Las lecciones de vida del Tetris

El programador ruso Alekséi Pázhitnov es el creador del videojuego más vendido de la historia, un invento que durante 12 años enriqueció toda la industria... excepto a él

Alekséy Pańzhitnov, el inventor del Tetris
Alekséy Pańzhitnov, el inventor del Tetris
Barcelona
22 de Febrero de 2019

Con una facturación global superior a los 100.000 millones de dólares anuales, los videojuegos son la industria cultural más lucrativa del momento. Y, a pesar del goteo constante de novedades, el título más vendido de la historia sigue siendo el clásico Tetris. Con más de 170 millones de copias vendidas desde su publicación el 1984, el juego de bloques esconde todo tipo de interpretaciones filosóficas detrás de su arcaica apariencia. El mismo diseñador del juego, el ruso Alekséi Pázhitnov, ha reconocido en varios encuentros con fans que el símil que más le gusta sobre su creación la hizo un amigo suyo: "El Tetris es una metáfora de la vida; todo el que aparece a la pantalla son errores y el objetivo es corregirlos".

 

Cuando Pázhitnov empezó a trabajar en el Tetris ni siquiera tenía claro qué era un videojuego. Su inspiración vino de un popular juego de mesa ruso, el Pentominó, que retaba los jugadores a completar una caja colocando fichas de cinco bloques en diferentes combinaciones. El programador pensó que sería divertido un juego en que aquellas mismas fichas cayeran desde el cielo y que las combinaciones sirvieran para eliminar hileras.

 

Pázhitnov aprovechó los tiempos muertos que le dejaba su trabajo en el Centro de Computación de la Academia de las Ciencias de Moscú para programar su videojuego en un ordenador Electronika 60 de sólo ocho quilobytes. El éxito fue inmediato. Un golpe lo tiene acabado, el juego se esparci por todo el edificio y, sin remedio, se empieza a distribuir por toda la ciudad con disquetes copiados para sistemas MS DOS que corren libremente, en parte, por la carencia de ambición empresarial que tiene el programador en aquel momento.

El Tetris nace a la URSS, llegó a manos de Mirrorsoft, creció con Atari y Spectrum y Nintendo lo hizo crecer, pero su inventor no vio ni cinco

 

Será su colega Vladimir Poklhilko quién lo animará a probar suerte comercial con el Tetris y lo convencerá para enviar una copia del juego al Instituto Tecnológico de Hungría. Este salto internacional le permitiría saltarse el control comercial que la Unión Soviética ejercía sobre cualquier negocio.

Pero esta primera exportación sería la que le haría perder definitivamente el control del juego. El empresario inglés Robert Stein descubrió el Tetris en una feria del videojuego de Budapest y se entusiasmó. Los húngaros lo remitieron a Pázhitnov para negociar la venta de la licencia, y el programador ruso respondió a su petición con un lacónico "quizás me interesa", que Stein se tomó como uno sí.

 Alekséi Pázhitnov, l'inventor del Tetris

Alekséy Pańzhitnov, el inventor del Tetris

Convencido que había cerrado un acuerdo, Stein revendió los derechos a la desarrolladora Mirrorsoft que creó versiones por Atari y Spectrum que rápidamente se convirtieron en un éxito en los Estados Unidos. En paralelo, Nintendo se hacía con la licencia para comercializar el juego, primero en el Japón y después a escala global, y lo convierte en el título que acompañará su nueva consola: la Gameboy.

Gracias a estos movimientos, el Tetris toma forma, con unos gráficos más presentables y la incorporación del Korobeiniki como banda sonora indisociable, y se convierte en un fenómeno global. La mala noticia es que, entre el 1984 y el 1996, Pázhitnov pierde el control –y los beneficios – de su multimillonario invento.

El programador ruso se instaló en los Estados Unidos el 1991 y estuvo batallando por la recuperación de la licencia hasta que finalmente lo consiguió un lustro más tarde. Es entonces cuando funda The Tetris Company y empieza a publicar toda clase de versiones del videojuego, en un intento de recuperar doce años de ganancias empresariales perdidas en manso otros.

El Tetris es uno de los juegos más populares de la historia, a pesar de la frustración que genera entre los jugadores saber que nunca se lo podrán pasar. De hecho, está demostrado que es prácticamente imposible superar las 70.000 piezas colocadas. En sus momentos más optimistas, Pázhitnov explica que "la clave del Tetris es construir algo que te haga feliz". Los jugadores y los medios, en cambio, han popularizado una reflexión vital más oscura: como la vida, la única forma de ganar al Tetris es no jugar.