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Bienvenido a la república financiera de tu mente

El libro '¿Realmente lo necesitas?' da las herramientas básicas para saber gestionar nuestra economía desde las emociones

'¿Realmente lo necesitas?' se cuestiona hasta qué punto necesitamos ciertas cosas a nuestra vida | iStock
'¿Realmente lo necesitas?' se cuestiona hasta qué punto necesitamos ciertas cosas a nuestra vida | iStock
Redacción VÍA Emprendida
Barcelona
05 de Abril de 2019

"¿Lo necesitas? ¿Realmente lo necesitas?". A menudo tomamos decisiones de compra impulsivas sin plantearnos si verdaderamente necesitamos hacer este gasto, cosa que tiene un efecto directo en nuestra cuenta corriente. Pierre-Yves McSween, contador público colegiado, da en el libro ¿Realmente lo necesitas? las claves para acabar con el consumismo compulsivo con el objetivo de crear un margen financiero en nuestra vida.

El autor, que habla sin tapujos de dinero, se cuestiona si comprendemos la diversidad de los productos financieros que ofrecen los bancos o si sabemos cómo calcular el coste real de nuestra hipoteca y sabemos cómo podemos reducir los intereses que se derivan. Bajo la premisa de que "la atracción de la novedad, la felicidad de darse un pequeño lujo o la simple satisfacción de poseer algo más, nos hace sentir bien", McSween sostiene que realmente "el ahorro es una fuente de felicidad". Un reto cotidiano que pocos practican, pero que más nos tendríamos que plantear. "Durante mucho tiempo pensábamos que el éxito y la fortuna no eran para nosotros", pone encima la mesa, al mismo tiempo que afirma que "somos analfabetos funcionales en materia de finanzas personales".

Ahora bien, si lo que realmente soñamos es al convertirnos en millonarios, este no es el libro correcto puesto que el autor se dedica a analizar las situaciones con que nos encontramos durante nuestro día a día en relación a nuestras finanzas y nos da pistas para aprender a gestionarlas.

La victoria del consumidor...

Uno de los ejercicios que propone es justamente plantearnos en cuánto tiempo somos capaces de ahorrar mil dólares. "¿Cómo haremos frente a un imprevisto si no somos capaces de ahorrarlos rápidamente?", se pregunta, mientras añade que hay que tener muy presente no sólo los ingresos limpios a efectos impositivos, sino también los ingresos disponibles para nuestros deseos, es decir, el dinero que nos quedan al bolsillo una vez hemos pagado nuestras deudas.

McSween: "No tener margen de maniobra [con el dinero] es como dormir directamente sobre el somier del crédito"

Según su juicio, "no tener margen de maniobra es como dormir directamente sobre el somier del crédito" y advierte de que, si la situación se alarga, "el dolor nos puede dejar paralizados". Ser capaces de tener este margen de maniobra o salir de una tienda sin haber comprado un capricho que se nos había antullat es la gran victoria del consumidor.

Además de esto, el autor también se pregunta si realmente necesitamos, por ejemplo, una tarjeta de crédito. Comparándola con una plancha porque "a pesar de los riesgos que entraña, es una herramienta estupenda", parte de la base de que pocas personas se leen el contrato de la tarjeta de crédito, igual que seguramente tampoco nos leemos el de la plancha de la ropa. Y a partir de aquí, da una serie de consejos vinculados a las ventajas o inconvenientes de tener una -de tarjeta- y como la podemos gestionar.

...a las compras impulsivas

En este sentido, McSween empieza a hacer un repaso de la rápida evolución de las tecnologías y de nuestra ambición para estar a la última moda. ¿Realmente necesitamos tener lo que es más nuevo? El problema, sin embargo, es la obsolescencia programada, que cada vez deja los productos sin utilidad en un periodo más corto de tiempo. Esto comporta que "el deseo del consumidor de conservar un producto a largo plazo disminuya".

La obsolescencia programada comporta que "el deseo del consumidor de conservar un producto a largo plazo disminuya"

Y este mismo recorrido de preguntas existenciales lo va haciendo a través de las marcas, pero también a través del confort vinculado al amor, a la vivienda y al trabajo, y a las negociaciones, también con nuestros familiares y sobre cuestiones vinculadas con nuestra vida cotidiana.

Si nuestra manera de funcionar es el Cogito Ergo Sum de Descartes trasladado al consumo, el "Gastas, pues existes", no seremos responsables financieramente y esto repercutirá en nuestro entorno. Precisamente por eso, ¿Realmente lo necesitas? se convierte en una guía básica para aprender a gestionar nuestra cotidianidad desde la psicología y las emociones. Porque, como decía Benjamin Franklin, "de aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, hay que sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero".