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Mi historia COVID-19: la salud también es un negocio

La experiencia del aislamiento y la búsqueda de PCR con un resultado inesperado

Un verano en tiempo de la Covid-19 | iStock
Un verano en tiempo de la Covid-19 | iStock
Barcelona
12 de Septiembre de 2020

Esta es una historia amarga de verano. De principios de agosto. El Barça se preparaba para vivir su particular titánic y yo me disponía a ir a una cena en casa de un buen amigo de infancia que celebraba su cumpleaños. En pequeño comité, entre médicos y amigos de toda la vida. Nos fuímos pronto, felices por habernos reencontrado y haber celebrado la alegría de vivir en tiempo de coronavirus.

Al día siguiente acabé algunas gestiones del diario que todavía tenía pendientes y me dispuse a empezar mis esperadas vacaciones. Ilusionado por los días y semanas que tenía por delante. Me fuí al pueblo donde ya me esperaba toda la familia: padres, hermanos, cuñados y sobrinos. Este año, mi abuela de 95 años se quedaba en Barcelona por salud y precaución.

"He vivido en propia piel como está reaccionando el sistema de salud ante el alud de contagios y la fuerza mayor de esta maldita pandemia"

El esperado anuncio de vacaciones me duró muy poco… Por no decir, prácticamente nada. Al día siguiente de llegar al pueblo, me desperté con una mala noticia. Uno de los médicos con quién había mantenido contacto –por poco que fuera- durante la cena, presentó algunos síntomas leves como malestar general y dolor de cuello, se hizo la PCR en el Hospital de Vall Hebrón y dio positivo.

Todo ello era el inicio de una experiencia que me ha abierto todavía más los ojos de cómo se está gestionando la crisis del coronavirus. He vivido en propia piel como está reaccionando el sistema de salud ante el alud de contagios y la fuerza mayor de esta maldita pandemia. Tengo dudas de que estemos preparados para esta segunda oleada que todos los expertos en salud vaticinan y mucho me temo que con sólo heroicidades sanitarias no tendremos bastante. Esta vez, no.

Falta conciencia social, un plan real de contingencia, protocolos muy definidos y tecnologías al servicio de la salud, entre otros cosas.

Aislado: una llamada inexistente

Cuando se detecta que estás en contacto con un positivo, supuestamente se activan los rastreadores que tienen que contactar con los contactos estrechos de los últimos tres días. Uno de aquellos rastreadores que empezaron siendo 120 y actualmente son ya cerca de un millar de profesionales en Catalunya que se dedican a informar del protocolo y a seguir todas aquellas personas que han estado en contacto con un positivo. Parece que ahora también habrá soldados que harán de rastreadores.

Y digo supuestamente porque el rastreador que me tenía que llamar tanto a mí como al resto de mi grupo, todavía no lo ha hecho. Y ha llovido mucho desde entonces… Una llamada inexistente. Y si no fuera porque mi amigo médico nos avisó de su positivo, yo todavía no sabría que fui contacto estrecho y que quizás podría haber contagiado mi entorno más próximo.

En este caso, el sistema de rastreadores no funcionó tal como se esperaba y parece evidente que sin rastreo de contactos es imposible luchar contra una pandemia que amenaza todo el mundo. Por ejemplo, por remoto que pueda parecer, que la persona que da positivo no avisa a sus contactos… Ya os podéis imaginar qué podría llegar a pasar.

Inicialmente, todo se supedita a una llamada de un rastreador y la recomendación del sistema de prevención es aislarse hasta que se valore el grado de contacto con el positivo. Dicho esto, personalmente, preferí anticiparme a la llamada que tenía la intuición que no llegaría nunca y me aislé en una habitación. Tenía un baño habilitado para mí y mi familia me dejaba la comida en la puerta.

Intentábamos mantener en todo momento la distancia de seguridad, a la espera de una llamada que no ha llegado y ya no llegará nunca. Aislado.

Buscando PCR

Del diario de confinamiento que hace unos meses escribió Josep Maria Ganyet llega ahora esta serie que un servidor no sabe demasiado bien como titular. Este capítulo, pero, se llama Buscando PCR y la historia se aleja mucho de la famosa película Buscando en Nemo o cualquier otro cuento de Disney o Pixar.

Esperando la llamada que no llegaba, llamé en más de una ocasión a la CAP del pueblo y me atendió una persona que estaba de guardia diciéndome que el protocolo era esperar hasta que me llamara el rastreador. Desorientado por toda esta situación, pregunté qué tenía que hacer? Y la única respuesta que recibí es: Esperar. "Tienes que esperar a que te llamen", me insistieron una y otra vez.

Esperar a qué? Me preguntaba yo. Paralelamente, mis amigos médicos y no médicos empezaron a hacer llamadas para hacerse una PCR en Barcelona. Con resultados dispares. A tres médicos les hicieron la prueba en el hospital donde trabajan aquel mismo día. Para entendernos, apenas unas horas después de detectar el positivo y 36 horas después del contacto en grupo. Al cabo de ocho horas obtuvieron los resultados: negativo. No se les dijo que se aislaran y simplemente se les recomendó lavarse a menudo las manos, llevar la mascarilla y estar alerta por si manifestaban algún síntoma. Se les dijo que continuaran trabajando, como siempre.

