Según los datos de Billboard, Ed Sheeran fue el músico que más recaudación consiguió con sus conciertos en 2018, con una facturación total de 429,4 millones de dólares, muy por delante los 315,1 de TaylorSwift. 4.800.441 fans del británico no tuvieron bastante con la anodina aparición de Sheeran a la séptima temporada de Juegode Truenos y decidieron llenar los 99 conciertos que conformaron la gira Divide, pagando un precio mediano de 80,90 dólares por entrada.
Una tarifa de 80 dólares para escuchar vive baladas como Perfect puede parecer fuera de mercado, pero el cierto es que Sheeran fue el artista con la media de precios más accesible entre los más exitosos del año pasado. Las entradas para los conciertos de The Rolling Stones se vendieron a unos 159 dólares, mientras que las de los Eagles iban sobre los 152 dólares y las de Justin Timberlake se movieron por los 145.
Vivir un gran concierto suele ser una experiencia gratificante, pero que deja un buen agujero en el bolsillo. El motivo de los precios es sencillo: la recaudación se reparte en muchos cajones.
Juego de conciertos
En su anuario de 2014, la Asociación de Promotoras Musicales (APM) hizo el ejercicio de dividir la recaudación de un concierto y adjudicar qué porcentaje de la misma va a cada destinatario. El juego parte del supuesto creíble en un concierto en España, como sería un aforo completo de 50.873 personas con entradas a 53,50 euros de media, lo que daría una recaudación total de 2.721.705 euros. Empezamos:
- El primer 21% de una entrada de aquel momento se destinaría al pago del IVA. 472.362 € por las arcas públicas por la celebración de un solo concierto. Matiz importante: en la actualidad, el IVA de los conciertos está al 10%, por lo que la diferencia tendría que impactar en una rebaja en el precio de las entradas o un aumento en las ganancias de artistas y promotores.
- Una vez descontado el IVA toca pagar el 10% a las empresas de gestión de venta de entradas. En total, 272.170 € para estos distribuidores.
- Cerca de un 10% es también la tarifa que los promotores tienen que pagar la SGAE para los proteger los derechos de autor en sus espectáculos. En total, y según la APM, 224.934 € que van a la entidad gestoras de los autores.
- Y hay que contar también en esta facturación todos los gastos en promoción y producción del espectáculo, que suelen representar el 30% de la caja. En total, 816.511 euros destinados a empapelar las ciudades, inundar las redes sociales de anuncios y montar un escenario de impacto.
Hasta aquí, el reparto del beneficio bruto del espectáculo. 1.785.978 euros –el 71% de la caja- destinados a pagar impuestos, tributos a entidades gestoras, servicios de venta, agencias de marketing y montadores.
En el lado de los beneficios netos nos quedan 935.726 euros a repartir en dos únicas partidas. El artista, que se suele llevar un 90% de esta porción, o 842.154 euros, y, finalmente, el promotor, que se lleva 93.572 euros, el 10% restante.
Pagar más de 100 dólares por un concierto puede ser un buen palo en la nómina, pero, a cambio, se puede vivir una experiencia de recordar por siempre jamás –a no ser que el concierto sea de Ed Sheeran. Cómo dirían los AC/DC, Let there be rock.