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Flash Flash, dos millones de tortillas después

La mítica tortillería fundada por el fotógrafo Leopoldo Pomés en el Sant Gervasi de los años 70 celebra medio siglo de vida y clientela fiel

El logo del restaurante Flash Flash. | Cecilia Diaz Betz
El logo del restaurante Flash Flash. | Cecilia Diaz Betz
Lourdes López | VIA Empresa
Periodista experta en gastronomía
Barcelona
16 de Agosto de 2020

El Flash Flash unió a la familia Pomés y a la familia Milà en un negocio moderno avanzado a su tiempo. Era 1970 y en España se vivía una dictadura. Cumplir 50 años es todo un hito y, en restauración, una infrecuencia. El empresario y visionario Leopoldo Pomés abrió el Flash Flash el julio de 1970 con su amigo, el arquitecto Alfonso Milà, en un local un poco feo de la calle Granada del Penedès.

 

Enseguida, el negocio fue una cuestión familiar: sus respectivas mujeres, Karen Leitz y Cecilia Santo Domingo se implicaron. Leitz es una de las pocas representantes de aquel momento. Su imagen en blanco y negro, cámara en mano y diferentes poses de reportera, recorre las paredes del restaurante. Ella fue (una vez más) la modelo de su marido y celebrado fotógrafo de vanguardia, el artista detrás de la cámara que la inmortalizaría. La ex modelo recordaba las vicisitudes de aquel shooting esta semana en una rueda de prensa con motivo del 50 años de vida del Flash Flash. Un tiempo que ha pasado rápido en qué España ha cambiado mucho y el Flash Flash (por suerte) muy poco.

Leopoldo Pomes y Alfonso Mila Flash, 1995

Leopoldo Pomés y Alfonso Mila Flash en 1995

"Buscaba el lado con menos humo —recuerda Leitz de aquellos tiempos—, era un lugar muy moderno, parecía como un hospital. Ahora nos va muy bien esta imagen tan pulcra porque es se limpia fácilmente", ríe. "El blanco puede parecer frío, pero el calor de la gente lo acababa escondiendo", matiza un de sus hijos, Iván Pomés, arquitecto y encargado de la pequeña limpieza de cara del establecimiento que se ha hecho aprovechado la parada por la covid-19. "Ha sido muy sutil porque todo el mobiliario está hecho a medida y a mano, antes no había tiendas para elegir el interiorismo que querías, así que las sillas, por ejemplo, que hemos pulido han recuperado la ligereza de inicio (cada capa pesa 400 gramos). Tienen 50 años y habitualmente duran 8. También hemos podido cambiar el tapizado de los asientos y atrevernos con el delivery", resume. Él fue el encargado, junto con la presentadora Mercedes Milá, sobrina de Correa, de repasar algunos de los recuerdos vividos en este restaurante que han impregnado las dos familias.

 

Porque el Flash Flash siempre ha sido un negocio muy familiar. El local se puso enseguida de moda entre la gente intelectual de Barcelona que había viajado y visto mundo y le pedían algo más a un restaurante. Fue el primer local healthy de la ciudad y el primero en elevar las hamburguesas a la categoría de plato gourmet. "Están inspiradas en las que hacían al J.P. Clarke's de Nueva York. Viajé hasta allí con Cecilia para averiguar la receta. Ella, que era muy curiosa se metió hasta la cocina y no sabemos todavía cómo, consiguió que el cocinero le explicara los secretos. De vuelta, el Flash era un local especial, único. Donde te sentías como en casa. Dónde querías estar todo el tiempo".

Pomés: "El blanco puede parecer frío, pero el calor de la gente lo acababa escondiendo"

Los dos maitres fundamentales encargados de guardar la discreción entre el personal y los clientes, testigos de todos estos años, han sido Soria y Lorquin. Ellos daban la orden de que no se molestara a la clientela, fuera quién fuera, de Gabo a Vargas Llosa o a "Rubinstein a quien le gustaba venir a comerse una tortilla con chorizo después de cada concierto en Barcelona, revela Leitz.

Su hijo Ivan explica aquel éxito en números: "Por aquí han pasado 570 empleados y caben 100 personas. De forma que aquí comen unas 100.000 personas al año, esto son dos servicios, hacemos una media de 270 personas diarias. Sólo cierran un día al año. Yo creo que haciendo números redondos, estamos a 20 años de haber alimentado a toda Calalunya. Javier matiza los datos: "Yo creo que al año vendemos unas 37.000 tortillas".

Truita de trufa flashflash ©Lekuonastudio

Tortilla de trufa Flash Flash ©Lekuonastudio

Donde si hay quórum es en lo que más sale de la cocina: "Por goleada, la panadera es la que más se vende (lleva tomate, queso y pan frito), la de trufa y queso, y, completando el podio, la de alcachofas en temporada. Si la vendiéramos todo el año esta sería la mes vendida". El cocinero, Jordi Miranda, que lleva ya 30 años trabajando en el restaurante asiente con la mirada.

Cincuentenario con fiesta, diario y libro

Habían pensado una gran fiesta, un diario conmemorativo (número 2 del diario El Mirador como un ejemplar de La Vanguardia) y un libro, pero la covid ha impuesto hacer una cosa mas adaptada a nuestro tiempo. Han hecho un diario digital liderato por Xavier Mas de Xaxàs con artículos y vídeos de celebración a cargo de Poldo Pomés y que incluirán una ruta de las mejores tortillas de Barcelona (en restaurantes y en casas particulares), conversaciones y entrevistas. Entre ellas, una a Federico Correa, que a los 96 años todavía tendrá seguro recuerdos para explicar.

Flash Flash

Calle de la Granada del Penedès, 25 (Barcelona)

Tel.:932 37 09 90

Precio Medio: 25-30€