Josep González (Llimiana, Pallars Jussà, 1945) presidió la patronal Pimec durante 30 años y, al dejarlo, en febrero de 2021, se mantuvo al frente de la Fundació Pimec. Desde esta entidad desarrolla una amplia acción social que va desde la defensa de la segunda oportunidad para los empresarios que han fracasado a la salud mental, el edatismo (discriminación laboral por edad), la sostenibilidad o el mundo rural. Continúa dedicándose a ayudar a las pymes y a la reactivación económica. Denuncia la lentitud de la administración catalana en la tramitación de licencias para actividades económicas.
Salud mental, segunda oportunidad, desarrollo sostenible, ... ¿qué más hace la Fundació Pimec?
Empezamos hace quince años. A través de la fundación pusimos orden a la acción social que se llevaba a cabo desde la patronal. La primera apuesta, a raíz de la crisis de 2007, fue ayudar los empresarios que perdieron el negocio. Pusimos en marcha un programa llamado Emppersona para ayudar y orientar a los que se encontraban en dificultades, en suspensión de pagos o que ya habían cerrado definitivamente. Descubrimos que muchos de estos empresarios, después del impacto del cierre, volvían a ser emprendedores, buscaban una segunda oportunidad. Allá vimos la importancia de la segunda oportunidad en un país como nuestro donde se tiene la sensación que un empresario al que le van mal las cosas ya no vuelve a emprender.
Segunda oportunidad: "Somos igual de emprendedores que los norteamericanos, pero aquí es mucho más difícil volver a empezar"
A diferencia de los Estados Unidos, ¿aquí está mal visto?
Podíamos pensar que estaba mal visto porque algo hay de esto, pero el principal problema es que aquí, cuando quieres volver a emprender, tienes unas hipotecas que te lo impiden. Arrastras deudas, créditos y una serie de obligaciones que no puedes dejar atrás. En los Estados Unidos, si has fracasado en un proyecto y tienes ganas de empezar otro, te ayudarán, sin arrastrar anteriores servidumbres. Yo, que soy un empresario con experiencia, siempre me he preguntado porque un empresario norteamericano podía ser más emprendedor que un empresario español: no somos diferentes, somos iguales de emprendedores, pero las circunstancias que rodean la emprendeduría son las que cambian. Aquí es mucho más difícil volver a empezar. En la fundación hemos trabajado para facilitar la segunda oportunidad. Lo hemos tratado con magistrados, abogados y, poco a poco, se está tomando conciencia que se debe facilitar la posibilidad de volver a emprender.
¿Se ha avanzado?
Creo que la situación se suavizará. La nueva ley concursal intenta tener en cuenta estos factores. Seamos optimistas. Quizás tardemos un poco, pero, al final, nos daremos cuenta de que no se puede dejar escapar una segunda oportunidad por el hecho de poner demasiadas trabas. No tiene sentido que se quiera obligar a un empresario a reparar toda la deuda pendiente porque muchas veces no tiene culpa. Miremos lo que pasa ahora: encarecimiento de la energía, carencia de suministros, ... no siempre se tiene que culpar al empresario. Hay empresarios que, cuando han cerrado, se encuentran con que pierden la casa porque avalaron los créditos. Y la pierden con más de 50 años o cuando ya pasan de los 60. Es un drama. Se hunden. Me lo decía un empresario: 'no sabes lo que he sufrido para explicar a mi esposa que perdemos la casa'.
"No queremos ser dramáticos, pero la situación económica, con toda la incertidumbre que genera, altera a los empresarios y a los trabajadores"
Y esto también pasa factura psicológica ...
Evidentemente. La salud mental en las empresas se está agravando. No queremos ser dramáticos, pero la situación económica, con toda la incertidumbre que genera, altera a los empresaris y a los trabajadores. Por eso, la fundación trabaja en el ámbito de la salud mental en las empresas. Hemos organizado varias jornadas y próximamente haremos otra con la idea de que el empresario lo vea como una cosa natural, así pedirá ayuda y se le podrá ayudar. Cuando surge un problema de esta índole quizás la tendencia es la de minimizarlo cuando lo que hace falta es afrontarlo.
Y también trabajan en desarrollo sostenible...
