Todos estos libros que denominan "de empresa" están demasiado a menudo orientados a los que quieren ser directivos y a los que ya lo son y quieren mantener el poder. Creen que leyendo un libro de estos durante las vacaciones de verano solucionarán todas sus carencias de gestión. Ya sabemos, pero, que la capacidad de autocrítica de los mediocres es inexistente. Similar a la que tienen los políticos. El problema es que estos últimos no tienen un Consejo de Administración que eche a la calle cuando demuestran a las claras sus carencias y limitaciones.
El peligro, en el fondo, son los libros. Y más que los libros -no lo fueran a confundir con un Farenheit 451, de Ray Bradbury-, son los inútiles que creen que estos les resolverán sus limitaciones. ¿No se han fijado ustedes en que después de las vacaciones siempre hay un genio que recomienda a todo el mundo que lo quiera escuchar un libro indispensable para que la empresa funcione mejor? Como es tan corto de entendimiento se lo ha leído y memorizado todo y no ha entendido una pizca. Pero lo quiere aplicar todo, porque si lo ha escrito un Mkinsey o uno de estos es que tiene que ser "palabrita del Niño Jesús".
"Creen que leyendo un libro de estos durante las vacaciones de verano solucionarán todas sus carencias de gestión"
Y ya los tenemos a todos leyendo aquella inutilidad para ver qué se puede aplicar en la empresa. ¡¡Y noooooooo!!
Un libro de estos, si deciden coger uno (yo no se lo aconsejo), como mucho se pueden coger dos consejos, dos frases, sobre temas concretos. Consejos que si pensáramos un poco (hay que dedicar un rato cada día a pensar, no en la vecina del cuarto, o en el "musculitos" del gimnasio, que también), nosotros solos llegaríamos a las mismas conclusiones.
Los decía en uno de los artículos anteriores, si han tenido la paciencia de leerlos, que solo me merece un cierto respeto un tal Tom Peters, que en medio de locuras diversas suelta algunas que son para enmarcar. Es como el Johan Cruyff de la gestión y la innovación empresarial.
Les resumo una parte del libro En busca del Boom. 210 ideas para ascender y sobresalir, editorial Deusto. De las 335 páginas me quedo con dos y media en las cuales habla de la administración del tiempo.
- Concentrarse y rechazar todo el resto: lo más importante es saber "desconectar", más que "conectar". Las minucias, para más tarde.
- Utilizar el día correctamente: uno tiene que conocer su propio metabolismo y saber cuáles son sus horas creativas y productivas.
- Descansar y divertirse. Churchill hacía la siesta cada día, incluso durante la Segunda Guerra Mundial. Desconectar para recargarse.
- Reservar tiempo (planificar) para desviarse del trabajo. Los directivos menos eficaces programan cada minuto del día.
- Ser sincero con un mismo.
Y lo mejor de todo: Una noche en la ópera, el cine o el teatro, puede ser más beneficiosa para resolver un problema humano, que tres horas con el responsable de recursos humanos o que la lectura de un jodido (él dice "maldito") libro sobre capacitación del personal.
¿Lo ven? Cosas sencillas. Hacer la siesta (no más de 30 minutos); divertirse; pensar; centrarse... Elemental.
"Los directivos menos eficaces programan cada minuto del día"
No pierdan más el tiempo con libros de estos, y mucho menos durante las vacaciones. Aprovechen un momento en el trabajo para echarle un ojo. En dos minutos sabrá si tiene que ir a la chimenea, a la papelera o subrayar con boli un párrafo interesante. Nunca en vacaciones.
De todas maneras, si algún libro quieren tener sobre la mesa del trabajo, este es el suyo. Se puede consultar en determinados momentos; especialmente cuando te vienen a dar la tabarra los nuevos gurús de la innovación. Acabarán peor que los mackinseys.
Ahora cambio de tema. Radicalmente.
¿Ustedes han visto Fargo? La película o la serie en sus diferentes temporadas. Si no lo han hecho, la recomiendo. Un par o tres de capítulos al día durante las vacaciones y aprenderán mucho sobre gestión sin tenerse que tragar un libro que pocas veces los aportará nada.
¿Y a que viene esto de Fargo se preguntarán ustedes? Muy sencillo y complicado a la vez.
