Imagina cerrar los ojos y disfrutar de tu álbum musical favorito con un sonido envolvente y de máxima calidad. Se trata de una experiencia muy intensa de la cual ya se ha empezado a hacer negocio. En el barrio de Poblenou de Barcelona, el ciclo Música a Ciegas propone lo siguiente: una sala totalmente a oscuras, con sofás y butacas cómodas para 30 personas y altavoces por todas partes. No se permite ni mirar el móvil ni hablar con otros participantes. Durante el rato que se reproduce la música, la experiencia es 100% inmersiva e íntima. Es la única propuesta de esta clase en Catalunya y el resto del Estado. ¿El precio? 13 euros. Ahora bien, hay que reservar con tiempo, puesto que desde hace unos meses, el ciclo llena prácticamente cada sesión que programa los martes, miércoles y domingos.
A pesar de ser una propuesta única en Catalunya, el origen del ciclo se encuentra en Córdoba, Argentina. Allí, hace ocho años, María Florencia Carranza reimaginó el concepto de escuchar música. "Hoy todo está tan bombardeado por estímulos visuales y notificaciones que escuchar música se ha convertido en una actividad de fondo, no en algo principal", explica a VIA Empresa la responsable. Por eso, veían "evidente" que un ciclo como el suyo tenía que existir en un espacio físico, con la intención de que el oyente pueda "enfocarse al 100% en las emociones que transmite la música".
Antes de escuchar el disco, en la sala se emite un documental de entre 10 y 20 minutos sobre la pieza o el artista que se escuchará, con la idea de explicar su historia
Para Florencia, la clave está en "reeducar el valor de escuchar una obra pensada por un artista desde el comienzo hasta el final". Es decir, un álbum entero. Un verdadero reto en plena era TikTok, el gran filtro de la industria musical actual. "Los adolescentes ya solo escuchan los 11 o 30 segundos más atractivos de la canción que les gusta, y los artistas piensan que tienen que hacer estos segundos lo más atractivos posible para que la gente se quede escuchando la canción", lamenta. Por eso, en Música a Ciegas no solo reproducen el disco en plena oscuridad, sino que previamente se emite un documental de entre 10 y 20 minutos sobre la pieza que se escuchará, con la idea de explicar la historia detrás de la obra y de presentar el artista a sus clientes. "Hay historias que te vuelan la cabeza, son muy interesantes", remarca Florencia.
En Catalunya empezaron a operar después de la pandemia, pero no han empezado a agotar los pases hasta hace un año. Actualmente, se encuentran en el Bridge 48, un local donde se reúnen artistas para crear y discutir obras musicales. Antes de llegar, hicieron el ciclo en un estudio de grabación con capacidad para siete personas donde había "muchos problemas de sonido". Un día, uno de esos visitantes fue el propietario de la sala actual. "Él tenía miedo a la oscuridad, pero, aun así, vino porque quería conocer el proyecto. Cuando acabó la sesión, nos ofreció trasladar la experiencia al Bridge 48", recuerda Florencia. Ahora, el éxito es tan grande que la responsable del ciclo no descarta volver a emigrar y buscar su propio espacio.
Un público heterogéneo para una experiencia única
Uno de los aspectos que más curiosidad despierta en la responsable del proyecto es el perfil de visitante de Música a Ciegas. "Los asistentes tienen personalidades diferentes según el disco que pasamos. En el caso de The Beatles, el perfil es el de una persona agradable, que sonríe y ríe fácilmente. En cambio, en el caso de Radiohead, quizás es más distante, aunque disfruta igual", explica. En líneas generales, Florencia afirma que entre todos los que compran una entrada, "se tiene que diferenciar entre los que ya conocen el proyecto y vienen a escuchar su álbum o artista favorito, y los curiosos que no están familiarizados con el ciclo y quieren probarlo".
Además, el hecho de organizar una propuesta tan exclusiva como esta también ha permitido a su responsable conocer historias muy emotivas. "Durante la pospandemia, una chica vino a escuchar un disco argentino y cuando salió de la sesión estaba conmovida, había llorado mucho, y nos dijo: "gracias, este disco era el favorito de mi pareja. Ha muerto hace poco y he venido a escucharlo para reconectar con él". Fue muy fuerte para mí", reconoce. Desde entonces, Florencia ha vivido anécdotas como esta con más asiduidad. "Al final, la música tiene un impacto muy fuerte en las personas y nos puede cambiar profundamente si se sabe apreciar", reflexiona. Y subraya esto último, puesto que también admite que hay casos de personas que han ido al ciclo y "no entienden nada o simplemente no conectan".
De la Mala Rodríguez a festivales: el futuro del ciclo
De hecho, no solo venden prácticamente todas las sesiones que programan, sino que los artistas están empezando a contactar con ellos para vivir la experiencia. El pasado 3 de noviembre, la Mala Rodríguez presentó in situ su nuevo álbum Un Mundo Raro en la sala de Música a Ciegas. "Ha sido todo un hito", admite Florencia. "Ella se habrá escuchado su disco ya masterizado en estudios de gran calibre y aun así ha querido elegir un espacio como el nuestro", celebra. Sin embargo, este no es un hecho aislado, puesto que la responsable del proyecto reconoce que otros artistas ya han contactado con ellos para producir un álbum que se pueda disfrutar especialmente en este formato.
Aun así, Florencia cree que el crecimiento de Música a Ciegas pasa por los festivales y gira propia. "Nos gustaría que fuera una experiencia itinerante, que se pueda trasladar al resto de ciudades. Eso sí, nos tienen que ofrecer una sala especial para mantener la calidad del sonido", subraya. Ya han recibido propuestas de Madrid, pero también algunas internacionales como Berlín o Suiza. Ahora bien, de momento, el proyecto piensa primero en un tour catalán: "Me imagino una gira entre Girona y Tarragona, pasando por cualquier municipio que esté interesado". Además, otra posibilidad son las sesiones privadas, disponibles para cualquier empresa o particular que quiera celebrar un cumpleaños en la sala fuera del horario de programación habitual.
La idea de 'Música a Ciegas' es empezar a abrir su catálogo a obras locales y reproducir álbumes en castellano y catalán con más frecuencia
Sin embargo, lo que no es negociable son las condiciones del proyecto. "Se podría ampliar el aforo perfectamente, originalmente en Argentina éramos 80 personas, pero preferimos mantenerlo en petit comité porque queremos una experiencia íntima", apunta. A pesar de esto, sí están abiertos a cambiar el contenido que se ofrece. Actualmente, la mayoría de álbumes son de artistas internacionales: The Weeknd, Coldplay, Taylor Swift, Daft Punk... el inglés es el idioma predominante. "Ahora que hemos tocado tierra firme, la intención es empezar a llevar a la colección discos más locales", revela Florencia. Este noviembre ya se han programado pases para disfrutar de Motomami (Rosalia) y El Madrileño (C Tangana), dos obras muy populares en castellano que servirán como puerta de entrada de más proyectos en este idioma. De momento, no se ha previsto ningún ciclo en catalán, pero Florencia insiste que están abiertos a hacerlo si su público así se lo pide a través de las encuestas que realicen en Instagram. La idea es llegar al máximo de gente posible y que cualquier persona pueda disfrutar de la experiencia, más allá de su idioma y de su gusto musical.