Una de las áreas son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es una cultura empresarial que se debe aprender. Siempre digo que un emprendedor no tiene que saber de todo. Los empresarios de pymes son emprendedores, pero hay culturas que las tienen que ir adquiriendo. Pongo un ejemplo: hace muchos años, cuando estaba en el sector de la automoción, me preocupaba mucho la competencia de los japoneses y las teorías del 'defectivo cero' [cero defectos en la producción] que ya ponían en práctica los norteamericanos. Yo ya presidía Pimec y preguntaba a los empresaris si eran capaces de hacer defectivo cero. Y uno me respondió: 'me arruinaría', pero al cabo de unos años este mismo empresario decía que si no hacía defectivo cero se arruinaría. ¡Como ha cambiado el criterio! ¿Qué pasó? Que se aplicó la cultura de la calidad. Después vino la cultura de prevención de los riesgos laborales. Ahora, se actúa sobre cualquier riesgo de seguridad porque un trabajador accidentado sale muy caro, en el aspecto económico, en el laboral y también humanamente. Y también tenemos la cultura de la sostenibilidad. Si se hace bien te permitirá ser competitivo y estarás en paz con la sociedad. Y, encima, no tienes más narices que hacerlo. La sostenibilidad no se podrá esquivar.
Todo esto, ¿lo tiene tan claro el pequeño empresario?
No lo tiene claro todo el mundo porque el pequeño empresario ya tiene suficiente trabajo con sobrevivir. Como decía antes, no se le puede pedir que sepa de todo. Una grand empresa tiene expertos para cada cosa, pero no en las pequeñas. Por eso, hemos creado un programa para que las pymes conozcan las obligaciones de las ODS. Es una necesidad.
¿Y tienen en cuenta el mundo rural?
Los pueblos y las tierras se abandonan si no se actúa en el entorno rural. Esto es un drama. Soy presidente de Pallarsactiu. A petición de los presidentes de los consejos comarcales del Jussà y del Sobirà y de un grupo de alcaldes, presido esta sociedad para reactivar el Pallars. Como soy de allí, el corazón me traicionó y acepté. Ya han pasado nueve años. Sacamos adelante proyectos rurales para activar la economía. Por ejemplo, hemos conseguido que el tren del estanco Gento, a 2.000 metros de altura, sea declarado proyecto de interés nacional. Lo convertiremos en un tren turístico para reactivar la Vall Fosca. Muchas estaciones de esquí tendrán que hacer actuaciones parecidas, para complementar, si continúa el cambio climático. También tenemos otro proyecto para exportar carne de jabalí. Y también nos preocupa la mujer rural. Este 26 de octubre haremos la segunda jornada de Nueva Ruralidad, en el Monasterio de Poblet. Supongo que vendrá una consejera de la Generalitat y Francesc Boya, secretario general para el Reto Demográfico. En esta jornada participarán asociaciones de mujeres rurales de Catalunya, Mallorca y también la española Fademur. Queremos que todas estas entidades, sin perder su autonomía, se pongan de acuerdo para trabajar conjuntamente.
"No se puede discriminar a la gente por su edad. Hoy estamos viviendo con algoritmos que discriminan"
Y también trabajan contra el edatismo...
No se puede discriminar a la gente por su edad. Hoy vivimos con algoritmos que, a veces, lo que hacen es discriminar. Debemos pensar que cada vez se viven más años y en mejores condiciones, pero estamos apartando a la gente del circuito del trabajo antes de tiempo. Esto es una incongruencia. No puede ser que, por edad, se discrimine a gente para ocupar puestos de trabajo, entre otras cosas porque, además de que están en una excelente condición para trabajar, tienen un capital de conocimientos que se pierde si no les das trabajo. Una persona de 45 años puede ser tan válida o más que otra de 30 años. No se puede ajercer una discriminación automática cuando se realiza una selección de personal. Estamos programando actos para concienciar en este aspecto. Estamos en contacto con la administración y el 17 de octubre habrá una sesión en el Congreso de los Diputados en la que intervendrá nuestro vicepresidente, José María Torres, para advertir sobre la discriminación por edad.
¿Cuál es su principal preocupación de las pymes en estos momentos?
Hay bastantes. Una de muy general es que la energía y la falta de suministras han provocado unos encarecimientos de los costes de producción que afectan los márgenes de las empresas. Cuando aumentan los costes no siempre se pueden repercutir en los clientes. De continuar esta situación podría derivar en cierre de empresas porque, quien pierde dinero, acaba tirando la toalla. Las empresas tienen trabajo, el problema es que se encuentran con dificultades para realizarlo. Controlar la inflación solo en base de aumentar los tipos de interés puede provocar una caída de la actividad empresarial: arreglamos la inflación, pero estropeamos las empresas.
¿Cómo valora las medidas que ha tomado la administración hasta ahora?
