Antoni Torres preside la Federación de Asociaciones de Farmacias de Catalunya (FEFAC) y la Fundació Farmàcies de Catalunya. Como representante de los farmacéuticos, advierte de los peligros de adquirir medicamentos fuera de los canales autorizados, de la expansión de las plataformas que intentan operar en este mercado y de los motivos por los que existen determinados medicamentos que se agotan y no pueden encontrarse fácilmente. Y también de las dificultades que les pone la administración mediante normativas excesivamente restrictivas. Deja claro que "somos más que una tienda, somos una herramienta de salud fundamental".
Ha denunciado públicamente que grandes fondos de inversión, que trabajan con plataformas digitales, tienen como objetivo dominar al mercado farmacéutico. ¿Puede explicarlo? ¿Cómo afecta a las farmacias?
A las farmacias no nos pasa nada que no haya pasado con otros mercados minoristas como las agencias de viajes, librerías, ferreterías, ropa, muebles,… ¿Qué nos pasa? Que existen una serie de plataformas internacionales, soportadas por fondos de inversión y de capital riesgo, que pretenden hacer negocio del ámbito de la salud. Lo hacen siempre a través de plataformas y bajo la bandera de la denominada economía colaborativa. Es decir, la plataforma dispone de una app o aplicación a la que cualquier persona, como usuaria, puede conectarse a ella para que le presten un servicio, como llevar a casa un producto, sin coste adicional. Todo es fenomenal hasta que deja de serlo. Una vez que el mercado es suyo, hacen lo que quieren para buscar la máxima rentabilidad. Por ejemplo, esto ya lo han hecho con los taxis de Londres, cuando los uberizaron: primero, te daban agua, ponían música y eran magníficos; pero cuando dominaron el mercado, los vehículos estaban sucios, los precios no eran estables,… Esto que han hecho en otros sectores económicos también han intentado llevarlo a cabo con las farmacias y la salud.
¿De qué forma?
A través de plataformas que, cuando te conectas, te dicen 'te prestarán el servicio que quieres o te llevaremos lo que tú no encuentras, a casa, sin coste alguno'.
"El mundo del medicamento no puede estar plataformizado porque, de ser así, se perdería el control sobre la seguridad del producto"
¿Pero ofrecen fármacos o sólo productos de parafarmacia?
El tema ha tenido su historia. Al principio también ofrecían fármacos, pero los organismos que representamos a las farmacias lo denunciaron a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) y, tras varias resoluciones y sentencias, se dictaminó que se trataba de una actividad de intermediación y, como tal, estaba prohibida. De hecho, la app de Glovo llegó a ofrecer un servicio de farmacia junto a un algoritmo para la autoselección del medicamento, pero ahora ya no. Sin embargo, la parafarmacia es un mundo abierto que no está sometido al rigor legislativo del medicamento. En la Unión Europea coexisten dos mundos: el del medicamento, que está controlado y se distribuye sólo a través de las cadenas profesionales y se dispensa en las oficinas de farmacia; y después está todo otro mundo, el de la parafarmacia, que es de mercado libre y en el que pueden actuar intermediarios. Pero nosotros mantenemos que el mundo del medicamento no puede estar plataformizado porque, de ser así, se perdería el control sobre la seguridad del producto. Toda la cadena de distribución del medicamento –desde los principios activos, excipientes, precursores, hasta que llega a la farmacia y es dispensado al ciudadano– está supervisada por un profesional farmacéutico, que firma y responsabiliza de que el producto se conserva y está tratado con las condiciones que corresponden. Esto tiene un objetivo, que es garantizar la provisión, las perfectas condiciones de conservación y perfecto estado del medicamento cuando se dispensa, así como su correcto uso. Esta garantía de seguridad se pierde cuando ponen de por medio una empresa de transporte o de mensajería que intermedia entre ciudadano y farmacéutico.
Hace poco los Mossos requisaron una partida de medicamentos ilegales ...
Si compras un medicamento fuera de la farmacia a través de cualquier otro canal, no sabes qué te estás tomando, ni su cantidad, ni cómo se ha conservado, ni cómo debe tomarse, ni sus efectos secundarios o riesgos , incluso si es adecuado: ¡no tienes garantías de nada y estamos hablando de un medicamento!.
¿Pero en las plataformas se pueden comprar medicamentos?
