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Josep Soler, director del Instituto de Estudios Financieros: "No todo está abocado al desastre"

"Hay bastantes elementos que permiten pensar que, si las cosas se hacen relativamente bien, la caída de la actividad económica puede ser moderada"

Josep Soler, director general del Instituto de Estudios Financieros (IEF) | Gabriel Cazado | Cornellà Creació
Josep Soler, director general del Instituto de Estudios Financieros (IEF) | Gabriel Cazado | Cornellà Creació
Barcelona
24 de Septiembre de 2022
Act. 24 de Septiembre de 2022

Josep Soler es el director general del Instituto de Estudios Financieros (IEF), centro de formación en finanzas fundado hace más de treinta años a instancia de bancos, de las antiguas cajas de ahorros y de la Generalitat. También es vicepresidente de la European Financial Planning Association (EFTA) y tesorero de EFTA en España, así como miembro de órganos rectores de varias asociaciones internacionales y consejero de empresas de inversión. Atiende a VIA Empresa antes de una conferencia ante empresaris de pymes organizada por Cornellà Creació. Enemigo de los tecnicismos de la economía, explica en un lenguaje didáctico las claves de la crisis y las herramientas de financiación alternativa a las que pueden acceder los empresarios.

Hay quien dice que la economía es un estado de ánimo, ¿se considera un economista optimista?

No, no soy especialmente optimista. Sin embargo, sobre las previsiones tan malas que se han lanzado, me da la impresión que estamos ante una crisis cíclica y clásica pese a que la guerra en Ucrania ha agravado la inflación. Desde hace meses, hemos dado por sentado el "otoño temático": esto de que en verano no pasa nada, todo fantástico, pero después será horroroso y el próximo año también. A ver, las previsiones tienen que ser malas cuando hay inflación y, desgraciadamente, la inflación solo se combate con una arma de doble filo que es la subida de tipos de interés: frena la inflación, pero, al mismo tiempo, también frena la actividad económica. Y no tenemos otra manera.

¿No será peor el remedio que la enfermedad?

Siempre se plantea así. En estos momentos tenemos una inflación importante y es necesario hacerlo. Pero, vamos a ver: hay dos elementos que todavía desconocemos que son la intensidad y la duración. ¿Qué duración tendrán estos hechos?, ¿en qué momento podremos decir que la inflación se ha reducido para empezar a pensar más en la actividad económica?. No está dicho que intensidad y que duración tendrá todo esto.

"Tenemos una cierta suerte en el hecho de que los países del norte también están muy afectados, por la inflación y por la energía"

¿Cuáles son las previsiones?

Hay opiniones. Quién quiera dar opiniones, perfecto, yo podría dar la mía pero no es lo importante. Sobre la duración y la intensidad hay elementos que debemos ver como acaban. ¿Qué elementos son? Primero, podría ser que los bancos centrales lo hicieran bien, que establecieran una política monetaria, una subida de tipso, una reducción de liquidez, que fuera suficientemente decidida para frenar la inflación y bastante prudente para que la actividad económica no se vaya a pique. Es muy difícil buscar este equilibrio, pero quizás les salga bien. Como mínimo son conscientes que deben buscar este equilibrio. Además, en otras crisis, en Europa teníamos el problema norte-sur: los alemanes no querían actuar y los países del sur, sí, pero ahora nos está afectando a todos. Tenemos una cierta suerte en el hecho de que los países del norte también están muy afectados, por la inflación y por la energía. Esto hace que en estos momentos haya menos presiones por parte de ciertos grupos de países. Y segundo, los gobiernos han visto que, al responder rápido a la pandemia, se han hecho cosas positivas. Aquí también se han dado respuestas rápidas. La más clara es que el mismo Gobierno español se anticipó a lo que ahora está haciendo la Comisión Europea: se les criticó, pero lo han hecho. Intervenir sobre los mercados puede ser positivo porque, al final, es la única forma de frenar el problema energético, si bien es complicado manipular el mercado.

El margen de maniobra de los gobiernos es limitado. Han subvencionado la gasolina, han puesto topes al gas, ... ¿han acertado?