Creo que faltan más medidas para controlar directamente la inflación, que tiene una parte de real y otra de oportunismo, aquello de a río revuelto, ganancia de pescadores. Se debe distinguir entre la inflación real y la provocada por la especulación. Y contra esto deberían actuar los gobiernos.
Se acaba de aprobar una reforma fiscal, ¿le parece bien?
Desde Pimec trabajamos desde hace muchos años para haya un impuesto sobre sociedades proporcional a la dimensión de las empresas. La realidad es que las grandes empresas pagan menos impuestos que las pymes. Esto es una discriminación negativa.
"La situación política perjudica a las empresas y a los ciudadanos porque, con todas estas discusiones, se olvidan de gobernar. Catalunya no se lo merece"
¿La actual situación política en Catalunya perjudica a las empresas?
Perjudica a las empresas y a los ciudadanos porque, con todas estas discusiones, descuidan gobernar. Catalunya no se lo merece. Lo dijo el otro día el presidente de Pimec [Antoni Cañete]: necesitamos un gobierno que gobierne. Con tanta discusión política no se puede gobernar bien y esto lo entienden todos los catalanes.
Madrid ya ha pasado por delante. ¿Catalunya pierde competitividad?
Madrid es la capital de España y, como tal, tiene unas prerrogativas que no tenemos aquí. Pero es evidente que Madrid ha tomado un impulso que ya querríamos. Deberíamos reactivar al máximo nuestra industria y, esto, no supone solo conceder subvenciones sino simplificar los trámites. Los proyectos industriales nuevos deben tirar adelante de manera fácil y rápida. En Catalunya somos complicados.
"Me sabe mal decirlo porque soy catalán y quiero a Catalunya, pero el trámite de una licencia aquí tarda más tiempo que en cualquier otra comunidad"
¿Es más complicado en Catalunya que en otras comunidades?
Me sabe mal decirlo porque soy catalán y quiero a Catalunya, pero soy empresario y conozco las problemáticas de los empresarios y todos coincidimos en que tramitar una licencia en Catalunya tarda más tiempo que en cualquier otra comunidad. Se ha generado una complejidad que va en detrimento del desarrollo económico. Nos lo tendríamos que hacer mirar.
Y mientras hay empresas de Lleida que se instalan a la Aragón. ¿Por qué?
En Aragón dan más facilidades y la tramitación va más rápida. Además, ¡atención!, realizan un seguimiento de los proyectos. Cuando un inversor se interesa por Aragón le asignan a una persona que no abandona el proyecto hasta que está ganado o definitivamente perdido. Este seguimiento no lo tenemos en Catalunya.
¿Supongo que hay otros motivos como unos costes laborales más bajos?
Puede haber otros motivos dependiendo del proyecto. También hay empresas que se han ido a Aragón y, luego, han tenido el problema de no encontrar personal cualificado. En la zona de Lleida, como disponen de buenas carreteras, es fácil trasladar la industria a Aragón, por las ayudas que dan para hacerlo, pero manteniendo la sede en Lleida. Me lo decía un empresario leridano: 'he montado la nave en la Franja, que de casa a allá solo tengo diez minutos'. Te dan facilidades con los terrenos, con las subvenciones, ... En Catalunya tenemos que buscar la manera de ser más atractivos para captar proyectos.
Se acaban de cumplir cinco años del referéndum del 1 de octubre de 2017. ¡Las empresas están peor que entonces?
No querría hablar de consecuencia políticas porque no es mi rol. Han pasado cinco años, aquellas circunstancias todavía afectan el entorno político, pero a las empresas nos domina más la situación económica que la política. Otra cosa son las empresas que marcharon y que no han vuelto. Se me escapan todas las razones que se dieron, en unos casos oportunismo, pero también gente que lo hizo preocupada por la situación.
¿Como ve el futuro inmediato de las pymes?
Vemos ciertos movimientos positivos como la bajada de los costes de las materias primas, de los fletes o de los combustibles. Podríamos estar en el inicio de la reversión del problema, pero también tiene un aspecto negativo: a la empresa que la pille con stocks comprados a precios altos estará en una situación de desventaja respecto con la que compre ahora. Después del Covid, estaba convencido de que este 2022 sería un año de mucha actividad y euforia, pero han pasado tantas cosas –la falta de materias primas se ha prolongado, se han disparado los precios energéticos, la guerra en Ucrania,...– que hacen que no sea un año para lucir. Creo que esta situación se prolongará al 2023. Sobre la guerra en Ucrania, cuesta predecir la evolución por los personajes que intervienen. Pero, a veces, de un gran mal puede surgir un gran bien. Siempre se debe buscar la parte positiva de las cosas.