Se pueden adquirir a través de Internet, legalmente, a través de las farmacias autorizadas a la venta online. Pero también hay venta ilegal a través de Internet, sobre todo puedes encontrar productos para problemas de erección, anabolizantes, ansiolíticos… pero no sabes realmente qué son, ni tienes ninguna garantía ni responsabilidad de quien te lo vende. Volviendo a las plataformas, lo que buscan es que se generen denuncias y posteriores sentencias con el objetivo de que, alguna de estas sentencias, les abra el mercado. Esto no ha ocurrido porque la ley no lo permite. Sólo se han podido centrar en la parafarmacia. Ahora bien, existen plataformas que ofrecen la preparación de los medicamentos que precisan receta para un mes, con los correspondientes blísteres, y enviarlo a casa.
¿Existen casos concretos?
Por ejemplo, IMA Contigo. La AEMPS dictó una resolución que declaraba ilegal su acción. La Dirección General de Ordenación y Regulación Sanitaria recordó a la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales que no podían hacer publicidad de la actividad. Pero es que, a parte de esto, hay otro aspecto fundamental sobre el que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictó una sentencia hace unos meses: la dispensación farmacéutica es un derecho del ciudadano, no es una protección al farmacéutico, es decir, que cualquier persona tiene derecho a recibir atención farmacéutica. Y en el momento en que se intermedia a través de plataformas, se impide ejercer ese derecho.
¿Las plataformas anulan la figura del farmacéutico?
Más que anular la figura, anulan la relación directa entre ciudadano y farmacéutico. La sentencia permite, y es lógico, que un familiar o cuidador habitual pueda retirar un medicamento para la persona que cuidan. Pero no lo permite si quien lo hace es una empresa de mensajería, porque no existe ningún vínculo personal entre el transportista y el paciente y se pierde la trazabilidad del medicamento
Por tanto, ¿cualquiera puede comprar en estas plataformas productos de parafarmacia pero no unas aspirinas?
Correcto. No puede comprar unas aspirinas ni ningún medicamento tanto si precisa receta como si no. Pero, como decía antes, estas plataformas son grandes grupos de inversión que intentan implantar un modelo económico para el sector de la salud, un modelo liberalizado en el que la salud es un ámbito de negocio. Éste no es el modelo de la administración en Catalunya ni el nuestro, que considera que la salud es un derecho de todos los ciudadanos por igual y, al ser un derecho, la administración tiene la obligación de velar para que todo el mundo tenga acceso en las mismas condiciones. Por eso, tenemos un modelo de sistema de salud de equidad y calidad.
¿Una empresa de servicios no puede preparar los blísteres para una residencia de ancianos o para un particular?
Sólo es legal si lo prepara y dispensa una farmacia, pero no una empresa. Cuando preparas los blísteres, el farmacéutico hace un seguimiento farmacoterapéutico: puede contactar con el médico para realizar sustituciones de medicamentos, detectar y evitar duplicidades, ... siempre hay una relación muy directa entre el farmacéutico, el médico y el enfermo. Cuando se pone una empresa de por medio, se rompe la cadena. En Catalunya se está legislando esta cuestión porque la administración está en contra de tener una distribución de medicamentos sin un control estricto.
"No hay otro servicio sanitario tan accesible como la farmacia. De centros de atención primaria hay poco más de 500 y de farmacias, 3.245"
Sobre plataformas y fondos de inversión, en Estados Unidos, Amazon no tiene problema para distribuir medicamentos ...
Estados Unidos tiene una población muy dispersa, con núcleos muy alejados unos de otros, que facilita que se produzca una situación llamada “desierto farmacéutico”. Hay poblaciones que tienen la farmacia más cercana a decenas más de un centenar de kilómetros. Hay estudios que demuestran que la esperanza y calidad de vida cae en las áreas de desierto farmacéutico. Como respuesta, surge la iniciativa privada. Amazon te lo lleva a casa. Es un modelo que nace en Estados Unidos para dar respuesta a los desiertos farmacéuticos. Esto en Europa no ocurre. En España tenemos un modelo en el que la oficina de farmacia está situada en función de dos parámetros: distancias entre ellas y número de habitantes. La finalidad de esto es que conformen una red capilar. El 98,8% de la población de Catalunya tiene al menos una farmacia en su municipio o a menos de 15 minutos de casa. 98,8% de la población! No existe otro servicio sanitario tan accesible como la farmacia. De centros de atención primaria (CAP) hay poco más de 500 y de farmacias, 3.245. Tanto si vives en Prullans, Viladrau o en el centro de Barcelona, tienes el mismo medicamento en igualdad de condiciones, tiempo y precio.
"¿Cómo puede ser que un elemento clave para garantizar la salud, como es el medicamento, se produzca y se importe en un 80% desde fuera de Europa?"
¿Y por qué faltan determinados medicamentos en las farmacias?
Éste es un problema que, desde la FEFAC, advertíamos que pasaría desde antes de la pandemia. Si una de las patas del Estado del bienestar europeo es la salud, ¿cómo puede ser que un elemento clave para garantizar la salud, como es el medicamento, se produzca y se importe en un 80% desde fuera de Europa? Simplemente por razones de costes salariales, ecológicos y sociales. Esto ha ocurrido porque después de Lehman Brothers, en 2008, empezaron los famosos recortes, sobre todo en educación y salud. A grandes rasgos, en salud, el 60% de los recortes se realizaron sobre personal e inversiones y el 40% sobre reducciones constantes del precio del medicamento. Paralelamente, se dan dos hechos: primero, que en la Unión Europea, el precio no está unificado y hay países en los que son más bajos. Segundo, las normativas de la UE favorecen la competencia, y de ahí se origina una parte del problema: los laboratorios venderán donde obtengan mayor rentabilidad. Esto no quiere decir que dejen a países desprovistos, pero tienden a ajustar las partidas donde son más baratos. Por tanto, nos podemos encontrar con restricciones a la distribución por el tema del precio. En situaciones normales, no pasa nada, pero cuando hay un pico de demanda por una enfermedad, comienzan las faltas porque no tenemos suficientes medicamentos. En España, somos líderes en la bajada de los precios de los medicamentos y, por tanto, somos uno de los que más sufrimos el problema.
¿Qué hacen otros países ante esta situación?
Por ejemplo, Portugal ha subido recientemente los precios de los medicamentos al nivel europeo. Así reduce el riesgo de desabastecimiento a consecuencia de los precios más bajos. La Unión Europea está estudiando la falta de medicamentos vinculada al problema legislativo de los precios, dado que no se deberían provocar estas situaciones. Debe tenerse en cuenta que los medicamentos no son un bien de consumo como los demás, son una herramienta de salud esencial.
"Hay que empezar a fabricar determinados medicamentos en Europa porque no tiene sentido lo que nos ha pasado con los chips, que dependemos absolutamente de un tercer país"
Ante esta situación, ¿qué debería hacerse?
Al ser un problema multifactorial, se debe actuar a diferentes niveles. Hay que empezar a fabricar determinados medicamentos en Europa porque no tiene sentido lo que nos ha pasado con los chips o con algunos artículos, que dependemos absolutamente de un tercer país. No se trata de aplicar una autarquía sino de tener cierta capacidad de producción europea. Pero debemos asumir que el precio de producir en Europa no es el mismo que hacerlo en China, en la India o en el sudeste asiático. Europa debería garantizar a sus ciudadanos que dispondrán de medicamentos con tiempo, forma y calidad suficiente.
En estos momentos, respecto a los suministros, ¿con qué medicamentos existen problemas?
Algunos se mantienen y otros van por épocas. En general, hemos tenido problemas con los antibióticos. Con la llegada de la primavera y la mejora del clima, bajan las infecciones y, por tanto, también el consumo de antibióticos y la situación se regula. Pero tenemos problemas con productos antiasmáticos, para la fertilización in vitro, colirios, para el sistema nervioso... Esta semana tienes, la próxima semana te quedas sin. Esto genera inseguridad. Hemos hablado de problemas globales –de los precios y de la externalización de la producción, sobre todo en China–, de los problemas estructurales de la falta de medicamentos –por culpa de la legislación europea–, pero también hay otro problema legislativo, en este caso español, que también es estructural: en otros países de la UE se permite al farmacéutico –que es el profesional sanitario, de grado superior universitario, más conocedor del medicamento– realizar determinados tipos de sustituciones, pero aquí no. La ley española nos permite sustituir un medicamento por otro, exclusivamente si se cumplen unas condiciones: que sea el mismo principio activo, la misma concentración por dosis y la misma forma farmacéutica.
Y en la "forma" está el problema ...
