La visibilidad es una palanca para lograr la igualdad. La carencia de referentes femeninos mengua las ambiciones profesionales de las más jóvenes. No todas están dispuestas a ser la primera o la única en conseguir una posición en concreto, como Àngels Chacón, primera mujer en ocupar el cargo de consellera de Empresa i Coneixement (2018) o Ada Hegerberg, delantera del Olympique de Lyon, que el mismo año recibió el primer Balón de Oro Femenino, premio que actualmente ostenta la catalana Alèxia Putellas. Por lo tanto, que las mujeres ocupen solo un 20% de los cargos directivos está estrechamente ligado a su visibilidad en la empresa, en la política, en los medios de comunicación y también en las redes sociales. Y por este motivo, la consultora LLYC ha hecho un estudio con técnicas de natural language processing para analizar 11,5 millones de mensajes en Twitter con el objetivo de analizar la conversación digital que se genera respecto a las mujeres. ¿La principal conclusión? La distancia entre mujeres y hombres es profunda, ellas están claramente infrarrepresentadas, también en la conversación digital.
Según el informe de LLYC, solo uno de cada cuatro mensajes en Twitter hace referencia o habla sobre una mujer. Y eso que la muestra que han utilizado no es del todo representativa de la realidad: han forzado la paridad de referentes. Los 11,5 millones de tuits pertenecen a 720 personas destacadas del mundo de la política, la economía y el periodismo provenientes de 12 países diferentes: son 360 hombres y 360 mujeres. Pero "a pesar de que la muestra es paritaria, la conversación no lo es", indica Luisa García, socia y CEO de LLYC en Europa, en la presentación del informe de la consultora -Mujeres líderes en el umbral de la visibilidad- en la sede del Cercle d'Economia en Barcelona. Lo hace precediendo una mesa redonda que tiene una estructura poco común: la protagonizan cuatro mujeres y un único hombre, Víctor Costa, director de VIA Empresa. Ellas son Àngels Chacón, exconsellera de Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya; Eva Blanco, manager de Asuntos Públicos en HP y en Lean In, comunidad global de liderazgo femenino que ha colaborado con el informe de LLYC; Mar Galtés, escritora y periodista especializada en economía que ha trabajado casi 30 años en La Vanguardia y que ahora lidera el corporate developement de Tech Barcelona; y Maria Cura, socia y directora general de LLYC Barcelona, quien modera la mesa redonda.
La estructura de la mesa, de hecho, se refleja también en el público. Los hombres representan, como mucho, el 10% de los asistentes. "Hombres valientes", los define Chacón, que son "bienvenidos" al debate para lograr la igualdad, pero que representan una realidad: la igualdad y los derechos de las mujeres continúan siendo promovidos principalmente por mujeres. Según el informe de LLYC, ellas hablan de igualdad y feminismo el doble que ellos. Se preguntan: el feminismo y la igualdad, ¿son cosa de mujeres?
Radiografía de la conversación: la mujer empresaria es la más escondida
En la radiografía presentada por LLYC, la situación varía dependiendo del país. Portugal, Estados Unidos y Ecuador se llevan la peor parte: la mujer sólo protagoniza el 17%, 18% y 19,5% de las conversaciones, respectivamente. Pero hay una desigualdad presente en todos los países: la mujer peor parada es la empresaria. Solo uno de cada 100 mensajes hace referencia a mujeres en el mundo empresarial. "Si no están en la empresa, tampoco estarán en Twitter", apunta Blanco, quien añade, además, que "quizás Twitter no es el espacio natural de las empresas. Aunque, en ciertos cargos directivos, sí que es importante estar".
El periodismo, en cambio, se consolida como el espacio con mayor visibilidad femenina. El 47% de las conversaciones sobre medios y periodismo están protagonizadas por mujeres. En el caso de las políticas, representan el 29%, y consiguen paridad en Argentina, Chile y Panamá.
García: "Las mujeres que han asumido el liderazgo de una compañía familiar están mucho más vinculadas a sus relaciones -hija de, mujer de- que los hombres"
El informe de LLYC también identifica que a las mujeres se las asocia tres veces más con sus relaciones familiares que a los hombres. "Las mujeres que han asumido el liderazgo de una compañía familiar están mucho más vinculadas a sus relaciones -hija de, mujer de- que los hombres", explica García.
En general, ellos reciben mensajes más negativos, pero de ellas se habla mucho del físico y también de una manera más infantilizada. Se hace un uso del lenguaje que, en teoría es cariñoso, pero en el ámbito profesional representa un desprecio. Y esto pasa en todas las esferas. Chacón admite que a ella, como consellera, le habían dicho "niña" o "chica" en conversaciones teóricamente profesionales.
García ha querido remarcar un hecho constatado también en el informe: el sesgo del doble castigo. "Un sesgo inconsciente con el cual la mujer nunca gana. Todo es criticable". Si es autoritaria, se la critica por mandona, pero si él lo es, se le califica de líder. En el caso contrario, la mujer que es empática, se dice que es blanda. En esta línea, Costa ha parafraseado la campaña de Netmentora y ha remarcado "la importancia de conocer los sesgos inconscientes y convertirlos en conscientes". "Es el camino para conseguir la igualdad", ha asegurado. También ha animado "a resignificar el concepto de ciertas palabras en nuestro relato, que la ambición no sea cosa de hombres, sino de personas".
