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Guía por la cena de empresa perfecta

Donde hacerlo, cuando y qué actividades hacer después son algunas de las cuestiones de estas comidas que ayudan a mejorar la comunicación y la marca de las empresas

El comportamiento tiene que ser informal, pero recordando que es trabajo
El comportamiento tiene que ser informal, pero recordando que es trabajo
Aida Corón
12 de Diciembre de 2013
Act. 12 de Diciembre de 2013

La tradicional comida de navidad deja de ser por cortesía del empresario. Según un estudio del portal de reservas de restaurantes eltenedor.es, el 70% de los españoles se pagará su cena de empresa. De hecho, en Barcelona sólo una cuarta parte de las compañías ha decidido hacer esta reunión. Por eso, escoger el donde, el cuando y lo cómo son la clave para aligerar al máximo este gasto sin rechazar a todo el que aporta.

Por qué hacer una comida de navidad?

De entrada, es uno de los momentos idóneos para reunir toda la plantilla. En nuestro día a día, podemos comunicarnos con varios trabajadores otros departamentos y a quienes no podemos poner cara o no hemos saludado nunca. Este es el resultado de una mala comunicación interna, según la consultora organitzacional de Psicoac, Laura Gascón, quien asegura que se puede resolver con un encuentro colectivo.

Además, algunas empresas aprovechan para hacer un balance del año y pensar en los objetivos de futuro. Precisamente esta es la estrategia por la que apuesta la consultora, quien prefiere sustituir la cena por la comida , donde el ambiente es "más distendido y sano, y genera menos compromisos innecesarios". Al final, pero, el tipo de encuentro varía en función del talante de la empresa.

Escoger el lugar y el menú
Hotel, restaurando o càtering a la empresa? "Estos son los lugares que se eligen, dependiendo mucho quién lo organiza y qué es el presupuesto con el cual se cuenta", explica la administradora de la empresa de animación de acontecimientos Charrán Meetings, Carmen Escobar, quienes tiene experiencia reconociendo las preferencias de las compañías que recurren a ellos.

Según Escobar, cuando quien demanda asesoramiento es la empresa, suele llegar con un pedido cerrado. "Tienen ya contratado el espacio y quieren que nosotros animamos con actividades posteriores", comenta. En este caso, eligen un hotel porque tienen la concepción de que los trámites son más ágiles. En cambio, cuando son los empleados quienes organizan el encuentro, se decantan por ambientes más informales en restaurantes.

También existe la posibilidad de contratar un càtering para hacer la comida en la empresa, una alternativa cada vez más tendido porque "creen que sale más barato que salir afuera, cuando en realidad es más costoso". Aquí, la preferencia es hacer una comida en vez de la cena.

A la hora de preparar el menú, manda quién pone el dinero. "Si sehace cargo la empresa, los platos son más especiales y detallistas, más glamurosos. Si lo preparan los trabajadores, la prioridad es comer bien y con consistencia", describe Escobar.

Buscar actividades que fortalezcan la marca
Discoteca, karaoke, caricaturistas, actores que se hacen pasar por camareros o por un nuevo trabajador que aparece de repente un poco perdido... Sea cual sea la opción escogida, todo sirve para dinamizar y evitar los círculos de amigos de siempre. Un primer paso para cohesionar la plantilla y hacerla entender como un todo dentro de la empresa.

A la vez, la decoración y el hecho de no reservar una mesa presidencial son dos elementos que parecen superfluos pero que acontecen esenciales: "Es como una estrategia de marketing interno y que, junto con el hecho de organizarlo todo, ayuda a fortalecer la marca corporativa, puesto que generan cohesión", comenta la experta. No obstante, Escobar reconoce que todo varía según la actitud de la compañía y que en algunas excepciones se intenta mantener las distancias.

Errores habituales en el comportamiento
"La vida personal y la profesional nunca se pueden separar del todo", asegura la consultora organitzacional de Psicoac, "por el que estos encuentros sirven para trasladar el trabajador a un entorno más común". Tenemos el convencimiento de que los problemas diarios no se tienen que mezclar con el trabajo, reprimimos todo y no nos relajamos en ningún instante de la jornada laboral. Las consecuencias, después, son conocidas: "Cuando soltamos toda la tensión, se ven cosas como el encargado con la corbata a la cabeza y bailando". A pesar de no haber un perfil marcado, sí es cierto que además responsabilidad, más represión y menos relación con los compañeros de trabajo.

Una segunda actitud errónea se encuentra al confundir cenar de empresa con fiesta. Tal y cómo revela la asesora de imagen corporativa Andrea Villalonga, "como que está todo pagado, algunos trabajadores aprovechan para perder el control". Villalonga remarca que hay que mantener la imagen y el comportamiento, siguiendo las mismas pautas de vestimenta a pesar de ser un ambiente menos marcado por el protocolo.