Francisco Franco en una nevera, el rey Juan Carlos I y la activista Domitilia practicando sexo con un pastor alemán o Sadam Husein atado en una especie de pecera son algunas de las piezas que se pueden ver en el Museo del Arte Prohibido de Barcelona y que es promovido por el periodista y cofundador de Mediapro Tatxo Benet. Una colección que presenta 42 obras que han sido censuradas, prohibidas o denunciadas por motivos políticos, sociales o religiosos. Y un lema claro: "Hoy en día, prohibir la exposición de una obra de arte es el mayor cumplimiento que se le puede hacer a su autor", según el referente de arte crítico Boris Groys.
De hecho, la historia del arte está llena de casos de censura. La sufrió Miguel Ángel cuando pintaba la Capilla Sixtina, y también Francisco de Goya, del que el Museo del Arte Prohibido exhibe algunos de los grabados de la serie los Caprichos. Entre los artistas que también toparon con las prohibiciones se encuentran Gustav Klimt o Pablo Picasso, presentes también en el Museo del Arte Prohibido.
El Museo del Arte Prohibido de Barcelona presenta 42 obras censuradas, prohibidas o denunciadas por motivos políticos, sociales o religiosos
Desde los promotores destacan que para formar parte de la colección y del museo "una obra debe tener una historia detrás que le haya vinculado a la censura, la prohibición, y haya sido agredida". "Hay obras de gran nivel artístico y otras que no tanto, pero todas ellas tienen una historia detrás muy importante incluso por la historia del arte porque representan aquellas obras que alguien no quería que fueran vistas", argumenta Benet.
El proyecto está dirigido por Rosa Rodrigo con Carles Guerra de director artístico. El Museo del Arte Prohibido se encuentra en la casa Garriga Nogués de Barcelona, obra del arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia. Una casa ocupada parcialmente por un hotel y, hasta hace poco, por las salas de exposición de la Fundación Mapfre y, anteriormente, por la Fundación Godia a raíz de su adquisición por Liliana Godia en 2004.
Groys (crítico de arte): "Hoy en día, prohibir la exposición de una obra de arte es el cumplimiento más grande que se le puede hacer a su autor"
El museo cuenta con un programa expositivo continuado que variará cada doce, quince meses, para poder mostrar las 200 obras de la colección. Otro objetivo, según han contado a VIA Empresa es "conseguir llevar a los jóvenes a las salas", por lo que se dará mucha importancia al programa educativo. Con la intención de que el museo sea de “visita indispensable” para residentes y para visitantes de la ciudad condal, las entradas están a precios de “franja media baja”, a doce euros si se compran online, pero, además, las hay reducidas a 9 euros y otras son gratuitas para menores de 13 años.
Las cinco obras más representativas (e impactantes)
Entre las obras más llamativas destaca Not dressed for conquering, de Inés Doujak que muestra al rey emérito siendo sodomizado, una obra con una exposición en el MACBA que provocó, en su día, el cese del director del museo barcelonés. También se puede encontrar a Always Franco, de Eugenio Merino, expuesta en ARCO en el 2012, y que llevó a su autor a los banquillos judiciales por un delito, desestimado, de ofensas al honor del dictador fallecido. Una obra que hace reflexionar al espectador sobre el significado de introducir a un dictador en una insignificante nevera de Coca-cola.
Shark, del artista checheno David Cerný, que muestra al dictador de Irak, Sadam Husein, colgado y flotante en una pecera. La obra fue censurada en varios países europeos después de la polémica de las caricaturas de Mahoma de la revista francesa Carlie Hebdo. También destaca MC Jesus, una obra que muestra a un Ronald McDonald (la mascota de la cadena de hamburgueserías) crucificado en una cruz cristiana, tiene un mensaje que vincula religión y consumismo. La obra, de Jani Leinonen, siempre ha provocado polémica y fue retirada de un museo de Haifa, en Israel, por las quejas que levantó.
Francisco Franco en una nevera, el rey Joan Carles Y y la activista Domitilia practicando sexo con un pastor alemán son las obras más mediáticas
Silencio rojo y azul, de la francoargelina Zoulikha Bouabdellah, expone una treintena de alfombras para hacer una oración musulmana, con 30 pares de zapatos de tacón de mujer. La obra quiere denunciar al machismo en el mundo musulmán, y fue retirada, también, de un museo de Clichy tras el atentado contra el semanario de Charlie Hebdo.
La figura de Tatxo Benet y la polémica reciente de Mediapro
El periodista y empresario Tatxo Benet (Lleida, 1957) empezó a iniciar esta colección, única en el mundo, con la obra Presos políticos en la España contemporánea de Santiago Sierra, que pagó 80.000 euros. La obra fue retirada de ARCO en 2018, y actualmente se encuentra cedida al Museu de Lleida, donde se encuentra expuesta. Desde entonces, Tatxo Benet ha continuado ampliando la colección y la ha consolidado para hacerla accesible a los visitantes. Socio fundador del grupo audiovisual Mediapro, Benet también es impulsor de diversos proyectos culturales como la librería Ona, de Pau Claris, o el grupo editorial Suma Llibres.
Actualmente, Mediapro factura más de 1.200 millones de euros al año, cuenta con unos 7.000 trabajadores y dispone de oficinas propias en 36 ciudades del mundo. La empresa, especializada en producción y gestión de derechos de televisión, tiene contratos vigentes de exclusividad con la Liga española de fútbol, la Europa League, y produce 13 ligas de fútbol en diferentes países de Europa, África y Sur América además de la Liga de Canadá y de gestionar los derechos internacionales de la liga china.
La empresa es líder europeo del sector y lleva dos años cediendo al primer grupo de capital privado chino Oriente Hontai Capital hasta el 80% de su accionariado. Sin embargo, la compañía catalana ha ocupado todas las portadas de los medios de comunicación estos últimos días. Jaume Roures -que también es socio gestor- ha dejado de ser socio después de 30 años. Así lo aprobó el consejo de administración del grupo el 27 de octubre de 2023 a petición de su socio mayoritario. Tatxo Benet ha lamentado que el "vacío" que deja Roures es "inmenso", y desde un punto de vista personal afirma que añorará "mucho estas décadas maravillosas de trabajo conjunto, codo con codo".
A Benet, según apunta Toni Rodríguez en VIA Empresa, se le calcula una fortuna personal inconcreta pero nada despreciable, que, entre otras cosas, invierte entusiastamente en sus actividades de mecenazgo cultural. Y parece que el Museo del Arte Prohibido le aportará grandes alegrías porque pronostica la asistencia de 200.000 espectadores anuales fruto del boca a boca y las buenas críticas que ha recibido. Y un ejemplo más de cómo combatir el nervio de la censura de forma radical en el corazón de Barcelona.