José María Torres García (Súria, 1962) preside Conpymes, patronal de pymes y autónomos que reclama entrar en el diálogo social, o sea, estar en las mesas de negociación con el gobierno en las que se debate de políticas laborales y empresariales. En esta entrevista argumenta que se “vulnera la Constitución” por entender que la parte patronal del diálogo social defiende únicamente a las grandes empresas en detrimento de las pequeñas. Y subraya las diferencias que mantienen con la CEOE. También es vicepresidente de la Fundació Pimec. Antes de dedicarse al ámbito institucional, fundó varias empresas especializadas en tecnología y cloud computing.
Como patronal, Conpymes reclama al Gobierno, a la Unión Europea y ante los tribunales formar parte del diálogo social. ¿Alguna novedad al respecto?
Hicimos la petición para entrar en el diálogo social al Ministerio de Trabajo, que nos denegaron con el argumento de que no existe normativa ni instrumentos para contar la representación empresarial. Después, por la vía judicial, nuestra reclamación pasó de la Audiencia Nacional al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde sigue en trámite. En paralelo, ¿qué estamos haciendo? Pues nos estamos reuniendo con todos los partidos políticos y también lo hemos hecho con los responsables del diálogo social de la Comisión Europea. También hemos interpuesto un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Supremo contra la asignación ‘a dedo’ de subvenciones a CEOE y Cepyme. Entendemos que esta asignación de importantes cantidades de dinero debería llegar en igualdad de condiciones a todas las empresas españolas. En España existe una gran anomalía respecto al diálogo social que debemos solucionar.
¿Y cuál es esta anomalía?
Desde que se instauró la democracia, una sola organización, la CEOE, representa a todos los empresarios. Es cierto que, en su momento, crearon Cepyme supuestamente para defender a las pymes, pero no deja de ser un apéndice de la CEOE. Una organización sin cuotas ni socios que, en sus 45 años de existencia, no se le conoce ningún posicionamiento diferente al de la CEOE, que es la representante de la gran empresa. O sea, en la mesa de negociación del diálogo social sólo están, por la parte patronal, los que representan a las grandes empresas. Y esto tiene como consecuencia que las leyes se hagan pensando en los intereses de las grandes corporaciones empresariales en detrimento de las pymes. El diálogo social es un pilar fundamental de la democracia donde todos debemos estar representados en igualdad de condiciones, como pasa en el resto de Europa.
¿Están satisfechos con la posición de las autoridades europeas sobre su reclamación?
La Comisión Europea emitió este 25 de enero una propuesta de recomendación en la que pide a los Estados que el diálogo social sea objetivo y transparente. Aquí estas dos condiciones no existen. Cuando aquí te dicen que no hay una normativa para que entres en el diálogo social, les dices: ‘bueno, ¿y los que ya están?’. El diálogo social es un pilar de la democracia y no puede dejar fuera a pymes y autónomos cuando somos el 99,9% del tejido empresarial. Esto es lo que intentamos cambiar a través de todas las instancias nacionales e internacionales.
"Se está vulnerando la Constitución"
¿Se han marcado un plazo para conseguirlo?
Nos hemos reunido con los partidos políticos, con ministros, sindicatos y todos nos dicen que sí, que tenemos razón, que se debe democratizar el diálogo social. Se está vulnerando la Constitución. En un pilar de la democracia, como es el del diálogo social, te dicen que no puedes entrar porque no se ha creado el reglamento que lo permite. Esto va en contra de cualquier principio democrático. Pero, en realidad, sí que existe un mecanismo. Como argumentamos en los encuentros con el Gobierno y por la vía judicial, la disposición adicional sexta del Estatuto de los Trabajadores dice que, cuando se cuenta con el 10% de empresas y trabajadores, debes entrar directamente en el diálogo social. Aunque no se ha desarrollado el reglamento pertinente, sí que existe esta base legal. Ya demostramos que, junto con todas las organizaciones que nos dan apoyo, sumamos más de dos millones y medio de pymes y autónomos, con lo que representamos mucho más del 10% del tejido empresarial. En esta lucha estamos. No pararemos hasta conseguirlo porque es justo y necesario.
¿Supongo que Cepyme no lo entiende así?
Como decía, es un apéndice de la CEOE. No se le conoce ningún posicionamiento propio en 45 años porque todos han sido en el mismo sentido que la CEOE, que defiende a la gran empresa. Es una ironía que digan que defienden a las pymes cuando, por ejemplo, están en contra del régimen sancionador contra la morosidad, la mayor lacra que afecta a la viabilidad de las pymes.
¿Cuál es el origen de esta situación?