La serie tiene lugar en un pequeño pueblo de Minnesota llamado Duluth. ¿Continúan sin entender nada?
Muy sencillo: en Duluth nació uno de los genios del siglo XX y XXI, Premio Nobel de Literatura en el 2016. Exacto. Bob Dylan. Pues si quieren leer estas vacaciones, la editorial Malpaso ha sacado de una tacada tres libros suyos: Tarántula (demencia absoluta); Crónicas y Memorias, y las Letras completas.
Así pueden pasar un verano en Duluth (Minnesota) con Fargo y Bob Dylan sin moverse de casa y no tener que aguantar según a quién y a qué. Además con el calor que da la helada de Duluth refresca el ánimo.
Les dejo. A ver qué dirá hoy la que me da la puntilla.
El epílogo de la directora
Me lo podría haber imaginado que haría esto. Que criticaría a diestro y siniestro, y que pocos libros se liberarían de sus dedos viperinos. Pero bien, por lo menos se salvan algunos libros, autores, series y películas. Ahora bien, qué buena es Fargo y qué difícil sería verla ahora en pleno agosto.
Y sé que esta es la sección de Libros de Empresa, pero puesto que el de los Gallagher hace el que le rota con la sección, yo también lo haré con mi respuesta, y no hablaré tampoco de libros, sino de discursos. Y no serán discursos sobre liderazgo y gestión empresarial, "a menudo orientados a los que quieren ser directivos y a los que ya lo son y quieren mantener el poder" -como ha dicho el Gallagher-. A mí me gustan mucho los que van dirigidos a aquellos que todavía lo tienen todo por hacer, los que apenas empiezan la vida profesional, los que tienen la mochila llena de sueños, incertidumbres y resacas, y no han probado todavía la realidad (ni buena ni mala) del mundo laboral: los discursos de los actos de graduación de las universidades americanas. Lo sé, son muy yanquis. Son como ponerte a ver una película estadounidense un domingo por la tarde, pero tienen su qué. Viví una graduación real en la Universidad de Fordham, Nueva York, y cualquier referencia en estas películas sobre estos acontecimientos no está nada alejada de la realidad.
Dicho esto, el primero de los discursos que destaco probablemente ya lo han visto la gran mayoría de lectores de VIA Empresa, pero nunca está de más volverlo a ver. Yo lo hice hace pocos días y las lecciones de vida del fundador de Apple volvieron a resonar dentro de mío. ¿Mi preferida? La reflexión de los puntos, y cómo se conectan cuando miras con perspectiva. Bien, también la pregunta ante el espejo cada mañana: "Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿me gustaría estar haciendo lo que estoy haciendo?". Si la respuesta es negativa durante bastantes días, apunta Steve Jobs, algo se tiene que cambiar.
Otro, espero que menos conocido, a cargo de Sheryl Sandberg, directora ejecutiva de operaciones en Facebook. Adoro la parte en la que les habla de aquel día, el de la graduación: el momento de estar agradecidos, el momento de valorar los esfuerzos, el momento de soñar y de ser ambiciosos, de escoger un camino profesional que tenga un impacto en este mundo. De hecho, su discurso, bien cargado de feminismo, habla especialmente de la ambición, también entendida en clave de género: la brecha de ambición. Y menos vinculado con la ambición, pero sí con la perspectiva y el paso del tiempo, hace una reflexión en la que pienso habitualmente: "La mayor parte de nuestras vidas está llena de días que nosotros ni recordamos". Supongo que esta cita se puede sumar al listado de las que le gustan tanto al mayor de los Gallagher.
Y el último: un discurso de J. K. Rowling a los alumnos de Harvard que habla sobre los beneficios del fracaso. En su historia lo conoció de cerca. Absolutamente nadie se libera del fracaso en su vida. Y, de hecho, si se esfuerza mucho en no fracasar y no se arriesga en nada, probablemente estará fracasando por omisión. El fracaso, como oportunidad. Un clásico, cierto. Pero esta es la filosofía que acompaña el razonamiento de la creadora del mundo de Harry Potter: "Saber que, debido al fracaso, eres más sabio y más fuerte que los contratiempos, significa que podrás contar siempre con tu habilidad para sobrevivir".
Lecciones de vida, ambición y fracasos. Dan para la estructura y trama de una serie, que también podría tener una ubicación fresca. Digamos que pasa en Duluth.