Que nos obliguen a que sea la misma forma farmacéutica significa que el farmacéutico no puede cambiar un comprimido de 500 mg de un principio activo por una cápsula de 500 mg del mismo principio activo, o un jarabe por un sobre, … Nos permiten cambiar los genéricos de una marca por otra, o los de marca por genérico, pero siempre de si son de la misma forma farmacéutica: comprimido, cápsula, jarabe, sobre, ... Este invierno ocurrió que el jarabe de amoxicilina de 250 mg infantil sólo lo producían dos laboratorios: uno se quedó sin papel para los prospectos y otro tuvo una avería en la fábrica. A raíz de un pico de bronquitis infantil en el norte de España, se produjo una gran demanda del jarabe cuando existía una capacidad de producción baja. Esto provocó faltas en el mercado. La gente iba como loca buscando jarabes cuando no los había. La AEMPS tardó un mes en sacar una normativa tan sencilla como permitir dividir cápsulas de 500 mg para darlas disueltas en agua a los niños, o utilizar sobres de 250 mg. ¡Tardamos un mes en que esto se pudiera hacer!
Y esto perjudica el servicio ...
Estas situaciones generan problemas a todo el mundo: al paciente, que se angustia porque no encuentra el medicamento; al farmacéutico, que teniendo en muchos casos una solución sencilla al alcance no puede aplicarla y debe dar explicaciones; pero también a los médicos del sistema de salud, porque al enfermo no le queda otra solución que volver al médico para cambiar su receta, lo que contribuye a aumentar la saturación. No tiene ningún sentido. Pero tampoco es bueno para la Administración porque, al final, si el enfermo no se le atiende en un CAP saturado, acabará en urgencias. Y el coste de un servicio de urgencias es incomparable con lo que cuesta un medicamento. Además, una enfermedad leve, no diagnosticada ni tratada por problemas de accesibilidad, puede conducir a un problema mayor. Por tanto, los costes se disparan para todos, principalmente para el ciudadano. Y se da un peor servicio.
¿Funciona correctamente el programa FarmaHelp, para ayudarse entre farmacéuticos ante la falta de ciertos medicamentos?
¡Funciona muy bien!. Es muy útil y permite mejorar el servicio global de la red de farmacias, aunque cuando existe una falta repetida se produce un exceso de demanda del programa. Por ejemplo, con el medicamento para dejar de fumar ha ocurrido lo mismo. Sale el medicamento [Todacitan], se publicita que será financiado por la Seguridad Social y, en ese momento, resulta que había un problema con los códigos de los lotes que se iban a distribuir y el volumen de peticiones en el programa se disparó.
¿Qué hace un farmacéutico cuando le piden un producto que no tiene?
En estos casos, el algoritmo es: si no tengo el medicamento A, ¿puedo sustituirlo por otro igual que cumpla la normativa, sí o no? En caso afirmativo, solucionado. Si no tengo sustitución, ¿mi proveedor o mayorista tiene un sustitutivo de este medicamento, sí o no? Esto se puede consultar en el momento. Si no lo tiene el proveedor, contamos con el programa Farmahelp, que conecta todas las farmacias y que permite que el cliente pueda reservar e ir directamente a buscarlo a donde lo tengan. Esto se hace constantemente. En mi farmacia emitimos una decena de avisos cada día y recibimos más o menos los mismos. Con el problema de la amoxicilina, llegó un momento en que no hacíamos avisos porque ya sabíamos que nadie tenía. Cuando no podemos solucionarlo mediante Farmahelp, estas faltas se comunican diariamente al CISMED, un programa de los colegios de farmacéuticos que, de forma automática, avisa a la AEMPS. Ésta puede hacer dos cosas: emitir una orden para que los médicos cambien la prescripción de tratamiento de un medicamento por otro o adquirirlo en el extranjero. En Holanda, cada farmacia puede buscar el medicamento que le falta en el extranjero, de manera individualizada. Es un sistema más rápido y el cliente no paga ningún coste adicional porque lo cubre la administración de su país.
"El farmacéutico juega un papel similar al del notario: garantiza que el medicamento está en perfectas condiciones"
¿Fuera de las farmacias se venden medicamentos ilegales?