Es un tema que se arrastra desde que se instaura la democracia en España. Algunos piensan que es un sistema que ha funcionado siempre así, cuando es una anomalía que no existe en el resto de la UE: en los otros países, hay una organización que representa a la gran empresa y, además, otras organizaciones que, con voz propia e independiente, representan a pymes. Esa es la realidad. En cuestiones como la morosidad o la contratación pública, Cepyme no defiende los intereses de las pymes, sino que se ve claramente que defienden a las grandes. En Catalunya, a Pimec le costó ocho procesos judiciales y casi 12 años de trabajo que reconocieran la representación justa en las mesas de negociación. En España no sé cuánto tiempo nos costará. Hasta ahora todo son buenas palabras. Ningún partido político ha dicho lo contrario. Y ahora la Comisión Europea es conocedora del tema. Insistiremos: si no se toma esta decisión desde España que sean las instituciones europeas las que digan que se debe democratizar porque se está perjudicando a las pymes y a los autónomos.
¿Qué porcentaje de representación reclaman en las mesas de negociación?
Debería ser como en Catalunya: la gran empresa, 50%, y las pymes, el otro 50%. En vez de estar solo CEOE y Cepyme como ahora, la representación empresarial debería recaer, a partes iguales, en CEOE-Cepyme –que es lo mismo– y Conpymes.
"Con sus posiciones, la CEOE se ha quedado sola en Europa"
Por ejemplo, por lo que respecta al salario mínimo interprofesional, ¿en qué se diferencian las posiciones de la CEOE y de Conpymes?
Si miramos la hemeroteca, a cada subida del SMI, Antonio Garamendi se manifestaba en contra, decía que esto sería un desastre económico, que generaría paro. Nosotros estamos a favor de las subidas del salario mínimo y de que los trabajadores tengan sueldos dignos. Por otro lado, la CEOE está en contra de que las empresas energéticas y la banca contribuyan con un tributo especial por los beneficios extraordinarios que están obteniendo. En cambio, nosotros siempre nos hemos pronunciado a favor de los tributos a las energéticas y a la banca, y hemos defendido que los empleados tengan unos buenos salarios. Con sus posiciones, la CEOE se ha quedado sola en Europa.
También nos diferenciamos en que hemos luchado por las bonificaciones para las empresas que contraten a mayores de 45 años. Y por el estatuto del artista. Ahora estamos trabajando con el estatuto de los becarios. Hace unos días me reuní con la eurodiputada Alicia Homs [del Partido Socialista de Baleares], estamos elaborando propuestas conjuntas para que los jóvenes que hagan prácticas tengan un sueldo digno. Supongo que en esto también chocaremos con la gran patronal. Tampoco he visto nunca a la CEOE o a Cepyme diciendo algo sobre la segunda oportunidad para que el empresario honesto que fracase en su proyecto pueda volver a empezar.
"Una pyme que cobre a 300 días no es competitiva"
Y siguen con la bandera de la ley contra la morosidad …
Cuando se hizo la ley contra la morosidad los representantes de las grandes empresas consiguieron meter la coletilla "salvo acuerdo entre las partes", con lo que se invalida la ley. Esto es lo que hacen los lobbies que defienden a las grandes empresas. Luego, nosotros pedimos el régimen sancionador, que ya se ha conseguido que se implemente en el transporte, donde está dando buenos resultados. Pero no se ha generalizado. Llevamos 83 prórrogas en el Congreso para evitar que se materialice el régimen sancionador. Según datos de la CNMC, las grandes empresas adeudan a las pymes más de 83.000 millones de euros que ya han superado el plazo legal de pago. No nos cansaremos de repetirlo: muchas pymes no tendrían la necesidad de pedir los créditos del ICO si hubieran cobrado de las grandes dentro del plazo que marca la ley. Una pyme que cobre a 300 días no es competitiva.
¿Y cómo está la reclamación para que las pymes accedan a más concursos públicos?
Un hito histórico es la Ley Crea y Crece, también encarada a la lucha contra la morosidad. Hemos conseguido que las grandes empresas tengan que demostrar que pagan en los plazos que marca la ley para poder acceder a la compra pública. Es un trabajo que hemos realizado conjuntamente con las organizaciones asociadas, como es el caso de la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad, a la que debemos felicitar por el gran trabajo realizado. Vamos ganando batallas.
¿Se avanza en contratación pública?
Estamos en ello para que las pymes tengan más posibilidades de acceso a concursos directos. En Baleares, no hace mucho interpusimos un recurso contra la administración y se vieron obligados a rehacer el concurso para dar cabida a las pymes. Es fundamental para las pymes tener más participación en la contratación pública.
¿Cómo son las relaciones con otras organizaciones empresariales como, por ejemplo, Foment del Treball?
Conpymes, a día de hoy, no ha tenido ningún contacto con la CEOE ni con Foment. Defendemos postulados contrarios, pero nos gustaría llegar a un consenso con ellos en materia de representatividad.
Hace cuatro años se presentó a las elecciones a la Cambra de Comerç de Barcelona. ¿Cómo ve las elecciones que se disputarán en septiembre?
Sigo pensando lo mismo: una institución de tanto peso y prestigio en la defensa de los intereses generales de las empresas, sobre todo para la internacionalización, no se puede convertir en un instrumento político.