"Stop te fin". Con estas palabras Orange enterraba el servicio de envío de telegramas en Francia. Una historia de 139 años cerrada con la palabra más icónica de este elemento de comunicación. El emisor de este último mensaje fue Christophe Ndi, un empleado de la compañía que aprovechaba la oportunidad para anunciar "el cierre de una página de la historia de las telecomunicaciones en favor de las nuevas tecnologías". Una descripción fiel a la realidad. Una tecnología que, aunque parezca mentira, sigue muy viva al Reino de España.
El pasado mes de abril tan sólo se registraron 1.400 telegramas a todo el país. La influencia de la aparición de los servicios de mensajería digitales y gratuitos, como Whatssap, Messenger o Telegram en la condena del sistema telegráfico a la irrellevància se demuestra con el hecho que, todavía el 2005, los franceses se enviaban más de 900.000 mensajes telegrafiats al año.
France Telecom trajo la telegrafía en Francia el 1879, pero el primer telégrafo se había patentado muchos años antes, el 1837. El encargado de escribir el primer mensaje a larga distancia fue Samuel B. Morse, que el 24 de mayo de 1844 envió un texto de 19 letras desde Washington en Baltimore, donde se encontraba su ayudante, Albert Vail.
"What hath God wrought." Una cita bíblica que hace referencia a las creaciones divinas. En este caso era Morse, y no Dios, quién había inaugurado un servicio y un código comunicativo que resultarían esenciales en los siguientes años, primero a escala comercial y después durante la Guerra de Secesión de los Estados Unidos. Los combatientes norteños explotaron las posibilidades comunicativas que ofrecía el sistema y llenaron el territorio con más de 15.000 millas de cable, principalmente de uso militar, enviando unos 6,5 millones de mensajes durante los cuatro años de conflicto.
El servicio se mantuvo relevante hasta finales de siglo, con hitos como el primer telegrama transatlántico que el 1858 se enviaron la reina Victoria de Inglaterra y el presidente de los Estados Unidos, James Buchanan. Un mensaje que tardó 17 horas y 40 minutos al cruzar el Atlántico.
El desarrollo de innovaciones como la telefonía y la radio superaron las prestaciones del telegrama y, desde la última década del siglo XIX, el sistema jugó un papel relevante en los conflictos bélicos, pero se convirtió en un elemento de comunicación menor entre la población.
Un sistema vigente en España
Western Union anunció el cierre del más grande servicio de telegrafía de los Estados Unidos el 2006. En los años siguientes, las empresas de telecomunicaciones de todo el mundo siguieron su ejemplo, hasta llegar al último caso en Francia. En España, pero, Correos ya ha anunciado que no tiene intención de acabar con los telegramas.
De hecho, España fue uno de los países pioneros en la implantación del sistema. La encargada de inaugurarlo fue la reina Isabel II, que envió su discurso de inauguración de las Cortes de Madrid en Irún. A finales del siglo XIX, el país contaba con más de 32.000 kilómetros de líneas, y todavía el 1975 se enviaban más de 20 millones de telegramas al país. En el último recuento, del 2012, la cifra había caído hasta el millón y medio.
A pesar de su práctica desaparición, Correos aseguraba en Europa Prees que "el telegrama está vivo en España". Stop te fin.
Hola, ya no se pone STOP entre frases. Uno saludo
— Correos (@Correos) 23 de mayo de 2016