Ictus: time is brain

Cómo puedo saber que tengo un ictus y cómo se puede tratar?

Ictus iStock
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neurólogo de Clínica Diagonal y especialista de la Unidad de Ictus de Sant Pau
Barcelona
02 de Noviembre de 2020

FAST es el acrónimo que se utiliza para concienciar a la población sobre los síntomas más frecuentes del ictus. Las letras se refieren a Face (verás que la boca se tuerce), Arms (verás que te cuesta levantar uno de los dos brazos), Speech (observarás que te cuesta pronunciar las palabras) y Time (el tiempo de reacción ante un ictus es ensencial). Si alguna de estas cosas falla, piensa en un Ictus y llama deprisa al 061 o al 112. El objetivo de esta campaña es claro: identificar lo más rápidamente posible los síntomas del ictus para poder alertar a los servicios de emergencia. Porque si bien todo el mundo tiene claro que cuando nos duele en el pecho tenemos que ir a urgencias, no todo el mundo tiene claro cuáles son los síntomas del ictus. Y lo que es peor, no hay suficiente conciencia sobre la importancia de ir FAST (rápido). Es importante conocer el ictus para prevenirlo y para tratarlo rápidamente cuando aparece. ¡Por cada minuto que pasa se pierden cerca de 1,9 millones de neuronas, así que cada minuto cuenta! Time is brain.

 

¿Qué es el ictus?

El ictus es una enfermedad vascular provocada por una alteración transitoria o persistente del flujo sanguíneo en una o varias áreas del cerebro. Si no se restablece rápidamente la circulación en estas áreas se establece un infarto, las neuronas mueren y se pierde su función apareciendo la consecuencia más temida del ictus: las secuelas. Hay dos grandes grupos de ictus: el isquémico, que representa el 85% de los ictus y que se produce cuando un vaso sanguíneo se tapa, y el hemorrágico, que representa el otro 15% y que se produce cuando un vaso sanguíneo se rompe y provoca un hematoma en el cerebro.

Es importante saber que la palabra ictus engloba muchos términos que se han utilizado clásicamente tanto en medicina como en el vocabulario popular. "Ataque", "apoplejía", "Derrame", "Embolia", "AVC"... todos son términos incluidos en la palabra Ictus, la palabra que nos gusta utilizar actualmente.

 

¿Por qué nos preocupa tanto el ictus?

Lejos de ser sólo un problema de salud, el ictus se ha convertido en un reto socioeconómico de primera magnitud. En Cataluña el ictus se ha convertido en la primera causa de muerte en las mujeres y la segunda en los hombres. Más de 13.000 personas ingresan cada año por un ictus. Además, es la primera causa de discapacidad en la edad adulta y la segunda causa de demencia. Y si miramos al mundo, el escenario no es mucho mejor: el ictus es la segunda causa de mortalidad en el mundo y también es la principal causa médica de discapacidad. ¡Una de cada seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida!

¿Cómo puedo saber que tengo un ictus?

El ictus puede tener tantos síntomas como funciones tiene el cerebro. Pero algunos síntomas son más frecuentes que otros y tiene una serie de características que nos permiten sospecharlo, aunque no sepamos nada de medicina:

1) Su inicio es brusco, repentino, ¡aparece de golpe! Por eso es tan habitual que la gente de alrededor se sorprenda, porque hacía un minuto esa persona estaba perfecta como siempre.

2) Es deficitario, ¡algo falla! Lo que ven los testigos es que la persona no puede hablar o moverse con normalidad. Y en este punto volvemos a la campaña FAST, porque a pesar que la diversidad de síntomas puede ser muy grande, hay tres síntomas que son especialmente frecuentes y que los debemos tener grabados en la cabeza: la boca se tuerce, se pierde fuerza en uno de los dos lados del cuerpo y / o altera el habla.

3) Es focal. Según el tipo de síntoma podemos saber dónde está el foco de la lesión. Pero esto ya es un tema más médico que requiere ciertos conocimientos de neuroanatomía.

¿Se puede tratar?

¡En muchos casos sí y de ahí la importancia de conocerlo y detectarlo! Los tratamientos actuales sólo tienen efecto durante las primeras horas de la enfermedad, por eso es tan importante reaccionar de forma rápida. El tipo de tratamiento será diferente según nos encontremos ante un ictus isquémico o un ictus hemorrágico. El tratamiento del ictus isquémico (el más frecuente) es el que más cambios ha experimentado en los últimos años. Hay básicamente dos terapias que se pueden administrar en la fase aguda:

1) La trombólisis: se trata de administrar un medicamento para deshacer el trombo.

2) La trombectomía mecánica: se trata de una intervención reservada para los trombos más grandes. Se introduce un catéter por la arteria femoral del paciente para hacer llegar un stent hasta el trombo y extraerlo.

A pesar de que los dos tratamientos son eficaces no siempre se pueden administrar, ya que presentan algunas contraindicaciones. Además, su eficacia depende del tiempo de evolución. ¡Cada minuto cuenta!

Código ictus: time is brain

Cataluña es pionera en el ámbito europeo en la organización de la atención a los pacientes con ictus. Gran parte del éxito de nuestro modelo radica en la implementación y el desarrollo del Código ictus, un código de emergencia que permite dar una atención inmediata a los pacientes con sospecha de esta enfermedad.

Este modelo asistencial comprende la activación de una red de hospitales comarcales y hospitales de referencia que cubre todo el territorio de Cataluña y garantiza que los pacientes sean evaluados, diagnosticados y tratados en el menor tiempo posible.

Por eso, lo más importante es que ante cualquier sospecha de ictus se avise a los servicios de emergencia.

El mejor tratamiento: ¡la prevención!

El ictus se puede evitar en muchas ocasiones. Por ello, identificar los factores de riesgo de cada persona es clave para abordarlos y así reducir la probabilidad de sufrir un ictus. Aparte de las medicaciones que te recomienden tus médicos de referencia, hay que llevar un estilo de vida saludable. Algunos consejos: sigue una dieta saludable, haz ejercicio físico regularmente, Contrólate la tensión arterial, el colesterol y el azúcar, controla tu peso, deja de fumar, modera el consumo de alcohol y evita el estrés.

En el Día Mundial del Ictus hay que recordar la importancia de conocer y prevenir el ictus y, sobre todo, ¡no bajar la guardia! A pesar de que la pandemia por la Covid-19 ha alterado nuestro día a día, debemos saber que la atención al Ictus sigue y seguirá funcionando pase lo que pase. Ya lo hizo durante la primera ola. Así que no tengamos miedo de consultar. Una vez más: time is brain.