Los aires de la cocina sureña de la India, de la zona costera de Little Andaman -de Gujarat a Maharashtra, Goa, Karnataka o Kerala- no solo van con el nombre. Sus sillas de ratán, las palmeras kentia estratégicamente colocadas, los cuadros naíf en colores sólidos, plumeros y tapizados en suaves colores pastel de los sillones... indica que este no es un indio al uso. Decoración y cocina huyen del tópico que lleva al imaginario colectivo hasta Rajastán cuando hablamos de auténtica cocina india, aunque dos de sus tres propietarios lo sean. Un interiorismo firmado por Motel Studio (Benzina) que denota años 70, cócteles y fiestas de madrugada; aunque eso (por el momento) tendrá que esperar un poco.
La pandemia se atravesó en los planes de expansión del Grupo Bembì. Asentado en Barcelona desde hace 15 años, fue pionero en la introducción de la comida india en Barcelona con el exitoso Bembì. Después, le seguirían Rangoli o Mumak Tropical -un café en el corazón de la juerga de Eivissa, al lado del conocido Ushuaïa-. Para 2020, tenían pensado un restaurante más enfocado al público local.
El caso de esta apertura ha sido un trabajo concienzudo y requerido una inversión superior a los 300.000 euros (entre traspaso y obras) para trasfigurar el impoluto y extinto Rice! de Miguel Sánchez Romera (L’Esguard) en aquello que llamaban un lugar para ver y ser visto. Porque no buscaban con él replicar un indio más, sino trabajar en la línea del cliente local. “Los clientes locales, por desgracia o no, decidimos si nos gusta un local o no antes de sentarnos. Así que este restaurante debía entrar por los ojos y ser muy cuidado. Si entras en un local indio, muy indio, a no ser que seas una persona que busca experiencias auténticas y diferentes, siempre te costará más creer que va a gustarte”, señala Guillem Mas, su director gastronómico, sobre el proceso creativo y de decoración.
Mas, que viene del entorno hotelero, la alta gastronomía y el fine dining (Alkimia, Gaig, Abac o SLS Hotels & Residences), sabe cuál es ese punto justo para conectar con el cliente sin perder el ritmo de sala y tenía claro que la escena tenía que entrar por los ojos y convertirse en un actor más. “Fue un proceso muy pesado, haciendo que el diseño sobre el plano fuera funcional, dando marcha adelante y marcha atrás. Al final, en marzo aún nos faltaba un 20% para poder abrir en abril, pero con la declaración del estado de alarma tuvimos que parar y retomar los trabajos en agosto. Sí es verdad que como el primer estado de alarma nos sorprendió en pleno proceso de selección, no hemos tenido que afrontar el gasto de una plantilla recién contratada a la que no pudiéramos dar trabajo. Así que, en ese sentido, fuimos afortunados”, reflexiona.
Destacan el 'wrap' de cordero mechado con salsa de yogur, chutney y ensalada crujiente, i una merluza en hoja de plátano al horno marinado con tamarindo y azúcar de caña
Finalmente, decidieron la apertura para el 1 de octubre de 2020 -“teníamos la esperanza de que continuaríamos abiertos, pero nos sorprendió como a todos el repunte de casos de covid-19”- y en este momento han ajustado la plantilla al 30% del personal, con el mínimo que ya trabajaba en Eivissa donde, de momento, no pueden abrir. “Cuando podamos operar con normalidad, queremos que sea un sitio donde pasen cosas. Donde haya catas, noches temáticas musicales… no un fine dining. Esa no es la idea”, señala Mas.
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Y en esa línea de confluencia con el gusto de la zona (estamos en pleno Eixample) la cocina vegetariana tiene un peso en carta notable, solo aderezado con algún plato con pollo o cordero. De momento, cuatro platos de carne principales de una oferta total de 15 creaciones. A destacar el suave wrap de cordero mechado con salsa de yogur, chutney y ensalada crujiente; una merluza en hoja de plátano al horno marinado con tamarindo y azúcar de caña o los carabineros al vapor con ajo, cebolletas y cilantro. Para acompañar durante toda la comida podéis pedir los idli (pastelitos de harina de arroz al vapor servidos con tres salsas) o los dhokla (pastelitos de harina de garbanzos servidos sobre brotes, cilantro, semillas de calabaza tostadas, chía y mostaza dulce).
El conjunto de la experiencia es un sensato resumen real de la culinaria que cualquier turista podría saborear en esta zona del sudeste asiático que baña la Bahía de Bengala. Obviando la baja selva y que no estaremos en una reserva tribal.
Little Andaman
Dirección: calle de Muntaner, 182, Barcelona
Telf.: 932 695 960
Precio medio: 25-30€