María Fernández fundó Coaching & Media para cumplir uno de los sueños de su vida: ayudar los otros. Ahora lo trabaja todo, desde el ámbito personal hasta el ejecutivo, motivacional, social o por equipos. Su abanico de clientes es tan amplio como un personaje público o un alto cargo del Ibex 35. Por confidencialidad, prefiere no dar nombres. Sólo consejos motivacionales: "Cuanto más agradecemos más recibimos", "el fracaso es sólo un peldaño del aprendizaje" "el compromiso hace que seguimos luchando por nuestro objetivo". Apenas acaba de publicar El pequeño libro que hará grande tú vida(Alienta Editorial, 2018). Un título ambicioso que quiere estar a la altura de las metáforas que lo hacen diferente: "Necesitamos superarnos para descubrirnos".
Cómo puede un libro pequeño hacer grande una persona?
Se asemeja mucho a un proceso de coaching. No quiero hacer un spoiler pero el secreto mejor guardado es el descubrimiento que un mismo hace a través de la superación. Los límites son sólo una ilusión que tenemos dentro de nuestra cabeza. En muchos libros te quedas con la ilusión de un futuro próximo que no acaba de aterrizar a tu vida diaria. Aquí el más importante es el espacio en blanco que tiene que llenar el lector. Las metáforas son clave porque van directas al hemisferio derecho que es el emocional. Quizás olvidas la explicación pero nunca el contenido. Si eres incapaz de perdonar alguien que te ha hecho daño, no me sirve de nada explicarte que a quien más mal hace es a tú. En cambio, lo entenderás a la primera si te digo que es el menhir de Obèlix y te sentirás más libre si lo dejas caer.
Agradecer, perdonar y estimar.
Son palabras que unen y las tenemos que utilizar más. Hacen que nos sentimos coherentes con nosotros mismos y con nuestras emociones. Uno de los arrepentimientos más frecuentes antes de morir es no haber dicho bastante te estimo. A nuestra cultura se han escondido los sentimientos pero esto está empezando a cambiar. Es importante perdonar pero también pedir perdón. Las gracias nunca sobran ya sea por correo, para comprar el pan o por salud. Cuanto más agradecemos más recibimos a nuestra vida. Antes de ir a dormir, propongo que te pongas las manos al corazón y des las gracias por tres cosas por las cuales sentirse afortunado. Cuando la gratitud invade tu cuerpo no deja queentren emociones negativas. Químicamente es imposible.
"Hay gente que tiene miedo al fracaso y hay quién tiene miedo al éxito"
Tenemos miedo al fracaso? Y al éxito?
Aprendemos más de las experiencias negativas que de las positivas. Hay gente que tiene miedo al fracaso y hay quién tiene miedo al éxito. El miedo al éxito es el miedo a la velocidad, la incertidumbre y el vértigo. Quiere decir no saber controlar la situación y tener miedo que derive en fracaso. Pero, no eres tan importando cómo porque tu fracaso sea tan significativo. Tenemos que sacar la mejor versión de nosotros mismos, tenemos que tocar el tierra, ensuciarnos y limpiarnos las heridas. De hecho, es mejor cambiar de palabra y decirle error en vez de fracaso. El tesoro no es ganar la batalla sino descubrir quién somos.
A Mear valoran positivamente el fracaso a la hora de contratar alguien.
En Estados Unidos fracasar es como una carrera. A Mear aceptan el fracaso y lo incorporan porque se busca gente que tenga resiliencia, adaptación y tolerancia. No lo ven como un fracaso sino como un peldaño del aprendizaje. Aquí empezamos a entender la teoría pero todavía no lo aplicamos en el día a día. Es interesante mirar cómo son los Estados Unidos para saber cómo será nuestra vida profesional.
El coaching nos acompañará en este cambio.
Entre el coach y el cliente hay una relación de confianza para lograr un objetivo concreto. Se hacen preguntas y se acompaña en un entorno seguro y sin ningún tipo de juicio. Es igual que sea encontrar pareja, perder pes, crear tu propio negocio, comunicar de forma efectiva o adquirir nuevas habilidades sociales o directivas.
Qué cambia de un personaje público a uno de anónimo?
Nada porque trabajas con la esencia de la persona. El personaje público se mueve en un llimb entre aquello que haría como persona y aquello que los otros esperan que haga como personaje. Procuro entrar en el mundo interior de cada cual, me es igual si es un personaje público, un directivo del Ibex 35 o un niño de África. Todo el mundo tiene miedos y anhelos.
"Ahora la plaza del pueblo es internet, el crucifijo y la hoguera son Twitter"
No todos los miedos ni todos los deseos son iguales.
Entre los directivos se acostumbra a tratar la confianza a la hora de hablar en público, la forma de comunicar, el liderazgo cuando hay una promoción... En cambio, entre los personajes públicos es más frecuente la inseguridad. Puede parecer que lo tienen todo pero el reconocimiento o el éxito no son sinónimos de felicidad. Cada cual tiene su propia receta. Un ejemplo: hay artistas que se sienten más seguro cuando se suben a un escenario que cuando van por la calle. Ahora el precio de la fama es mucho más alto que antes de internet porque tienen más vulnerabilidad por la sobreexposición a las redes sociales.
Al libro escribes "Keep calm and be tolerante in Social Media"
Se tendría que empatitzar más con los personajes públicos. Hay un grado de intolerancia a la sociedad y unos juicios constantes que no son necesarios. No eres más inteligente para tener una opinión. Soy amante de las críticas constructivas pero creo que hay que darlas en privado. Nos estamos asemejando mucho a la nueva Inquisición. Ahora la plaza del pueblo es internet, el crucifijo y la hoguera son Twitter. El juicio se enmascara detrás la bandera de los llamados justicieros y no nos damos cuenta que el castigo a menudo es superior al pecado. Tendríamos que ser mucho más tolerantes, del mismo modo que no insultamos por la calle tampoco lo tendríamos que hacer por las redes sociales. De hecho, si cada cual se preocupara de su crecimiento personal, nohabría ninguna necesidad de preocuparse por los otros.
Un último pequeño gran consejo: Como saber qué queremos?
A mis charlas hago siempre un ejercicio de visualización. Pongo música, pido que todo el mundo cierre los ojos y que cada cual conecte con su esencia y se imagine qué quiere decir tener una vida grande. De acuerdo con sus sueños y valores, tienen que definir un objetivo genuino, positivo, concreto y con plazos. Incluso un niño de 5 años lo tendría que poder entender. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos, identificarlo, dedicarnos y escribirlo sobre papel. Nos da miedo concretarlo porque si no lo cumplimos, entonces atentaremos contra nuestra responsabilidad. Hay una relación directa entre el grado de calidad de los hitos y la probabilidad de éxito de conseguirlas.
"Tenemos que ser como el mordisco del pecho hierve"
Fácil de decir, difícil de hacer.
Tenemos que ser como el mordisco del pecho hierve: coger el objetivo y no soltarlo. A menudo buscamos motivación cuando en realidad necesitamos compromiso. La motivación es como una aspirina efervescente, nos da un punto álgido de euforia porque hemos visto una película estimulante o hemos hablado con un amigo pero marcha con la misma facilidad que ha venido. En cambio, el compromiso hace que seguimos luchando por nuestro objetivo. Está bien estar dispuesto a asumir cualquier coste, tener la confianza que lo conseguirás y dirigirnos ninguno donde queremos ir. Esto hará que por la mañana escogemos qué queremos leer, con quien nos queremos relacionar, qué tipo de actividades queremos hacer y qué estilo de vida queremos tener.