No hay que ser Steve Jobs para innovar con éxito. Esta es la principal idea que deja clara Carlos Domingo, presidente y consejero delegado de Telefónica Investigación y Desarrollo, director de desarrollo de productos e innovación de Telefónica Digital. "Mucha gente cree que los innovadores nacen y no se hacen, que gente como Edison o Jobs tienen algún talento innato y que sólo las personas como ellos pueden innovar con éxito", destaca, una afirmación que casi todo el mundo cruz pero que no es real.
Para Domingo, la innovación puede ser el resultado de un proceso sistemático de reinvención, investigación del mercado y busca de mejoras para presentar productos y servicios nuevos. Esto no asegura que la innovación sea un éxito, pero aumenta la probabilidad de tenerlo.
Para demostrar que es posible, al libro El viaje de la innovación (Planeta, 2013) destaca algunos casos como los del restaurante Lo Hierva o la compañía de videojuegos y consolas Nintendo. Dos empresas que supieron buscar su método para desarrollar la y+D y para encontrar aquella oportunidad de mercado que cabe otro competidor había visto.
Lo Hierva y la sistematización
Ferran Adrià y Juli Soler estaban en manso de Lo Hierva cuando decidieron cerrar sus puertas a finales de los 80 para poner en práctica una idea que defendían: "Creatividad significa no copiar". El restaurante permaneció sin servir ni un comensal durando casi un año para investigar nuevas técnicas de cocina y diseñar recetas innovadoras.
Una de las prácticas el autor del libro destaca como positivas es la "sistematización" del proceso de innovación a la cocina. Esto incluye desde la captación de ideas a través de viajes, por ejemplo, hasta el diseño exacto de cómo tenía que ser el producto final.
Todo esto trajo el sector a hablar de la gastronomía molecular, la cocina tecno-emocional o la de vanguardia. Termas que inicialmente parecían desconocidos pero que han acabado convirtiéndose en conceptos que todo buen profesional conoce y venera.
Más allá de la gastronomía, la sistematización de la innovación de Lo Hierva se ha trasladado al sector empresarial a través de plataformas como la Bullipedia, desde donde se intenta inspirar en los procesos creativos siguiendo el método de Ferran Adrià.
Nintendo y su océano azul
La compañía japonesa nació el 1889, pero lo hizo vendiendo juegos de cartas tradicionales nipones. A los años 80 entró al mercado de los videojuegos y debutó el 1985 con la primera consola, la famosa NES, y cuatro años más tarde sacó la Game Boy, una revolución por su formato portátil.
Toda la disrupción que había traído al sector fue quedándose atrás con los productos desarrollados por Sony, Siega o Microsoft, y más especialmente con la llegada de la Xbox. Todo esto dejó claro que el que tenían ante ya era un océano rojo sin demasiadas oportunidades de negocio. La reacción de Nintendo fue detectar el target no atendido por las otras grandes compañías y crear la Wii, una consola pensada para jugadores esporádicos y que no estarían dispuestos a gastarse el dinero que costaban una Xbox360 o una Play Station 3.
Tratándose de un consumidor menos exigente por el que hacía en tecnología, la empresa japonesa consiguió sacar un producto menos exigente por el que hacía a la técnica y asegurarse un segmento que nadie más cubría.
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