Sí, han acertado por el hecho de hacer algo, pero quizás no en la metodología. Ahora, todo el mundo que compra un litro de gasolina tiene la subvención. ¡Hombre!, quizás este tipo de ayudas públicas se tienen que dar priorizando a quienes lo necesita más. Hay quién puede pagar perfectamente la electricidad o la gasolina.

"Hay quién piensa: ahora que la gasolina está más barata, pues, no la ahorro"

Y con la bonificación para el transporte, hay quién toma el tren para ir a la playa...

Exactamente. Si se aplica a todo el mundo por igual, es más caro y menos útil. Hay quién piensa: ahora que la gasolina está más barata, pues, no la ahorro. Ahora que la electricidad está más barata, pues, no la ahorro. Es decir, la regulación del mercado también se podría conseguir sin manipular el precio para todo el mundo. Esta es la parte negativa, la positiva es que se ha actuado y se ha actuado rápido, y que la Comisión Europea también lo quiere hacer. Hay más cosas. Nos han vendido en los últimos meses que "¡uy!, ¡uy!, en verano todo el mundo estaba viajando, comiendo en restaurantes, gastando y, ahora, de golpe, el cerebro de la gente se bloqueará y dejará de viajar y de consumir".

Hasta ahora había euforia pospandémica...

Pues, quizás continúa esta euforia pospandémica, que ahora nos interesaría porque mantendría el consumo.

"La economía es un círculo vicioso: cuanto más dices que hay crisis y que no se puede hacer nada, más incertidumbre creas, menos se consume y menos se invierte. Por lo tanto, el mensaje que no todo está determinado es positivo"

Pero, ¿continuará?

Todo el mundo da por sentado de que no continuará. Pero, ya veremos, seguramente no continuará al mismo nivel del verano, pero, quizás, todavía durará la alegría. Además, hay un elemento: el ahorro no remunerado, este medio billón de euros en cuentas corrientes todavía no se ha tocado. Antes, estas cuentas corrientes no rendían nada, pero, con una inflación del 2% o 3%, perdían poco poder adquisitivo. En cambio, ahora tenemos una inflación del 10%. Cada mes, estos ahorros pierden, prácticamente, un 1% de su valor y esto es un incentivo para seguir gastando. Este dinero todavía está y todavía se puede gastar. Pero hay más cosas. Estamos a septiembre y los movimientos en el aeropuerto son altos, todavía viene gente, por Barcelona no se puede circular, ... Hay bastantes elementos que permiten pensar que, si las cosas se hacen relativamente bien, no es que no haya una caída de la actividad económica sino que esta puede ser relativamente moderada. Podemos estar mal tres, seis o nueve meses antes de que gire de nuevo el ciclo. No todo está abocado al desastre. Hay que advertir que la economía es un círculo vicioso: cuanto más dices que hay crisis y que no hay nada que se pueda hacer, más incertidumbre creas, menos se consume y menos se invierte, Por lo tanto, el mensaje que no todo está determinado es positivo.

"El pacto de rentas más importante lo están haciendo los sindicatos. Por primera vez en la historia, los sindicatos dicen que se conforman con unos aumentos salariales que sean la mitad de la inflación"

Mientras, desde la patronal se reclama un pacto de rentas. ¿Qué piensa de ello?

En el fondo, el pacto de rentas más importante lo están haciendo los sindicatos. Por primera vez en la historia, los sindicatos dicen que se conforman con unos aumentos salariales que sean la mitad de la inflación. Esto es extraordinario. No sé si habrá el pacto de rentas, pero hay una autocontención con uno de los elementos más importantes que son los salarios. Las centrales sindicales más importantes dicen: "nosotros pedimos un 5% de aumento cuando la inflación es de dos dígitos". Por lo tanto, quizás el pacto no se cerrará, pero los sindicatos lo están haciendo, se han dado cuenta que si ellos no se contienen los resultados finales serán peores.

¿Los grandes beneficiados de la actual situación son la banca y las compañías energéticas?

Las energéticas sacan resultados del aumento de precios, del cálculo de precios que hacen que cada vez es más absurdo. Las energéticas deben reconocer que se están beneficiando. Pero, ¿se están beneficiando los bancos?

