25
de Marzo
de
2017
Ante la rutina y el ritmo frenético que nos arrastra cada día, quien no ha soñado nunca al cogerse un año sabático para poder cambiar de aires, oxigenarse y cargar las pilas? Desde hace diez años, Sabática trabaja para hacer este sueño realidad. Esta empresa ubicada al TecnoCampus de Mataró se dedica a la gestión del tiempo sabático, organizando estancias al extranjero para aprender idiomas, hacer prácticas remuneradas o tareas de voluntariado. "Ofrecemos un paréntesis con valor añadido", explica Meritxell Morera, fundadora de la empresa.
La idea de Sabática nació de la propia experiencia de Meritxell Morera. Hace veinte años dejó un trabajo para marchar seis meses en los Estados Unidos, que se convirtieron en dos años. "Esto supuso un punto de inflexión personal", recuerda. Más adelante, trabajando en el ámbito de la movilidad juvenil en Dinamarca, descubrió el concepto del año sabático, un año que los jóvenes cogen antes de entrar a la universidad y que es muy habitual en países anglosajones pero desconocido en casa nuestra. La suma de todas estas vivencias desembocó en la creación de Sabática.
"El año 2006 la idea de hacer un año sabático no formaba parte de nuestra cultura", recuerda Morera; que asegura que este concepto ha sufrido una evolución en estos diez años.
La crisis económica marcó un punto de inflexión. "La gente que tenía miedo de marchar, tuvo que marchar por necesidad", asegura Morera, que ha visto como hoy es mucho más fácil hacer entender la importancia de tener una experiencia fuera del país. "Antes nos costaba explicar el concepto de año sabático y ahora el gap year está muy valorado", añade. Explica que las organizaciones lo tienen en cuenta y que los padres y madres también animan a sus hijos a vivir un tiempo fuera antes de decidir como enfocan los estudios y su carrera profesional.
10 años acumulando experiencia
Sabática ha aprovechado su décimo aniversario para hacer balance. En esta década han organizado temporadas sabáticas para 3.000 personas, de las cuales han predominado las mujeres en un 56%.
"La gente ya no tiene tanto miedo de viajar e ir lejos", dice Morera, añadiendo que el mundo se acerca y la gente viaja mucho más. Esto explicaría también la evolución que han sufrido los destinos. Los Estados Unidos siempre han liderado el ranking, pero si hace diez años la gente prefería marchar a Irlanda o el Reino Unido, hoy los destinos más pedidos incluyen Australia y Nueva Zelanda.
En cuanto a las franjas de edad, en esta década ha aumentado el número de jóvenes de entre 18 y 24 años que quieren hacer prácticas remuneradas al extranjero, los llamados programas internship, que han pasado del 19,6% el 2007 al 42% el 2016. En cambio, se han reducido los de edad comprendida entre 36 y 49 años, que han pasado del 14,70% del 2007 al 9,80% al 2016.
Hace unos años, este perfil respondía a personas en situación de paro que aprovechaban para buscar una oportunidad fuera. Hoy, son personas en activo o no que toman la decisión de coger una temporada sabática para vivir una experiencia cultural, aprender idiomas o participar en un proyecto de voluntariado.
Precisamente, el voluntariado es uno de los programas más pedidos. Un 36% de las solicitudes registradas en 2016 fueron programas de este tipo, que tienen como objetivo la recuperación de los recursos económicos de los países de origen, colaborando con organizaciones locales. Países como Costa Rica son los que han recibido más visitas en estos proyectos.
La idea de Sabática nació de la propia experiencia de Meritxell Morera. Hace veinte años dejó un trabajo para marchar seis meses en los Estados Unidos, que se convirtieron en dos años. "Esto supuso un punto de inflexión personal", recuerda. Más adelante, trabajando en el ámbito de la movilidad juvenil en Dinamarca, descubrió el concepto del año sabático, un año que los jóvenes cogen antes de entrar a la universidad y que es muy habitual en países anglosajones pero desconocido en casa nuestra. La suma de todas estas vivencias desembocó en la creación de Sabática.
"El año 2006 la idea de hacer un año sabático no formaba parte de nuestra cultura", recuerda Morera; que asegura que este concepto ha sufrido una evolución en estos diez años.
La crisis económica marcó un punto de inflexión. "La gente que tenía miedo de marchar, tuvo que marchar por necesidad", asegura Morera, que ha visto como hoy es mucho más fácil hacer entender la importancia de tener una experiencia fuera del país. "Antes nos costaba explicar el concepto de año sabático y ahora el gap year está muy valorado", añade. Explica que las organizaciones lo tienen en cuenta y que los padres y madres también animan a sus hijos a vivir un tiempo fuera antes de decidir como enfocan los estudios y su carrera profesional.
10 años acumulando experiencia
Sabática ha aprovechado su décimo aniversario para hacer balance. En esta década han organizado temporadas sabáticas para 3.000 personas, de las cuales han predominado las mujeres en un 56%.
"La gente ya no tiene tanto miedo de viajar e ir lejos", dice Morera, añadiendo que el mundo se acerca y la gente viaja mucho más. Esto explicaría también la evolución que han sufrido los destinos. Los Estados Unidos siempre han liderado el ranking, pero si hace diez años la gente prefería marchar a Irlanda o el Reino Unido, hoy los destinos más pedidos incluyen Australia y Nueva Zelanda.
Meritxell Morera celebra que cada vez más gente valore el 'gap year'. Cedida |
En cuanto a las franjas de edad, en esta década ha aumentado el número de jóvenes de entre 18 y 24 años que quieren hacer prácticas remuneradas al extranjero, los llamados programas internship, que han pasado del 19,6% el 2007 al 42% el 2016. En cambio, se han reducido los de edad comprendida entre 36 y 49 años, que han pasado del 14,70% del 2007 al 9,80% al 2016.
Hace unos años, este perfil respondía a personas en situación de paro que aprovechaban para buscar una oportunidad fuera. Hoy, son personas en activo o no que toman la decisión de coger una temporada sabática para vivir una experiencia cultural, aprender idiomas o participar en un proyecto de voluntariado.
Precisamente, el voluntariado es uno de los programas más pedidos. Un 36% de las solicitudes registradas en 2016 fueron programas de este tipo, que tienen como objetivo la recuperación de los recursos económicos de los países de origen, colaborando con organizaciones locales. Países como Costa Rica son los que han recibido más visitas en estos proyectos.