• Afterwork
  • Helena Torras y la generosidad de ser puente

Helena Torras y la generosidad de ser puente

El One Dream Club y la importancia de las relaciones para una de las mujeres inversoras más influyentes en Catalunya

Helena Torras, socia y gerent de PaoCapital y responsable del family o­ffice The Hans(wo)men Group para el sur de Europa | Mireia Comas
Helena Torras, socia y gerent de PaoCapital y responsable del family o­ffice The Hans(wo)men Group para el sur de Europa | Mireia Comas
Barcelona
16 de Noviembre de 2024
Act. 16 de Noviembre de 2024

Helena Torras, nacida en Barcelona en 1975, es la socia gerente de PaoCapital, vehículo de inversión especializado en inversión en startups en fases iniciales, ejerce como responsable del family office austríaco The Hans(wo)men Group para el sur de Europa, es miembro de diferentes consejos de administración y consejos asesores y es una "emprendedora en serie". Es conocida por ser una de las inversoras más influyentes en Catalunya y por haber escrito con un fuerte acento femenino su trayectoria profesional; pero lo que no se divisa a simple vista en su currículum y explica muchos de sus éxitos -y caídas- profesionales es su capacidad, entusiasmo y vocación de ser puente, de conectar personas, ideas, necesidades y, finalmente, proyectos. Y no es una estrategia, es su manera genuina de ser.

Helena Torras es una enamorada de las relaciones y las entiende, primeramente, como un acto de generosidad que, finalmente, le aporta mucho más de lo que esperaba. "No hay nada que me llene más en el mundo que conectar dos personas y que encajen entre ellas", reconoce con un brillo especial en los ojos; y el One Dream Club es un gran ejemplo. Esta es una iniciativa que llevó a cabo en 2012 junto con su querida amiga Anna Gener de juntar un grupo de mujeres exitosas profesionalmente para promover encuentros y sinergias entre ellas. "Fue una especie de cita a ciegas. No se conocían entre ellas", explica.

“Todo empezó con un correo que enviamos a 8 mujeres”. El grupo, que fue consolidándose con encuentros y cenas organizadas cada mes y medio, creció hasta contar con 12 miembros y acabó adoptando el nombre de One Dream Club, un grupo de mujeres que, en muchos casos, han acabado conectando más allá del ámbito profesional, superando el tradicional networking. Y no es de extrañar: sus creadoras entienden las relaciones de esta manera.

Este fue el primero de muchos otros clubes y grupos promovidos por Helena Torras. Constantemente conecta personas cuando detecta necesidades que encajan y perfiles compatibles, poniéndolas en contacto. “Cuando creo el grupo de WhatsApp, busco un título que defina al grupo: tengo uno que se llama Freedom is the new luxury, otro TechQueens, Mujeres inspiradoras...”. No son negocios, “son conexiones”.

Para Torras, no son negocios, "son conexiones"

Helena Torras es, de hecho, una experta en el arte del networking. Reserva de manera fija espacios en su agenda para dedicarlos a las relaciones profesionales: de lunes a jueves, todos los mediodías los destina a encuentros en petit comité, mayoritariamente one-to-one, con personas del ámbito empresarial. Algunas de estas personas las ve mensualmente, otras trimestralmente, y otras anualmente. “Para mí, son relaciones que van más allá de hacer networking”, explica. Busca “conectar, compartir conocimiento, inspiración...” y reconoce que de este networking ha sacado más buenos amigos que negocios.

Y este hábito de los almuerzos, que podría parecer algo trivial, tiene un motivo de peso en su trayectoria. En un momento de crisis profesional en el que quería cambiar de trabajo y de entorno laboral, se dio cuenta de que estaba demasiado limitada, con pocos recursos y contactos. Decidió entonces que nunca más le volvería a ocurrir: incorporó las comidas y cenas empresariales en su agenda y profesionalizó el networking, otorgándole un espacio fijo diario en su calendario, usando las comidas como excusa. Entre los primeros encuentros que recuerda con cariño están los que tuvo con Jaume Baró, el nuevo secretario de Empresa y Competitividad, y con el inversor y emprendedor Ángel García

"Es un sacrificio porque muchas veces renuncias a cenar con tu familia, a dormir más horas o a ciertas cosas, pero te das cuenta de que el sacrificio se compensa cuando ves todo lo que te aporta", reflexiona. De hecho, también bloquea su agenda para la familia, no la deja de lado: “Los viernes y los fines de semana son exclusivos para ellos”. De hecho, también tiene distribuido en su agenda el tiempo para su pareja: al menos, reservan una noche a la semana, un fin de semana al mes y una semana al año para estar juntos sin los niños. Y, al igual que los grupos de WhatsApp, estos momentos también tienen un nombre: Kids Free Rules.

Del Círculo Ecuestre hasta el Tech Barcelona

Es socia del Círculo Ecuestre desde los 15 años, aunque no se puede acceder a las instalaciones hasta ser mayor de edad. Su padre era socio y, a través de él, conoció de cerca las singularidades y los beneficios de formar parte de este club empresarial exclusivo de personas selectas del mundo de los negocios y la sociedad barcelonesa. "Es como mi segunda casa", afirma Torras, mientras repasa su trayectoria en el Círculo: se implicó en la institución poco después de terminar la carrera universitaria, presidió el Comité de Nuevas Iniciativas y ha formado parte de tres juntas. La tercera de ellas es la junta actual, presidida por Enrique Lacalle.