Josep Soler en una conferencia ante empresarios de Pymes |Gabriel Cazado | Cornellà Creación

Josep Soler en una conferencia ante empresarios de Pymes |Gabriel Cazado | Cornellà Creació

Como mínimo ingresarán más por las hipotecas ...

Poco a poco empezarán a ingresar más, pero el mercado hipotecario en España es muy competitivo y, por lo tanto, tratarán de buscar opciones para no perder clientes. Con los bancos no lo veo tan claro y, además, digámoslo claro, tienen posibilidades para que quien pague este nuevo impuesto a la banca sean los consumidores y los accionistas. No olvidemos que, en banca, los accionistas están muy desperdigados y, al final, todavía les pagarán menos dividendos. Por lo tanto, no veo tan claro que, en el caso de la banca, sea un buen negocio, sobre todo porque tendrá ahora más morosidad, menos liquidez y, en esta situación, lo que hacen es frenar los créditos: condiciones más duras y tipos más altos. Que suban los tipos de interés no quiere decir que la toda la gente y las empresas paguen los créditos, que habrá quienes no puedan hacerlo y entonces se hundirán. Ojo con esto, que en economía todas las cosas están ligadas unas con otras. Creo que en un momento en que el crédito tenderá a restringirse y a endurecer las condiciones, no conviene penalizar a la banca. Ya ha sido muy penalizada en los últimos quince años. Es verdad que ha ganado dinero, pero lo ha tenido que acumular. Los bancos todavía se pueden comprar por mucho menos de su valor contable, hecho que no pasa en ninguno otro tipo de empresa. Los accionistas de CaixaBank, BBVA o Santander no están nada contentos. El precio de sus acciones es muy inferior al de hace diez años. Para muchos pequeños accionistas esto son sus ahorros. Los accionistas, los grandes y los pequeños, han estado muy maltratados durante años. Ahora, con el impuesto, se penaliza a la banca cuando se necesita que dé créditos a las empresas y a las entidades. Particularmente, el impuesto a la banca no me gusta, pero no me gusta no tanto por accionistas, que también, sino por el flujo de crédito que en estos momentos tendría que haber en la economía.

"No creo que veamos en esta serie tipos directores de los bancos centrales más allá del 3% o del 3,5%. Creo que una vez tengamos estos tipos, la inflación ya se frenará"

¿Se atreve a hacer un pronóstico de cuánto y hasta cuando subirán los tipos? Algún analista ha dicho hasta el 6% ...

Mi apuesta sería esto: una apuesta, nada más que una apuesta. Nadie en estos momentos sabe qué efectos tendrán las subidas de tipos de interés. No creo que veamos en esta serie tipo directores de los bancos centrales más allá del 3% o del 3,5%. Creo que una vez tengamos estos tipos, la inflación ya se frenará.

¿En cuánto tiempo se puede llegar al 3% o 3,5%?

Rápido. Sabremos si tienen que subir más porque han fracasado o pararse porque las medidas han funcionado. Diría que durante el primer semestre de 2023.

"Antes de acabar este año habrá otra subida seguro. Si funcionan las medidas, los bancos centrales se frenarán; pero, si no funcionan, se tendrá que volver a actuar aunque esto provoque una contracción económica más elevada"

Este 1,25% actual es insuficiente?

Antes de acabar el año habrá una el otra subida seguro. Si funcionan las medidas, los bancos centrales se frenarán; pero, si no funcionan, se tendrá que volver a actuar aunque esto provoque una contratación económica más elevada. Pero no lo sé yo y tampoco lo saben los bancos centrales. Cuando los economistas nos equivocamos, callamos como muertos y, cuando acertamos, explicamos a los cuatro vientos "esto ya lo decía".

O sea, ¿los bancos centrales están haciendo esto de 'prueba y error'?

Exacto. Ya lo hacen ellos. Pero ahora tenemos la ventaja que, como mínimo, no encontraremos en los países del norte diciendo "pero, que hacéis subiendo tan los tipos o subiéndolos tan poco", porque la inflación nos afecta a todos de manera bastante igual. Y esto que afecte en todos los países europeos de manera parecida es positivo.

