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Mirarse: la clave para mejorar la autoestima

Mejorar la imagen, la actitud y la expresión puede ser fundamental para hacer caer estereotipos y dar un impulso a la carrera laboral y vida personal

Mirarse es el secreto para conocerse a un mismo y mejorar la autoestima
Mirarse es el secreto para conocerse a un mismo y mejorar la autoestima
Barcelona
29 de Junio de 2018

"Eres de aquellas personas que hasta que no se conoce de manera profunda, no cae bien". Esta es la frase que la experta en moda y comunicación Andrea Villalonga estaba harta de escuchar. Pero ella no es la única, porque es una afirmación bastante clásica y que demuestra que las primeras impresiones engañan. Y engañan tanto en el mundo que nos rodea como nosotros mismos, porque puede ser el que alimente una carencia de autoestima.

 

Todo tiene que ver con la ropa que traemos, con cómo nos movemos, como miramos, como hablamos... Engloba un conjunto importante de elementos que hay que cuidar y que Villalonga recoge al libro #Mírate (Penguin Random House, 2018), donde resume de manera sencilla un método que, como dice, consiste a estimarse un mismo.

 

Primeras impresiones engañosas

La primera impresión es la prueba de fuego. La autora afirma que son siete segundos de fuego donde "se juzga y punto". Más de la mitad de la idea que se forma de una persona en este tiempo se basa en la imagen externa, es exactamente el 55%. Otro 38% lo representa la comunicación no verbal, desde la expresión facial hasta la postura; y un 7% es la expresión verbal, del cual el mensaje es un triste 2%. O sea, que todo entra por los ojos.

La imagen externa representa el 55% de la impresión que la gente se hace de nosotros

 

El que Villalonga lamenta de todo es que se puede crear una imagen equívoca de la persona. Esto deriva en comentarios clásicos cómo "eres más alegre, divertido, abierto... del que pareces!" y puede acabar afectando directamente la percepción de un mismo, como vivió la misma autora del libro. "Cómo que no me di cuenta que se trataba sólo de la primera impresión, y que nada tenía que ver con quién yo soy realmente, mi autoestima se vio resentida", se sincera.

Por lo tanto, el primer consejo que da es aprender a entender cuál es la impresión que damos y trabajar la que realmente se quiere dar.

El cuarto capital

La teoría de Pierre Bourdieu dice que hay tres capitales: el económico, el social y el cultural o intelectual. Villalongasuma un cuarto, haciendo referencia a las teorías de la socióloga británica Catherine Hakim, que no es ninguno otro que la imagen.

La autora de #Mírate define este pilar como "ser consciente de la imagen que transmito y de la que quiero transmitir" y habla de la imagen externa, la expresión y la actitud como los elementos que lo forman. Todo se puede mejorar, por supuesto, si se siguen los consejos que ofrece. Eso sí, empezando para diferenciar claramente belleza e imagen, porque están relacionadas, pero no son el mismo.

De los errores siempre seaprende?

Para Villalonga, que se aprenda más del que se hace mal que del que se hace bien es una certeza que se ha exagerado. No niega que conocer las debilidades de un mismo o los errores cometidos permiten avanzar, pero lamenta que esto se haya convertido en un mensaje que dificulte ver las potencialidades de un mismo.

Se tiene que aprender de los errores, pero también hay que saber cuáles son las potencialidades de un mismo

 

"Las cosas que hacemos con facilidad o las partes del cuerpo que tenemos bien naturalmente tienen el mismo valor o mejor", defiende, porque recuerda que no hay nada más importante que conocerse a un mismo y tener una opinión muy definida y completa antes de marcarse un objetivo y hacer un cambio radical.

Cómo estimarse?

El especialista en imagen y comunicación deja claro en todo momento que transformar la imagen de un mismo es posible. Eso sí, se tiene que hacer con esfuerzo y sin genes de vergüenza porque habrá que hacer cosas mirarse al espejo detenidamente o analizar la misma anatomía. Y es que la iconologia de la imagen o el color son dos de los elementos que toman juego y que Villalonga desgrana al libro para entender como influyen. Tampoco se puede olvidar la sensación de seguridad, proximidad, seriosidad o juventud, que se pueden conseguir mediante la ropa, el peinado y la expresión corporal.

Tener cura de la imagen, la expresión o la actitud también son vitales. Aun así, se tiene que tener claro que una misma prenda de ropa o gesto puede ser adecuado en un entorno y en otro no, por el que la autora del libro recuerda que nunca se tiene que juzgar, sino poner en contexto.

La positivitat o la fotogènia son de los últimos aspectos que repasa en esta guía publicada por Penguin Random House para aprender a estimarse mediante el método de mirarse.