Si el momento de los NFTs ha pasado o si todavía tienen camino por recorrer es un debate presente en los entornostecnológicos. La tokenización parece esencial para entender lo que será la web3, la de la monetización de los contenidos y las actividades, el de la descentralización de la propiedad desde las acciones de grandes compañías hasta un piso en el Bon Pastor. Aún así, los tokens como activosfinancieros, como ítems en el centro de operaciones de compraventa, están en sincera duda. Los assets parecen necesitar un cierto apoyomaterial –actividades sociales u otras propiedades IRL– para fundamentar su valor y necesidad. Con todo, sin embargo, conocer los caminos de los tokens no fungibles, las formas de operar con ellos, las plataformas donde acceder, los canales para intercambiarlos o los foros donde debatirlos; parece imprescindible una vez los nuevos entornos web se establezcan por encima de la red puramente social.
Con este objetivo en mente, el abogado especializado en entretenimiento digital MattFortnow y el emprendedor y experto en growth marketing Qu Harrison Terry ofrecen, bastante literalmente, un Manual de uso de los NFTs: Cómo crear, vender y comprar non fungible tokens, los activos digitales del futuro (Empresa Activa, 2022). Los autores no dan por hecha la utilidad y necesidad de los tokens, y dedican las primeras páginas del volumen a explicar en detalle qué son, por qué funcionan y funcionarán más en el futuro y cómo se genera su valor. Sobre la temporalidad de los tokens, Fortnow y Terry tienen una aproximación sustancialmente diferente de los traders más reputados. En coincidencia con las principales organizaciones descentralizadas, los firmantes defienden que "a pesar de que puede parecer que llegamos tarde al fenómeno, todavía estamos en las primeras horas del funcionamiento de la tecnología". No hay prisa y, de hecho, el tiempo aseará los usos de la web3 como ya lo hizo con las dotcom.
"Los NFTs tienen un futuro brillante, porque están facilitando un puente a las economías digitales que afectará en el futuro a todo el mundo"
La principal virtud del Manual de uso de los NFTs es la paciencia. Ambos autores entienden que el público general –objetivo indudable del volumen, que está lejos de ser una propuesta especializada para eruditos de la web3– todavía no está familiarizado con los usos generales de la plataforma, ni de las herramientas que se relacionan. Especialmente valiosa, pues, es la primera mitad del libro, en que se ofrecen explicaciones detalladas no solo del hecho sino de su utilidad –más allá de los necesarios qués de los NFTs, ofrecen una exploración de los porqués de los NFTs; qué los hace valiosos, qué buscan en ellos quienes los compran y por qué serán de utilidad para el público general–. Una de las mejores decisiones que toman Fortnow y Terry es, en este contexto, la de comparar directamente utilidades ya asumidas de la web2 con sus contrapartes descentralizadas.
Y no lo hace solo en el apartado técnico, sino también en el social y económico. Los autores aciertan a presentar los activos como bienes financieros –volátiles, inseguros, con un elevado techo y un suelo mucho más bajo de lo que se había invertido, talmente cómo lo podrían ser préstamos tradicionales o inversiones variables– a entender con los mismos parámetros, en cuanto a la formación requerida para hacer inversiones cómo en cuanto a su gestión. También dirigen uno de los grandes debates de los activos descentralizados, cómo es el de su impacto ambiental. Como muchos expertos han destacado, por ejemplo, un sistema de pagos descentralizado, si bien genera una gran cantidad de emisiones por las necesidades energéticas de las plataformas, no serían más malignas para el medio ambiente que los grandes servidores centralizados de pago remoto de la banca. Se toman su tiempo, además, en explicar las diferencias entre las diferentes pruebas de propiedad –Proof of Work, Proof of Stake y Proof of Authority, varias formas de demostrar la titularidad de un activo a la blockchain– y cómo estas varían la necesidad energética y, por lo tanto, el impacto medioambiental de los activos digitales. Recuerdan, de hecho, que cuando Ethereum cambie su protocolo a la prueba de participación (PoS), "prácticamente todos los NFTs tendrán un consumo mínimo de energía".
El supermercado de los tokens
Una vez explicados el valor, las posibilidades, los riesgos y los problemas de los non fungible tokens, llega la guía propiamente dicha de la gestión de activos digitales. La segunda parte del libro sí mujer por buenas todas las explicaciones sobre las bondades del formato que Fortnow y Terry ponen sobre la mesa en los primeros capítulos, y pasan a las recomendaciones del conjunto de la cadena de valor de la web3. Una primera repasada de las plataformas –generalistas y especializadas– de compra, venta y coleccionismo de tokens, desde el enorme OpenSea hasta el exitosa NBA Top Shot, con la tokenización de los clásicos cromos deportivos; pasando por espacios de nicho como SuperRare o Myth Market, el libro presenta las principales características de cada mercado, y qué puede esperar el usuario encontrar en cada uno de ellos. El detalle de las explicaciones va hasta el punto de desgranar cómo crear una cuenta de intercambio, cómo concretar la adquisición o el minatge de criptomonedes o cómo estructurar una colección de tokens.
Una vez más, un gran valor del Manual de uso de los NFTs reside en su punto de encuentro entre cuestiones prácticas de minting y compraventa de activos y las explicaciones más técnicas, e, incluso, jurídicas. De los apartados que más llevan a equívoco a la hora de entrar al mundo de los activos digitales a la blockchain, su validez legal es uno de los más sensibles. A pesar de que, cómo lamentan los autores, "todavía no se ha establecido una doctrina legal alrededor de la propiedad de NFTs", uno de los últimos capítulos del libro intenta usar la jurisprudencia sobre activos financieros para establecer una hoja de ruta de actuaciones alrededor de los tokens. Desde su consideración como activos financieros hasta la específica cuestión de los derechos de propiedad intelectual entre los creadores de tokens, Fortnow y Terry ofrecen una panorámica jurídica, entendedora y aterrizada, de las implicaciones de operar con este tipo de activos y los caminos legislativos a seguir para estabilizarlos.
La cuestión final, precisamente, es la del camino a seguir. En un ambicioso y abiertamente optimista capítulo de cierre, una suerte de epílogo hacia horizontes esperanzadores, los autores reclaman para los NFTs "un futuro brillant, porque están facilitando un puente a las economías digitales que afectará en el futuro a todo el mundo". La tokenización de los activos no bancarios o la democratización de la actividad en el metaverso, argumentan, serán puertas que solo se podrán abrir con la clave de los tokens no fungibles. Las proyecciones de futuro se basan en el que consideran un presente activo y poderoso, con gigantes tecnológicos como Apple, pero también equipos deportivos, festivales de música o celebrities de la televisión invierten en este ambiente. Lo mejor, según los firmantes, es que "el futuro no está cortado en roca"; el control no centralizado de los activos hace que los caminos inmediatos y estratégicos de esta tecnología estén todavía para dibujar. Así, Fortnow y Terry hacen un llamamiento a los lectores a elaborar "juntos un futuro de los NFTs que se está escribiendo mientras hablamos".