Los palos en la rueda
Uno de los motivos que apunta García de esta infrarrepresentación es "el impacto de sentirse la única: cuando alguien se siente minoría en un espacio, en vez de hacerse notar más, tiende a reprimirse, puesto que está más expuesto y, por lo tanto, es más vulnerable ante el error". Ante esta exposición, hay muchas mujeres que prefieren no cruzar el umbral.
García: "Cuando alguien se siente minoría en un espacio, en vez de hacerse notar más, tiende a reprimirse, puesto que está más expuesto"
La tiranía de la imagen supone otro obstáculo en la carrera profesional de la mujer. Este concepto se denomina también style gap y hace referencia a la dedicación de tiempo y de dinero de las mujeres a su apariencia y el impacto que esto tiene en su carrera profesional, vida personal y finanzas. García lo ejemplifica con los gastos económicos y el tiempo que implica el hecho "de ir a la peluquería cada vez que hago una entrevista o participo en una mesa redonda". Si no se tiene el dinero, se acaban reduciendo las entrevistas y, por lo tanto, menguando el desarrollo profesional.
"Ponemos el foco en este tema más de lo que lo tendríamos que hacer", apunta García. Cuántas veces una mujer acaba de dar un discurso o conseguido un hito destacado, y el comentario que recibe de sus compañeras o en las redes hace referencia a un aspecto estético, como "qué bonita la chaqueta que llevas". El mensaje no es negativo, pero es un desprecio sutil a su reciente actuación y, sobre todo, "continúa incrementando el style gap".
Galtés: "Las que lo han conseguido tenían a alguien en casa con quien compartían la corresponsabilidad"
En las segundas y terceras posiciones de las empresas
Galtés constata la invisibilidad de la mujer empresaria. Lleva décadas buscando las historias que hay detrás de las empresas y los emprendedores, y reconoce que es difícil explicar estas historias de manera paritaria, a pesar de que se lo proponga. "Cuesta mucho encontrarlas y, además, muchas veces están en segundas y terceras posiciones", justifica. Ella, que ha podido conocer muchas carreras profesionales femeninas, asegura que "las que lo han conseguido tenían a alguien en casa con quien compartían la corresponsabilidad. El equilibrio es clave para conseguir este liderazgo y esta visibilidad".
En la política, presencia no es poder
Cuando Chacón se estrenó en el cargo de primera consellera de Empresa i Coneixement, en las paredes de la Conselleria solo había fotografías de hombres. "¿Y a quién tengo yo como referente?", se preguntaba. Ella, que en muchas reuniones y actos fue la única mujer, recomienda "no acomplejarse".
Chacón: "Con las cuotas hemos ganado presencia, pero no poder"
Viendo que la esfera política no es la peor parada del informe, Chacón apunta un posible espejismo: "en España hay más ministras que ministros. Con las cuotas hemos ganado presencia, pero no poder". "A pesar de tener toda esta representación en cargos, ¿quiénes lideran realmente los partidos? Los hombres". De hecho, denuncia que hay ministerios de hombres y ministerios de mujeres. "A ellas siempre se les atribuye carteras como educación, sanidad...".
¿Qué podemos hacer?
Del análisis, LLYC pasa a la acción, y en una lista de seis recomendaciones, repasa las principales líneas de actuación que ayudarán a acortar el periodo que el Foro de Davos estimó para que la sociedad lograra la igualdad de género, 120 años.
Costa: "El liderazgo o es inclusivo y diverso, o no es liderazgo"
- Incrementar la visibilidad. Es urgente incrementar la visibilidad de las líderes empresarias y, especialmente, las del mundo empresarial. "Estoy convencida de que cuantas más mujeres visibles haya, más mujeres llegarán a cargos directivos", apunta Blanco. De hecho, Blanco aboga por "demostrar que podemos hacer las cosas de una manera diferente. Ni mejor, ni peor. ¿Qué problema hay en mostrar los sentimientos? Ojalá más hombres mostraran sus sentimientos".
- La visibilidad es una tarea de todos. Para reducir la diferencia de visibilidad, no es suficiente con que las mujeres empresarias tomen un rol más activo en su autopromoción. Tienen mucho que hacer los organizadores de debates y mesas redondas a la hora de escoger ponentes o, también, los medios de comunicación a la hora de buscar fuentes.
- Cuanta más presencia femenina en la conversación, más rápido se corrigen los sesgos de percepción.
- La moderación en las redes es fundamental. En la radiografía de la conversación digital aparece también la violencia, "que no tendría que estar permitida por nadie ni contra nadie"; apunta el informe de LLYC, que señala, de hecho, que los hombres reciben más mensajes negativos en las redes.
- Evitar la cosificación y la infantilización hacia las mujeres. Cura admite que, con toda la buena intención, ella misma habría comentado la chaqueta de alguna de sus compañeras. Se siente identificada, y buena parte de la mesa asiente. Pero se trata de decir algo más, "reflexionar sobre el lenguaje que utilizamos y qué podemos aportar".
- La agenda de la igualdad la tendrían que defender también los hombres. La igualdad es cosa de todos. Costa recuerda una cita que le dijo la psicóloga y consultora Mar Gaya en una entrevista en el 2018: "No hay democracia sin feminismo”. "Tampoco hay liderazgo sin feminismo", añade. "El liderazgo o es inclusivo y diverso, o no es liderazgo."