29
de Noviembre
de
2013
El director J.C. Chandor sorprendió con su película Margin Callo, un thriller dramático que disecciona con frialdad los hechos que tuvieron lugar durante las 24 horas previas al estallido de la crisis financiera del 2008. Chandor, hijo de un antiguo trabajador de Merrill Lynch, escribió el guion de este film que, a pesar de presentar empresas y caracteres ficticios, está directamente basada en los hechos reales que tuvieron lugar a Wall Street y que han desembocado en una crisis financiera de alcance mundial.
La película relata el fraude cometido por una empresa de inversión el día antes del estallido de la crisis. La acción arranca con el despido de un analista que ha descubierto datos comprometedores de la empresa. Antes de marchar, delega en un analista junior que revelará a sus cabezas una información que puede hacer caer la empresa. A partir de aquí se origina una toma de decisiones en cadena que afectan tanto a cuestiones financieras como éticas y morales.
Precisamente es este factor humano lo más interesante del retrato que Margin Callo hace sobre las responsabilidades en la crisis económica. La ambición extrema, la carencia de escrúpulos, la indiferencia ante las obvias consecuencias que tendrán las decisiones tomadas o las actitudes que cada uno de los implicados adopta ante la situación son aspectos que demuestran que la quiebra del sistema financiero tuvo, antes que nada, causas humanas.
Una de las claves fue la gestión de la información sobre la realidad de las hipotecas subprime y otros activos tóxicos. La ambición de la banca hace poner los intereses económicos de sus directivos por ante cualquier posible efecto y esta es la razón por la cual se deciden vender activos que, como dicen en un momento del film, "sabemos que no valen nada" y hundirán el mercado.
La película relata el fraude cometido por una empresa de inversión el día antes del estallido de la crisis. La acción arranca con el despido de un analista que ha descubierto datos comprometedores de la empresa. Antes de marchar, delega en un analista junior que revelará a sus cabezas una información que puede hacer caer la empresa. A partir de aquí se origina una toma de decisiones en cadena que afectan tanto a cuestiones financieras como éticas y morales.
Precisamente es este factor humano lo más interesante del retrato que Margin Callo hace sobre las responsabilidades en la crisis económica. La ambición extrema, la carencia de escrúpulos, la indiferencia ante las obvias consecuencias que tendrán las decisiones tomadas o las actitudes que cada uno de los implicados adopta ante la situación son aspectos que demuestran que la quiebra del sistema financiero tuvo, antes que nada, causas humanas.
Una de las claves fue la gestión de la información sobre la realidad de las hipotecas subprime y otros activos tóxicos. La ambición de la banca hace poner los intereses económicos de sus directivos por ante cualquier posible efecto y esta es la razón por la cual se deciden vender activos que, como dicen en un momento del film, "sabemos que no valen nada" y hundirán el mercado.