El resto llamamos al 061 pero la atención de algunos CAPs estaba cerrada al ser fin de semana. Seguimos esperando una llamada del rastreador que no llegaba y después de algunos intentos fallidos, las CAPs nos empezaron a asignar horas para hacernos las PCRs.

Buscando PCR II

Mi caso fue algo más complicado. Me encontraba en el pueblo y la CAP de allí no respondía a mis llamadas. Expliqué mi situación a recepción, me seguían diciendo que me esperara al rastreador y cansado de esperar aquello que intuía que no llegaría nunca, les pedí porfavor que me cogieran los datos y me hicieran la prueba. Así lo hicieron y me dijeron que me llamarían para ponerse en contacto conmigo. Con la mala suerte que se apuntaron mal el último número de mi móvil y esta llamada tampoco llegó…

Volví a insistir y finalmente, me atendió directamente el gestor covid del CAP del pueblo. Le volví a explicar la situación, me cogió los datos al momento y me explicó que durante el mes de agosto estaban gestionando entre 50 y 60 PCRs al día. "Esto no es Barcelona, tienes que tener paciencia", me dijo con un tono cercano.

Aquí, se me planteó un primer debate… A mis amigos médicos se les hizo la prueba al cabo de unas horas del contacto con el positivo pero al resto nos decían que se tenía que esperar entre cinco y siete días para que aumentara la potencial carga viral y así la prueba fuera más fiable.

"La consigna es clara: cuanto más tarde se haga la PCR después del contacto con el positivo, más fiable es el resultado. A algunos se les hizo la prueba al cabo de 24 o 48 horas, a los otros al cabo de cinco, seis o siete días"

Se dice que las PCRs pueden lograr un 90% de precisión en el mejor de los casos. La consigna es clara: cuanto más tarde se haga la prueba, más fiable es el resultado. A algunos se les hizo la prueba al cabo de 24 o 48 horas, otros al cabo de cinco, seis o siete días. Todos dieron negativo, menos un amigo.

A los médicos de mi grupo de amigos no se les recomendó hacer aislamiento y pronto volvieron a trabajar siguiendo en todo momento el protocolo del hospital. Por falta de personal sanitario en tiempo de vacaciones? Desconozco el motivo, me limito en esta primera parte a describir los hechos que viví.

Incluso, hay una compañera a la que le dijeron que no hacía falta que se hiciera la prueba y podía seguir trabajando con normalidad porque ya había pasado la covid-19 meses antes en pleno punto álgido de la pandemia. Está demostrado que este virus sólo se puede coger una vez y ya no se puede contagiar más? Desconozco esta respuesta, pero ya empiezan a salir a la luz las primeras noticias de todo el mundo que desmienten esta teoría.

El eterno debate: ¿público y/o privado?

Me llamaron del CAP del pueblo para concertar una hora y hacerme así la tan anhelada PCR. Me avisaron que el resultado podría tardar entre 2 y 7 días. La media era de entre 3 y 4 días pero todo dependía del laboratorio.

No podía esperar tanto porque mientras tanto seguía en una casa con toda mi familia donde el aislamiento era posible, pero tenía limitaciones. Así pues, llamé a otros CAPS y ninguno me contestó. Llamadas en espera. También en diferentes centros privados de Girona, Barcelona o Sant Cugat y todos pedían una prescripción de algún médico y un precio que rondaba entre los 120 y los 150 euros por PCR.

La salud también es un negocio, por si alguien todavía lo dudaba. Incluso, desde algunos centros públicos te recomiendan hacerte la prueba en un centro privado. Se tendría que regular el precio de las PCRs o las pruebas serológicas como las mascarillas? Lo fiamos todo al juego de oferta y demanda? Estas son algunas preguntas que me vinieron entonces a la cabeza, las respuestas las dejo de nuevo en vuestras manos.

Finalmente, encontré un centro privado que me hizo la PCR el mismo día que los llamé y sin prescripción de ningún médico. El resultado llegó a la cabeza de 24 horas: NO DETECTABLE. Llamé para preguntar qué quería decir y me especificaron que no habían detectado material genético de la COVID-19 y que por lo tanto, era NEGATIVO. Mi familia respiraba algo más tranquila, y yo también.

Pagué 125 euros, pero recordé aquel dicho privilegiado que la salud no tiene precio. O sí. Un precio caro, siempre que te la puedas permitir. Siempre he creído en la fortaleza de nuestro gran sistema público, pero esta vez no me quedó ninguna otra opción... Así pues, qué hice? Dejarme el presupuesto de unos días de vacaciones por una PCR y la conciencia tranquila de que todo estaba bien. O al menos, esto parecía entonces.

