04
de Octubre
de
2013
Ashton Kutcher se ha puesto en la piel de Steve Jobs en el biopic del fundador de Apple que se acaba de estrenar en los cines, no sin polémica. Polémica por la imagen que la película, dirigida por Joshua Michael Stern, ofrece del gurú tecnológico.
La película, que arranca en el momento en qué presentó el primero Ipod, resigue la vida de Steve Jobs desde el año 1971 hasta el 2000. En este relato, se repasan momentos como la fundación de la empresa Apple junto a Steve Wozniak, la creación del primer ordenador Apple, el éxito de la empresa, su dramática salida y su regreso triunfal al tumbando del nuevo milenio.
En este momento, en 2000, se para una historia de todos muy conocida, con los grandes éxitos de Apple (Iphones e Ipads) y la lucha de Jobs contra la enfermedad que finalmente se lo llevó el octubre del 2011. La película no entra en este episodio, como también pasa de puntillas por muchos detalles de la vida privada de Jobs, y prefiere centrarse en el carácter del personaje y los orígenes de su marca.
El retrato que el film Jobs hace del CEO de Apple nos presenta un personaje contradictorio, con tantas virtudes como defectos que explican los odios y pasiones que despierta a partes iguales. Vemos un Steve Jobs apasionado y visionario, pero también arrogante, tiránico y mezquino con la gente. Pero de este perfil complejo, hay que remarcar algunos aspectos que ayudan a definir el carácter emprendedor que ha hecho grande la compañía Apple.
La pasión a la hora de afrontar nuevos proyectos fue un potente motor en la trayectoria de Steve Jobs, como su estilo poco convencional y sin miedo a hacer las cosas de una manera diferente e innovadora. "Prefiero arriesgarme con mi visión que copiar otra cosa", afirma en un momento de un film que también nos recuerda la importancia de saber negociar para salir adelante un proyecto en el que un emprendedor cree.
Jobs también muestra el proceso de diseño y fabricación de los primeros ordenadores Apple y, en este proceso, se puede observar la importancia que daba a la calidad y a los pequeños detalles: "La diferencia está en las pequeñas cosas", dice en otra escena. El episodio que muestra a Jobs despidiendo a un trabajador de Apple que no le daba importancia a las tipografías ejemplifica también esta pasión del creador del Iphone por los detalles que marcan la diferencia, así como su carácter agresivo y despiadado con la gente.
La película, que arranca en el momento en qué presentó el primero Ipod, resigue la vida de Steve Jobs desde el año 1971 hasta el 2000. En este relato, se repasan momentos como la fundación de la empresa Apple junto a Steve Wozniak, la creación del primer ordenador Apple, el éxito de la empresa, su dramática salida y su regreso triunfal al tumbando del nuevo milenio.
En este momento, en 2000, se para una historia de todos muy conocida, con los grandes éxitos de Apple (Iphones e Ipads) y la lucha de Jobs contra la enfermedad que finalmente se lo llevó el octubre del 2011. La película no entra en este episodio, como también pasa de puntillas por muchos detalles de la vida privada de Jobs, y prefiere centrarse en el carácter del personaje y los orígenes de su marca.
El retrato que el film Jobs hace del CEO de Apple nos presenta un personaje contradictorio, con tantas virtudes como defectos que explican los odios y pasiones que despierta a partes iguales. Vemos un Steve Jobs apasionado y visionario, pero también arrogante, tiránico y mezquino con la gente. Pero de este perfil complejo, hay que remarcar algunos aspectos que ayudan a definir el carácter emprendedor que ha hecho grande la compañía Apple.
La pasión a la hora de afrontar nuevos proyectos fue un potente motor en la trayectoria de Steve Jobs, como su estilo poco convencional y sin miedo a hacer las cosas de una manera diferente e innovadora. "Prefiero arriesgarme con mi visión que copiar otra cosa", afirma en un momento de un film que también nos recuerda la importancia de saber negociar para salir adelante un proyecto en el que un emprendedor cree.
Jobs también muestra el proceso de diseño y fabricación de los primeros ordenadores Apple y, en este proceso, se puede observar la importancia que daba a la calidad y a los pequeños detalles: "La diferencia está en las pequeñas cosas", dice en otra escena. El episodio que muestra a Jobs despidiendo a un trabajador de Apple que no le daba importancia a las tipografías ejemplifica también esta pasión del creador del Iphone por los detalles que marcan la diferencia, así como su carácter agresivo y despiadado con la gente.