por excesiva maduración. Para mí, que me encanta la carne y que sea de calidad, creo, sinceramente, que esta es la maduración correcta –se refiere a la imperante moda de las sobremaduraciones cárnicas-, la que aporta sabor y ennoblece, pero sin ser extravagante”, pormenoriza. La podremos acompañar con una copa de tinto. La propuesta de Ruiz es un Cobijado; Tempranillo y Merlot, con Syrah, Cabernet Sauvignon y Tintilla de Rota de la Tiera de Cádiz que toma su nombre de las mujeres cobijadas de Vejer de la Frontera que, antiguamente, vestían un manto negro, dejando solo su ojo izquierdo al descubierto. Saya, manto y seda para un bar donde se come y bebe de narices.