Es de las que entra a un lugar y, si conecta, se implica. Y su predilección por el mundo corporativo, el mundo tecnológico, el feminismo y el emprendimiento se refleja a la perfección en el listado de juntas de las que ha formado parte: Esade Alumni Entrepreneur (2013-2017), Grup Set (2016-2023), Odee Cambra de Comerç de Barcelona (2016- 2019), Associación Empresarial de Publicidad (2021-2022) y el TechBarcelona (2017 hasta la actualidad).

El emprendedor siempre cae, pero se levanta deprisa

Hay quienes ocultan sus caídas, pero Helena Torras las destaca cuando habla de su trayectoria: “Yo no paro de caer, pero cada vez me levanto más rápido”, explica con cierto orgullo, como quien sabe que el fracaso es una de las herramientas más efectivas de aprendizaje; y esto, los emprendedores lo llevan tatuado en la piel. Torras ha sido fundadora —o cofundadora— de varias startups: la aplicación de salud íntima femenina B-wom (2015), la asociación 50a50 (2017) y el grupo de business angelsWERockCapital (2018). La primera de estas la cerró en 2019. “Hoy soy capaz de levantarme en 24 horas. Sé que quedarme en el suelo no me serviría de nada”, afirma.

"Soy capaz de levantarme en 24 horas. Sé que quedarme en el suelo no me serviría de nada”

¿Y cómo lo consigue? Por un lado, porque está entrenada. Pero también, precisamente, gracias a esa red que ha tejido a su alrededor. “No es que me den trabajo o negocio, pero las personas con quienes he generado estos vínculos me dan confianza, seguridad, energía...”

Helena Torras | Mireia Comas
Helena Torras, socia y gerente de PaoCapital y responsable del family o­ffice The Hans(wo)men Group para el sur de Europa | Mireia Comas

Inversora, emprendedora... Y consejera

Antes de ser emprendedora, Helena ya había sido inversora. Bueno, antes de eso trabajó durante más de una década en el mundo corporativo, como auditora financiera en KPMG, consultora de dirección en PR&G Group y directora general en Sardomus. Y fue precisamente desde Sardomus desde donde dio el salto al mundo emprendedor e inversor. La primera startup en la que invirtió fue Abiquo, una empresa emergente de software de gestión en la nube en la que no solo invirtió dinero, sino que, en 2009, en plena crisis económica, decidió dejar su trabajo, incorporarse a la dirección y dedicarse a levantar financiación para la startup tecnológica. De aquella época, en la que lograron recaudar más de 28 millones de dólares, aprendió valiosas lecciones sobre el mundo de los business angels y las rondas de inversión, lecciones que aún la acompañan y que le ayudan a mejorar su porcentaje de aciertos: sobre la reducción de riesgos, la confianza en el equipo, la importancia de estar cerca del emprendedor en las fases iniciales, y sobre la soledad del emprendedor.

Actualmente invierte a través de diferentes vehículos de inversión: principalmente el family office austriaco The Hans(wo)men Group —un fondo que gestiona inversiones en 53 startups y activos por valor de 120 millones de euros— y su propio vehículo, Pao Capital, desde donde canaliza sus inversiones privadas y ya ha invertido en más de 12 startups tecnológicas. Por cierto, The Hans(wo)men Group fue el principal inversor en B-wom, la startup que Helena Torras cerró en 2019. Aunque esa startup no funcionó, la relación se mantuvo, hasta el punto de que ahora ella es la responsable del fondo para el sur de Europa. Recibe innumerables propuestas de startups y emprendedores que llaman a su puerta (y a su agenda), y ella, mujer de contactos, dirige las oportunidades hacia otros interesados si no ve un encaje con sus propios vehículos de inversión.

Su influencia ha sido reconocida con numerosos premios y reconocimientos: está entre las 100 mujeres más influyentes de Europa en el mundo de las startups y el venture capital (Eu-Startups 2022), entre las 100 business angels más influyentes de Europa (Financial Times, 2023), y ha recibido premios como el de Mujer Inversora (Eutop50, 2020) y el de Inversora del Año (I+D, 2021), entre otros. Su lista de galardones es larga, y combina estos reconocimientos con apariciones frecuentes en los medios de comunicación. Además, ha formado parte de Consejos de Administración y Consejos Asesores tanto en Estados Unidos como en España, con más de 10 participaciones en su trayectoria. Actualmente es consejera independiente en Lucta y en Mastertech.

Para Helena Torras, formar parte de un Consejo de Administración es conectar las necesidades actuales de una empresa con su medio y largo plazo; es enlazar sueños y objetivos con posibilidades futuras, trazando un plan para alcanzarlos. Quizá esta visión no dista mucho de la esencia del One Dream Club, el grupo de mujeres que se reunió durante casi seis años y que tenía una bonita costumbre que dio nombre al grupo: al inicio de cada comida o reunión, todas recordaban en voz alta cuál era el sueño de cada una. De esta forma, visibilizando sus sueños y necesidades, era más fácil que las demás los tuvieran en cuenta y ofrecieran ayuda. “¿Necesitas una consejera? ¡Yo conozco a una!”, recuerda Helena Torras. Pues yo también.