No todas las PCRs son iguales

Al cabo de pocas horas de hacerme la PCR en un laboratorio y de que el resultado fuera negativo, me hice la prueba que tenía asignada en el CAP del pueblo. En la entrada te daban diferentes hojas donde se explicaba: qué es y cómo hacer la PCR? Cuando y cómo sabré los resultados? Qué tengo que hacer hasta que no tenga los resultados? Por qué tengo que llenar el formulario de contactos COVID? Qué tengo que hacer si el resultado de la PCR es negativo? Qué tengo que hacer si el resultado de la PCR es positivo?

Todo muy bien explicado, en la teoría. "La PCR es una prueba que detecta la presencia del virus, en concreto del material genético del COVID-19. Un profesional sanitario te extraerá una muestra de la nariz y de la garganta, con la ayuda de un palillo por cada lugar", aseguran. Sé por experiencia propia y de mucha gente que me rodea y que se ha hecho la prueba que no en todos los casos es así. A veces, el palillo es por cada lugar y otros, el palillo sólo es por uno de los dos agujeros de la nariz o el palillo sólo por la garganta. Cada centro tiene su particular modus operandi.

Y el resultado? "Pueden tardar entre 2 horas y 7 días y te llamaremos para informarte." Con el espacio digital de La Meva Salut se pueden aligerar los plazos. Qué tengo que hacer hasta que no tenga el resultado? "Hasta que no tengas el resultado tienes que estar en aislamiento domiciliario". Por qué tengo que llenar el resultado? "Para identificar y aislar los contactos estrechos de un caso infectado por Covid y así evitar más contagios y la expansión de la infección". Más información: "Un contacto estrecho es la exposición durante más de 15 minutos sin mascarilla y sin mantener la distancia de seguridad de 2 metros". Todavía más: "Los contactos no sabrán la identidad de la persona que ha dado positivo". De nuevo, otro debate sobre la mesa: la confidencialidad y la privacidad de los datos.

Qué tengo que hacer si el resultado de la PCR es negativo? "Tenemos que pensar que los síntomas vienen de otro origen diferente de Covid-19 y por lo tanto, podrás finalizar el aislamiento y volver a tu rutina habitual". La rutina habitual o la nueva rutina? Me pregunté.

Qué tengo que hacer si el resultado de la PCR es positivo? "Hará falta que sigas el aislamiento domiciliario. Un médico/enfermera de atención primaria se pondrá en contacto contigo para hacerte seguimiento telefónico". Y si es una doctora o un enfermero? Pensé, recordando un artículo de la compañera Neus Navarro titulado así La feminización de la presión.

En el cuestionario también se añaden algunas consideraciones con una respuesta binaria sobre el ayer o el anteayer de hacerte la PCR, los últimos 14 días, el contacto con el caso confirmado, las relaciones en el entorno laboral, los trabajos de especial consideración, la situación de vulnerabilidad o la sobreocupación en el domicilio.

Resultado inesperado, baile de protocolos

Al final, no fueron ni 2 horas ni 7 días. Me llamaron del CAP del pueblo al cabo de 8 días y del CAP que lo supervisa, al cabo de 9 días de hacerme la PCR. Resultado? POSITIVO. La PCR por la privada me dio negativo y la PCR por la pública me dio positivo. Cuál era la prueba más fiable? Dicen los expertos en salud que es más fácil que haya un falso negativo que un falso positivo. Pero, a estas alturas de la película, ya no me atrevía a descartar nada.

Confundido y en choque, seguí con mi aislamiento, avisé a toda mi familia que se tenían que hacer la PCR. Al cabo de pocos minutos, todos recibieron la llamada del rastreador del CAP del pueblo. Esta vez, el rastreador se activó en cuestión de segundos.

"¿Cuál era la prueba más fiable? Dicen los expertos en salud que es más fácil que haya un falso negativo que un falso positivo"

Preocupado por mi familia, miré de hablar con diferentes amigos médicos y llamar distintos CAPs que me iban explicando cuál era su protocolo y raramente, el protocolo era el mismo.

Unos seguían la directiva europea, los otros la española y también había los que seguían la catalana. No son todas iguales? Unos recomendaban hacer una nueva PCR, algunos lo descartaban porque "un positivo es un positivo" y otros aconsejaban hacer una prueba serológica. Incluso, había quién decían que no hacía falta hacer ninguna prueba más, tocaba seguir bien el aislamiento, asegurarse que no había contagiado a ninguna otra persona y pasar página.

No sé si he pasado o no el coronavirus, tengo PCRs con resultados dispares y en el peor (o el mejor) de los casos fui totalmente asintomático. Aún así, he mirado de seguir dentro de lo posible la variedad de protocolos establecidos en todo momento y buena prueba de ello es que nadie de mi familia dio positivo. Todos negativos, según los resultados de las PCRs de las CAPs donde se lo hicieron.

Me esperé incluso más días de los que me tocaba para volver a hacer "vida normal" y recomenzar mis vacaciones. Pero esta pandemia no descansa.