España es el sexto país con el internet más caro de Europa y el vigesimoprimero del mundo. Los españoles pagan de media 41 euros por su contrato de Internet para navegar en casa y una línea de telefonía fija, un 27,4% más que la media europea. De nuestros vecinos europeos sólo nos superan Bélgica, Noruega, Irlanda, Suiza e Islandia, todo países con un poder adquisitivo más alto que el español, por lo tanto esto hace que paguemos el internet más caro respecto a nuestros sueldos. Por qué Internet es tan caro en el reino de España?
Segón datos extraídos del estudio The International Communications Market 2017 de Ofcom y de la base de datos de Numbeo, el precio de internet en casa con telefonía fija en España es de media un 57,43% anual más caro que en Alemania. Según el estudio, el mínimo por contratar estas tarifas llega a ser de 3,08 euros en Ucrania, cuando el más caro es de media 52,84 euros en Islandia, el país donde la conexión es más cara. En nuestros países vecinos más directos, Portugal y Francia, la misma conexión cuesta unos 26 euros de media respectivamente.
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Chart: Internet (60 Mbps or More, Unlimited Data, Cable/ADSL), Utilities (Monthly)
El estudio de Ofcom compara los precios de voz, internet e internet con llamadas. En el apartado de banda ancha fija, España se lleva la palma en todas las velocidades, gana en el precio más bajo y más alto excepto con el precio más alto con la mayor velocidad, donde Alemania es la más cara. Los paquetes de Movistar, Vodafone, Jazztel y Ono en España son los más caros con diferencia, incluyendo los paquetes de televisión.
Y esta es la clave de la explicación. El informe indica que los usuarios prefieren contratar paquetes de internet más completos, como indica el descenso del 73% en las contrataciones de Internet más fijo al comparar los años 2017 y 2012. Mientras, la demanda de ofertas con internet, fijo y móvil ha aumentado en 5,2 millones, y los lotes que también incluyen televisión de pago han ascendido de 146.132 a 5,4 millones, lo cual supone el mayor crecimiento registrado, según el comparador. El futbol encarece la conexión a internet en España.
Ocho de cada diez usuarios de Internet tiene conexión de banda ancha contratada con más servicios. El paquete más común es el que recoge internet, teléfono fijo y móvil, presente en el 38,95% de los hogares.
En España no hay compañías telefónicas que ofrezcan solamente internet hasta que los propietarios de la infraestructura -el cable- así lo quieran. Con la privatización de Telefónica, la empresa se quedó los cables y los clientes. Esta privatización no se hizo así en otros países europeos, que disgregaron en dos empresas la antigua empresa pública: una mayorista -de infraestructura- y otra minorista -con los clientes-.
El monopolio de facto durante muchos años de Telefónica en España le ha dado ventaja ante los competidores. Vodafone y Orange han tenido que invertir mucho para tirar cable y colocar antenas para competir con Telefónica y claro, esto es muy caro. Además, las telecomunicaciones españolas son las que más han invertido de Europa en desplegar una red de fibra óptica. España tiene una de las redes de fibra óptica más grandes de Europa. Y esto se tiene que compensar y repercutir en la factura de los clientes.
Y por qué ninguno ofrece solamente una tarifa con internet? No les interesa, está claro. Y por qué los operadores virtuales no ofrecen una tarifa sólo con internet? Pues porqué no les sale a cuenta, porqué alquilar el cable a las grandes no es precisamente barato. Y "¡gracias a la CNMC que en 2010 obligó a Telefónica a alquilar su infraestructura!", exclama Meritxell Bautista, CMO de Fibracat.
"Cada conexión cuesta unos 18 euros que se tienen que pagar a Telefónica por el alquiler de la línea", remarca la experta. Y a partir de aquí se tienen que sumar más costes, como el IVA, entre otros.
A diferencia de otros países, "quien asume la inversión en cableado es el operador", explica Bautista. Inversión, instalación, trabajadores, márqueting, etc., un montante de conceptos que se acumulan en la factura para poder hacer sostenibles las empresas de telecomunicaciones.