Sí, y es un problema de salud pública gravísimo. Un medicamento puede ser ilegal por varios motivos: por ejemplo, porque lo han robado y lo venden en el mercado negro –será ilegal porque se rompe la cadena de custodia– o porque directamente se ha falsificado el envase, los comprimidos o lo que sea –de hecho, esto es un delito y estafa–. Para evitarlo, en Europa se ha diseñado un sistema muy complejo: cada cajita de medicamento lleva dos códigos, el tradicional de barras y un nuevo QR. Este QR serializa cada envase que se fabrica. Esto hace que dos cajas de Gelocatil idénticas tengan un código de serie distinto. El laboratorio registra los códigos que ha utilizado en una base de datos europea y cuando se dispensa un medicamento en la farmacia, se pasa por el escáner y este código queda invalidado y registrado en la misma base de datos. Por tanto, la falsificación no es posible. En caso de robo, se pueden desactivar todos los códigos robados y no podrán ser dispensados por las farmacias. Además, Europa también obliga a tener un sistema en el cierre de la cajita para evitar la manipulación del contenido. Como resultado, en las farmacias damos garantía de seguridad y calidad. Pero si alguien los compra fuera, por ejemplo, a través de Internet, ya no tiene esa seguridad. Es un riesgo muy alto. Ya se han producido muertes. El farmacéutico juega un papel similar al del notario: garantiza que el medicamento está en perfectas condiciones y que se administra correctamente para obtener el mejor efecto.
"En Europa, aprovechan mucho más los farmacéuticos de lo que se hace en Catalunya"
¿Cómo valora la colaboración con el sistema sanitario?
En Europa, las farmacias y los farmacéuticos aportan, colaboran y participan mucho más porque son los que están más cerca de la población. Los aprovechan más de lo que se hace en Catalunya, aunque, como he dicho antes, aquí tenemos un nivel de interlocución y colaboración constante y pactado con la Generalitat. Un ejemplo es la reciente conversación que yo mismo mantuve con el presidente Pere Aragonès sobre nuestro papel. En Catalunya, la red de farmacias la formamos 8.558 farmacéuticos y 3.245 puntos de atención, junto con una distribución farmacéutica de alto nivel y servicio. ¿Puede el sistema de salud no sumar y aprovechar todo este conjunto de profesionales y espacios para mejorar el servicio al ciudadano? No pretendemos hacer de médicos ni de enfermeras, ni sustituirlos, sino ejercer de farmacéuticos. Podemos incidir en el principal problema de los enfermos crónicos, el cumplimiento terapéutico, reportar más datos al sistema sanitario y servicios en la misma línea que se realiza en Europa, la prevención y el mantenimiento de la salud. Un ejemplo: nosotros participamos en las campañas de detección del cáncer de colon. Ha sido un éxito porque se han detectado muchos pólipos en las fases iniciales que han permitido evitar un cáncer grave. Con el Covid-19, también participamos en la notificación en el programa de la Generalitat –que servía para tramitar bajas laborales o avisos de seguimiento en la atención primaria–. Esto ahorró a los CAP tres millones de visitas. ¿Qué habría pasado si todas hubieran terminado en los CAP con el colapso que había?
Las farmacias europeas participan en campañas de vacunación. ¿Y aquí?
Aquí no, pero esperamos que sea sólo un “de momento, no”. En Francia, Alemania o en Italia las farmacias vacunan de la gripe. Aquí no. ¿Por qué vacunan de la gripe? Porque se ha comprobado que la relación farmacéutico-paciente se produce cada dos o tres semanas y, por tanto, la capacidad de influencia que tiene el farmacéutico sobre esta persona es muy alta. En cambio, desde que se ha instaurado la receta electrónica quizá ve al médico una vez al año. Esto provoca que, aquí, la vacunación de la gripe va bajando mientras que, en los países en los que han implicado a los farmacéuticos, se dispara. ¿Qué importancia tiene? Si tú controlas la gripe, los enfermos inestables sufren menos, acuden menos a urgencias, bajan los ingresos hospitalarios y también los tratamientos costosos, y bajan las defunciones. En un sistema sanitario falto de personal y recursos, es necesario contar con los farmacéuticos.
“Hay gente que dice que somos tenderos. ¿Seguro? Somos una herramienta fundamental del sistema de salud"
¿No se reconoce la función de los farmacéuticos?
En el entorno del sistema de salud es necesario romper techos de cristal y tener claro lo que significa poner al paciente en el centro. Durante la pandemia avanzamos bastante, pero ahora es necesario consolidarlo. Los ciudadanos nos valoran mucho, más aún después de la pandemia, basta con leer los resultados de la encuesta realizada el pasado junio por el CatSalut. Sin embargo, también hay gente que dice que somos 'tenderos'. ¿Seguro? Somos profesionales universitarios sanitarios, que damos garantía de calidad y correcto uso del medicamento. Formamos una red capilar y somos parte de un sistema que ha dado una respuesta autónoma y ejemplar para afrontar todos los retos que la pandemia nos puso delante, mostrándonos como muy resilientes. Somos una herramienta fundamental del sistema de salud, al que dotamos de mayor facilidad de acceso y equidad.