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Java Jacket, un invento que quema en las manos

Jay Jonson se hizo millonario con un simple trozo de cartón para revestir los vasos de café para llevar que evita quemaduras como la que él mismo sufrió

La Java Jacket protege las manos de las quemaduras por el café caliente
La Java Jacket protege las manos de las quemaduras por el café caliente
Barcelona
16 de Noviembre de 2018

Puede la emprendeduría trascender el mundo empresarial y elevarse al nivel del arte? Puede un invento ser admirado junto a los grandes clásicos de la pintura contemporánea? Puede un simple artículo de uso común ser la principal atracción de un museo de renombre como el Museum of Moderno Arte (MoMA) de Nueva York? Puede. Al año 2006, la comisaria del MoMA, Paola Antonelli, incluyó la franja de cartón que las cafeterías ponen a sus bebidas calientes para llevar a la exposición permanente del museo. "Es un producto necesario, sensible con los problemas de la gente, bono, sostenible y con las medidas adecuadas. Es una obra de arte que merece ser admirada", justificaba Antonelli. Este trozo de cartón tiene el nombre de Java Jacket y es el ejemplo que las ocurrencias más simples pueden convertirse en uno de los negocios más provechosos nunca creados.

Café caliente

La historia del Java Jacket empieza en una mañana rutinaria del responsable de una benzinera Shell en Portland. Cada mañana, antes de ir a trabajar, Jay Jonson acompañaba a su hija en el colegio. Un golpe se despedía hacía siempre una última parada al drive-through de un restaurante de la zona para pedir un café americano para llevar. Aquel día su bebida era especialmente caliente y, luego que la tocó, la soltó en un acto instintivo quemándose los muslos.

Aquel baño inesperado frustró Jonson de tal manera que se prometió que no le volvería a pasar. Se podría haber conformado con la utilización de los dos vasos sobrepuestos que utilizaban entonces las cafeterías para evitar las quemaduras, pero pensó que tenía que existir una forma mejor de hacerlo. Así fue como empezó a experimentar con elementos domésticos, hasta que bien pronto cayó en la utilización de un cartón que pudiera revestir el vaso.

Jonson creó su diseño el 1991 y, durante dos años, él y la gente de su entorno eran las únicas personas al mundo inmunes a las quemaduras dactilares producidas por el café. En aquellos 24 meses vio quehabía mucha más gente con el mismo problema. Así, el 1993 crea Java Jacket.

Jonson destinó una inversión de 20.000 dólares y un equipo de cuatro personas para producir su ingenio

El nuevo empresario necesitó una inversión de 20.000 dólares y un equipo de cuatro personas para empezar su aventura. El regreso fue inmediato. Sólo el primer año, la empresa facturó 8 millones de dólares gracias a las ventas de 250 millones de cartones. En pocas semanas el empresario había llegado a acuerdos con prácticamente todos los restaurantes y cafeterías locales y con la mayoría de grandes cadenas que dominaban el mercado tanto en los Estados Unidos cómo al mundo.

Cuando Starbucks te copia

Con la mayoría, pero no con todas. Una de las primeras puertas a las que trucó Jonson con su invento fue la de Starbucks. El gigante se interesó en aquella novedad, pero después de ocho meses se rompieron las negociaciones. Lejos de renunciar al producto, la cadena empezó a desarrollar su propia variante.

Asustado por aquel movimiento, Jonson denunció Starbucks para copiar su patente, pero la cadena consiguió esquivar aquella demanda con una serie de cambios técnicos para acabar diseñando su propia versión del Java Jacket, conocida como Coffee Clutch.

Afortunadamente para el emprendedor, la realidad ha demostrado que sus miedos eran infundados. Se calcula que en la actualidad se venden unas 25 millones de unidades de Java Jacket al mes a un precio de 3 céntimos de dólar el cartón. Jonson no tendrá que amputarse por la desesperación de no vender sus obras de arte en vida.