Josep Soler en una conferencia |Gabriel Cazado | Cornellà Creación

Josep Soler en la conferencia con los empresarios | Gabriel Cazado | Cornellà Creació

En un encuentro con empresarios organizada por Cornellà Creació les ha explicado la financiación alternativa para pymes. ¿Qué es?

Uno de los afectos de la actual situación es que habrán restricciones crediticias. Por lo tanto, por muchas razones, las empresas sufrirán condiciones más duras y tipos más altos. Ante esto, ¿que se puede hacer? Primero, tragártelo. Intentar que las empresas reduzcan costes y aceptar que la financiación será más cara. Segundo, para muchas pymes, desgraciadamente, el crédito bancario es la única fuente de financiación. ¿Esto pasa en todas partes? No. En los Estados Unidos, como es un país más flexible, cuando se cierra un poco el grifo de los bancos se va hacia el otro gran grifo de crédito que es lo que llamamos 'financiación alternativa', que son muchas cosas. La Comisión Europea advirtió hace seis años que no podía ser que la financiación de las pymes sea un 90% bancaria y un 10% alternativa. En los Estados Unidos, más o menos, es 50% y 50%, está equilibrado. La Comisión Europea dijo que era necesario crear las condiciones para incrementar la financiación alternativa y bajar la bancaria. Y no porque el crédito bancario no sea bueno, sino, sencillamente, porque los bancos se ven obligados a veces a cerrar el grifo y es aconsejable tener otro al alcance. Hemos trabajado un poco en este sentido, pero no lo suficiente: no hemos desarrollado el capital riesgo de todo tipo, no hemos desarrollado los créditos operativos -leasing, forfaiting, factoring, ... –, no hemos desarrollado suficientemente los fondos de inversión orientados a financiar a las pymes, no hemos desarrollado como debiera el croudfunding, el crowdlending y todos estas fórmulas. Se va muy lento porque no es tan fácil. Se tiene que cambiar el chip de los ahorradores y de los inversores porque, primero, tienes que encontrar gente privada que quiera invertir en pymes y que asuma el riesgo. Como decía antes, en España hay medio billón de euros en cuentas corrientes que no han rendido en quince años, cuando teníamos tipos cero o negativos, pero es difícil decir a esta gente "no te empobrezcas, no seas pardillo, invierte parte de tu ahorro en economía real, en las grandes empresas y también en las pymes". Y esto es hace poco.

¿Cómo se articularía?

Hay gente que le gusta invertir en el Ibex35, pues que inviertan también en fondos destinados a pequeñas y medianas empresas. ¿Que no hay muchos? No, no hay muchos porque no hay mucha demanda. Mientras no cambiamos esta cultura financiera del riesgo y no dediquemos parte del ahorro a estas vías es difícil que haya suficientes fondos que inviertan en pymes. Desgraciadamente, esta es la situación y, por eso, las pymes deben ir demasiado a menudo al único grifo que conocen que es el de la banca.

"Las empresas se tienen que empezar a preparar para cuando los bancos les digan: perdone, no le renuevo la póliza"

No estamos en los Estados Unidos...

Tampoco en el Reino Unido, somos la Europa continental que, en general, está muy bancarizada. Tampoco los bancos hacen mucho para cambiarlo porque ya les va bien. Pero, aunque no se han desarrollado suficientemente, tenemos vías de financiación alternativa: las empresas se tienen que empezar a preparar para cuando los bancos les digan, "perdone, no le renuevo la póliza", y esto acabará pasando. Será por poco tiempo porque está vinculado a la coyuntura.

Cuando empezará a pasar?

De hecho, ya ha empezado. Hay estadísticas del Banco de España sobre concesión de créditos que ya muestran que el segundo trimestre y, seguro, que también se cumplirá en el tercero de este año, los tipos y las condiciones ya han endurecido. Por lo tanto, ya está pasando, despacio, pero irá a más y se parará cuando la actividad económica recupere la estabilidad. No sabemos cuándo.