Coincidimos, como estudiantes, a la Facultad de Derecho de Barcelona donde manteníamos largas charlas en un tono distendido, cordial, y a la vez vehemente y entusiasta. Francesc Granell, 69 años, era ya un optimista razonable y responsable, como lo es ahora. Catedrático de Organización Económica Internacional en la Universitat de Barcelona, con una larga experiencia en cargos de alta gestión a la Generalitat, y sobre todo en organismos europeos y de las Naciones Unidas, Granell ve la realidad con los ojos claros de la crítica constructiva.
Me dio una primero receta mientras comíamos: "No tenemos que ser derrotistas, pero tampoco ciegamente optimistas". Le duele que la burguesía catalana haya renunciado en general a la tradición de liderazgo que en el conjunto de España había ejercido desde el siglo XIX hasta muy entrado el XX. Repasa los grandes nombres de industriales y de grandes empresas que se disiparon mucho antes de la crisis que ahora invocan muchos para justificar fracasos o desidias.
Lo escucho con atención como haya siempre, y tomo notas de algunos retos que nos hay que vencer. Uno de ellos, el conformismo en los datos que magnifican el éxito de las exportaciones. "La exportación catalana es muy dependiente de las multinacionales radicadas aquí" –dice.
Remarca también las dificultades para superar el callejón sin salida del sistema financiero y sus consecuencias en la economía práctica: "Es difícil reabsorbir el acceso de crédito a que nos tiraron ciegamente en tiempos de la burbuja inmobiliaria" –comenta.
Como optimista sensato, no lo ve todo negro, pero. Es de una buena cosecha intelectual, la de los nacidos al 44, como Daniel Giralt-Miracle, a quién felicité por su aniversario justo antes de entrar al restaurante donde habíamos quedado con Granell. Son de una promoción, crecida en años difíciles, que aprecia la vertiente positiva de la historia de nuestros días. Francesc Granell remarca que "hemos sido los más rápidos de Europa en la construcción del estado del bienestar". Está convencido que es un estado de bienestar aceptable todo y los recortes. "Hay quejas por las listas de espera –añade-, pero no están demasiado lejos los tiempos en que nohabía los servicios que tenemos ahora".
Es de los profesores universitarios que no piensa en la jubilación a pesar de rozar los 70 años. En el marco de sus trabajos en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, donde ingresó el 1995, prepara un libro sobre Andorra y sus perspectivas futuras. Experto en salud económica internacional diagnostica como un médico: en Andorra le conviene cambiar la dieta de paraíso fiscal por una dieta de baja fiscalidad; algo más de valor añadido en ofertas especializadas le iría bien en Andorra.
En la Universidad andorranadirige tesis. Es un buen conocedor, por lo tanto, de los estados pequeños. Reflexiona conmigo sobre las trabas que puede encontrar en Europa y en el mundo una Cataluña soberana. ¿Puede serlo sin un banco central reconocido? Como jugador que es de tenis, Granell sabe que la partida se gana punto a punto, con la perseverancia de los optimistas conversados.
Francesc Granell invierte en optimismo razonable
06
de Septiembre
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2013
Act.
06
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